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El alcalde de Granada, de Ciudadanos, se queda con un concejal tras el abandono de los ediles del PP y de otros dos de su formación

El consejero de Presidencia de la Junta limita la crisis de populares y Cs al gobierno granadino

Los concejales del PP de Granada presentan su renuncia en la secretaria técnica del Ayuntamiento de la ciudad, este martes.
Los concejales del PP de Granada presentan su renuncia en la secretaria técnica del Ayuntamiento de la ciudad, este martes.Fermin Rodriguez
Javier Arroyo

La alcaldía más importante de Ciudadanos, la de Granada, ha quedado este martes en el alero. El Gobierno granadino, sustentado sobre cuatro concejales de Cs y siete del Partido Popular, ha perdido a todos los integrantes del PP y, posteriormente, a dos de Cs, que han anunciado su paso al grupo de no adscritos. Los populares han anunciado el fin de su apoyo al alcalde, Luis Salvador, alegando que no ha cumplido el pacto de ceder la alcaldía al PP en la segunda mitad de la legislatura. Francisco Rodríguez, presidente provincial del PP, ha dado al alcalde de Cs dos opciones: “Atrincherarse como está haciendo o convocar un pleno de investidura del que salga un alcalde del Partido Popular”. Rodríguez ha considerado que el actual alcalde es, en este momento, “un alcalde de collar” sin posibilidad de gobernar realmente la ciudad. La ruptura de la coalición en Granada tiene una derivada asociada: ver cómo afecta a la coalición en el gobierno andaluz, formado también por PP y Cs.

Está por ver si la ruptura del pacto en Granada afectará de lleno a la coalición de PP y Ciudadanos en el Gobierno de Andalucía, pero la intención de los populares es la de aislar la crisis municipal y considerarla un tema puramente local. Este ha sido el argumento que el consejero de la Presidencia, Elías Bendodo, ha empleado de manera insistente en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno. “Es un tema que afecta a la ciudad de Granada y no al Gobierno andaluz”, ha dicho ante la media docena de preguntas de los periodistas. “El pacto goza de muy buena salud”, ha subrayado en referencia al acuerdo suscrito el pasado marzo por Cs y PP para no robarse cargos electos. Pese al disgusto que la crisis de Granada provoca en Ciudadanos, su líder, Inés Arrimadas, destacó días atrás en Sevilla la solidez del pacto de Gobierno en la Junta e incluso se mostró dispuesta a alargarlo otra legislatura más, si bien las encuestas recientes vaticinan un desplome cercano a la desaparición del partido liberal, informa Lourdes Lucio.

Las direcciones nacionales de PP y Ciudadanos aseguran además que el conflicto en Granada no tendrá repercusiones en sus otros acuerdos territoriales. No peligra ningún pacto entre PP y Cs a consecuencia de Granada, afirman fuentes oficiales de Cs, mientras en la cúpula del PP coinciden en circunscribir el problema a Granada, informa Elsa García de Blas.

La marcha de nueve concejales del equipo de gobierno de Granada deja al Ejecutivo municipal con dos únicos miembros por ahora, el alcalde y un concejal. El aún alcalde, en una comparecencia al final de la mañana, ha calificado de “golpe” lo ocurrido en el consistorio. Salvador ha dicho que iba a “reflexionar”, pero no ha hablado de dimisión. También ha anunciado que hará lo posible para que no ocurra todo según la secuencia que, dice el alcalde, ha diseñado el PP. De hecho, ha asegurado que confía en que el PP recapacite y vuelva a sus responsabilidades y que “nunca un partido había cometido en Granada tal irresponsabilidad”. Salvador ha insistido en que el Ayuntamiento “va a funcionar con toda normalidad” gracias a los funcionarios que, “en realidad, son quienes desde siempre garantizan el buen funcionamiento de los servicios públicos”. Con un único concejal fiel, en la práctica estaría obligado a gobernar mediante decretos de alcaldía, ya que la actual configuración del gobierno no le permite sacar adelante nada en Pleno. El alcalde de Cs ha recordado que, “en verano, por ejemplo, hay varios meses en los que no se convocan juntas de gobierno”.

El 26 de mayo de 2019, las elecciones municipales dieron un resultado imposible para el gobierno de un partido en solitario y diabólico para las alianzas. La izquierda no sumaba y la derecha solo lo hacía uniendo a Vox y a Ciudadanos (junto al PP), algo que después se hizo frecuente, pero que no lo era tanto entonces. 10 concejales para el PSOE y tres para Adelante Andalucía dejaban al bloque de izquierdas a falta de uno para los 14 de 27 que se requieren para ser investido alcalde. Los 7 del PP, 4 de Ciudadanos y 3 de Vox sí daban para formar gobierno, aunque aún había algunas dudas sobre la sintonía que pudieran mantener estas formaciones.

Luis Salvador, alcalde de Granada, este martes.
Luis Salvador, alcalde de Granada, este martes. Fermin Rodriguez
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PP, Cs y Vox comenzaron una negociación que, por lo que se ha visto luego, resultó ser en realidad dos negociaciones. La que se impondría, dirigida desde la dirección nacional y la regional, y la que se llevó a cabo en la ciudad entre el líder del PP entonces y candidato a alcalde, Sebastián Pérez; el actual alcalde de Cs, Luis Salvador; y Vox. Mientras, en Madrid, las direcciones de los partidos decidieron que Granada sería para Ciudadanos toda la legislatura, en la ciudad, minutos antes de la sesión de investidura del 15 de junio, PP y Cs se reunieron y ajustaron el pacto. Según han confirmado públicamente los asistentes con el tiempo —en aquel momento no se aclaró negro sobre blanco ni se firmó nada—, Pérez y Salvador acordaron alternarse en la alcaldía a los dos años.

No pasó mucho tiempo, sin embargo, apenas unos días, para que Salvador confirmara su intención de quedarse los cuatro años en el cargo. Sebastián Pérez, el candidato popular, fue arrinconado poco a poco de sus cargos, tanto por el equipo de gobierno como por su partido y, finalmente, el pasado 26 de mayo, anunció que dejaba el partido, pero no el acta de concejal. En esa convocatoria de prensa dijo también: “[O] el PP busca los 14 votos para quitar a Salvador de alcalde o los busco yo”. Pérez mostró su preferencia por que el alcalde fuera alguien del PP, y si no, dejó la puerta abierta a dar su voto al PSOE.

Cuando Sebastián Pérez todavía era concejal popular, el PP no hizo ningún esfuerzo por recuperar la alcaldía, ni por alternarse con Ciudadanos. Sin embargo, apenas tres horas después de que Pérez anunciara que dejaba las filas populares ―ahora es concejal no adscrito―, el PP manifestó su deseo de hacerse con el bastón de mando. Después de tres semanas de reuniones del PP y Cs tanto en Granada como en Sevilla, el Partido Popular no ha encontrado otra manera de hacerse con el gobierno que saliendo primero de él. A pesar de ello, sumar 14 concejales no se antoja un paseo: necesitan los cuatro votos de los concejales de Ciudadanos, que incluyen el del actual alcalde y el concejal que permanece fiel, y el del apartado Sebastián Pérez, algo que no se aventura fácil. Las dimisiones de este martes, curiosamente, ponen más fácil para el PSOE conseguir la alcaldía de la ciudad. El PP puede tener difícil conseguir los 14 votos necesarios en una primera votación. Si eso no ocurre, se pasa a una segunda votación en la que el candidato más votado se convierte en alcalde y si el PSOE y Adelante se ponen como es previsible de acuerdo, conseguirían esa mayoría con sus 13 votos.

El acuerdo de no agresión entre PP y Cs sigue "vigente"

PP y Ciudadanos se comprometieron el pasado mes de marzo, en un documento que fue presentado como un acuerdo del Ejecutivo, a no robarse cargos institucionales a lo largo de la legislatura. La decisión se produjo tras el fichaje por parte del PP del que fuera exsecretario de Organización de Ciudadanos, Fran Hervías, quien tiene despacho en la sede de Génova. Hervías fue el que negoció el pacto de Granada que hizo a Luis Salvador alcalde con tan solo cuatro concejales y estuvo en la trastienda de las negociaciones que se produjeron tras las elecciones municipales, por las que el PP conservó la Diputación de Málaga con el apoyo de Ciudadanos.

En el acuerdo alcanzado en marzo, presentado por Bendodo y el vicepresidente de la Junta y coordinador de Cs Andalucía, Juan Marín, se dice textualmente: “Respeto a la autonomía de los dos partidos que integran el Gobierno andaluz, con el compromiso de que no se produzca ningún trasvase entre cargos de las formaciones políticas con representación parlamentaria”. Ese compromiso vale para las dos formaciones, aunque en realidad el riesgo de fuga se da solo en una dirección: dirigentes de Cs que llaman a la puerta del PP buscando cobijo y acomodo futuro.

Bendodo ha asegurado este martes que este acuerdo está vigente y que hay una “voluntad clara” de agotar la legislatura. “Esto sigue en vigor y no tiene nada que ver con lo que ocurra en una provincia”. Sí ha admitido que ese pacto de no agresión tiene ámbito autonómico “salvo excepciones” que se den en algunos municipios./ LOURDES LUCIO

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