Aduanas estrena un buque para atrapar narcolanchas en Galicia
El ‘Condor’ lleva el nombre de la saga de seis buques incautados a capos gallegos: uno perteneció a Sito Miñanco
En aguas de las Rías Baixas, uno de los campos de batalla contra el narco, la Agencia Tributaria ha incorporado un nuevo patrullero a la extensa flota del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) para contrarrestar las últimas tecnologías que emplean las mafias en el transporte marítimo de la droga. Lo que hace diferente al nuevo buque frente a los convencionales es su diseño de última generación y su capacidad para navegar 2.000 millas náuticas (unos 3.700 kilómetros) sin repostar. Con 43 metros de eslora, el Cóndor alcanza 23 nudos de velocidad; las dos embarcaciones auxiliares que lleva a bordo servirán para realizar persecuciones de narcolanchas y dar apoyo a las tripulaciones que asaltan los barcos nodriza.
En el astillero Rodman Polyships donde se construyó la nave, en la ría de Vigo, se procedió el pasado jueves a la botadura del nuevo buque insignia del SVA, en un acto al que acudió la plana mayor de la Agencia Tributaria y Vigilancia Aduanera. La firma que lo diseñó se ha especializado en la construcción de patrulleros para fuerzas militares y policiales.
La paradoja es que de este mismo astillero también han salido embarcaciones para históricos contrabandistas. Mientras la firma preparaba los barcos para la Guardia Civil a finales de los años ochenta, el entonces tabaquero Laureano Oubiña encargó a Rodman una lancha para transportar cajetillas (aunque también acabó descargando hachís). El dato quedó recogido en el diario de sesiones del juicio de la Operación Nécora, cuando el fiscal Javier Zaragoza preguntó a Oubiña por la famosa lanzadera Zaratti, que este había construido en Rodman y pagado a través de una empresa panameña, Alfa Omega Productos Alimenticios S.A.
El narco se jactó ante el tribunal de que su lancha era más rápida para alijar tabaco que las que había encargado en el mismo astillero la Guardia Civil para reprimir el contrabando. Declaró que le había costado 75 millones de las antiguas pesetas frente a los 315 que había pagado el instituto armado. “La mía llevaba dos motores de 1.480 caballos, mientras que los de las patrulleras del coronel Ayuso tenían una potencia de 750”, comentó irónicamente Oubiña. “Aquello no navegaba ni para atrás”, zanjó, provocando carcajadas entre sus compañeros de banquillo.
La Zaratti era una lancha de proximidad para alijar tabaco, pero también acabó descargando hachís. Fue incautada seis años después del juicio de la Operación Nécora, cuando el capo gallego estaba en libertad condicional y fue detenido por un cargamento de más 12 toneladas de hachís a bordo del barco nodriza Regina Maris.
La saga de los ‘Cóndor’
El Cóndor toma su nombre de la saga de seis embarcaciones incautadas a las propias organizaciones criminales en las décadas de los 80 y 90. Convertidas en patrulleras camufladas de Aduanas, estos barcos intervinieron en numerosas operaciones en un periodo especialmente intenso de la lucha contra el tráfico de cocaína y hachís en España.
El primer barco de esta peculiar flota se incorporó a finales de los ochenta, cuando se apresó el buque tipo yate de recreo Yasmine, que había pertenecido al armador y multimillonario griego Aristóteles Onassis, y que en su vida activa tuvo otros dueños, entre ellos el actor Richard Burton.
De manera confidencial, el Yasmine entró a formar parte de la flota de Vigilancia Aduanera con el nombre de Cóndor I, y se llevó en secreto su participación en diversas actuaciones especiales. Su tripulación no vestía de uniforme. El barco estaba pintado de blanco y simulaba pertenecer a una institución científica.
Otro ejemplar de la saga es el Cóndor III, que era en realidad el Smith Lloyd Off Cairo, abanderado en San Vicente y Granadinas y uno de los buques insignia del narco gallego Sito Miñanco. Este remolcador tipo supply estaba provisto, como el nuevo Cóndor, con dos potentes planeadoras a bordo. El cometido que tenían era alijar el tabaco que llevaba la nodriza y transportarlo a tierra, evitando el viaje de ida de las lanchas. Fue apresado con 1,5 millones de cajetillas en mayo de 1990, un mes antes de estallar la Operación Nécora.
El nuevo patrullero Cóndor cuenta ya con los más modernos medios de navegación y comunicaciones. Estará dotado de un sistema optrónico de última generación para la detección y seguimiento de embarcaciones, así como de un sistema específico de comunicaciones securizadas para evitar ciberataques.
500 embarcaciones incautadas desatan el robo entre bandas
En plena escalada del narcotráfico, el decreto ley que prohíbe la navegación de embarcaciones de alta velocidad, ha tenido sus efectos, principalmente en el Campo de Gibraltar, desde que entró en vigor en octubre de 2018. “Hemos incautado 500 embarcaciones y se ha dado un vuelco a la forma de actuar del traficante porque se ha quedado sin medios marítimos, por ello han recurrido al robo entre bandas para seguir operando”, confirma Manuel Montesinos, subdirector general de Operaciones Especiales de Aduanas.
Pero el negocio del narco no cesa. Desde comienzos de 2019 hasta la fecha, el Servicio de Vigilancia Aduanera ha realizado 140 actuaciones. El resultado ha sido de 19 toneladas de cocaína y más de 200 de hachís aprehendidas. “El narcotráfico seguirá siendo imparable mientras haya demanda, mercados dispuestos a comprar y consumir”, dice Montesinos. “No desaparecerá el narcotráfico de la misma manera que no dejará de haber robos en los supermercados, pero trabajamos incansablemente y de forma contundente para contrarrestarlo, con sistemas de inteligencia marítima o big data para detectar redes de blanqueo de dinero”, incide.
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