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Dos jubilados que distribuían hachís con una autocaravana operaban para un potente grupo de narcos

El matrimonio, en prisión, transportó alijos durante al menos dos años, simulando los viajes turísticos como coartada

Imagen de los fardos de hachís incautados.
Imagen de los fardos de hachís incautados.

La titular del juzgado número 3 de Oviedo Begoña Fernández mantiene en prisión provisional a una pareja de jubilados de Vilanova de Arousa (Pontevedra) que fueron detenidos en diciembre con un alijo de casi media tonelada de hachís. La droga estaba oculta en una autocaravana que el matrimonio utilizaba para el narcotráfico, simulando que hacían viajes turísticos como coartada.

La reiteración delictiva de los imputados es el principal argumento que ha esgrimido la fiscalía para desestimar su excarcelación de la prisión de Asturias, ya que la pareja llevaba al menos dos años dedicándose al transporte de droga, según la investigación policial. Los dos han evitado responder al interrogatorio en sede judicial.

En esta operación denominada “Bodorrio” no se han producido más detenciones, aunque la grupo segundo de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de Pontevedra sigue investigando el origen del hachís intervenido y el entramado para el que supuestamente operaba Dolores F. M., de 60 años, y su marido, Antonio N. R., de 61.

Las pesquisas apuntan a un potente grupo de distribuidores, asentado en las Rías Baixas cuyo dirigente tiene antecedentes por tráfico de estupefacientes. En apenas un año ha movido hasta 5 millones de euros en la compra de propiedades, según fuentes de la investigación, lo cual revela su capacidad en el narcotráfico.

La Policía lo considera uno de los principales distribuidores en el norte de la Península de cocaína y hachís, aunque algunas partidas adquiridas por el grupo han sido vendidas a redes de distribución centroeuropeas. Sus principales proveedores de hachís son organizaciones asentadas en el Campo de Gibraltar, mientras que, para el tráfico de cocaína, el grupo arousano tiene contactos y capacidad para fletar sus propios envíos desde Sudamérica.

Mientras Dolores y Antonio trabajaban de porteadores de hachís, ambos cobraban una pensión de minusvalía. La mujer, había trabajado en un geriátrico, y su marido era agricultor. Tienen dos hijos y vivían en un sencillo chalé en Vilanova de Arousa.

Con su autocaravana preparada con varias caletas, unas de ellas debajo de la cama, casi siempre seguían la misma ruta. salían de las Rías Baixas y se dirigían a Huelva a través de Portugal, para que su plan de viaje supuestamente turístico resultara más convincente. Desde allí enfilaban hacia Algeciras donde recogían los fardos por encargo de la organización.

Por cada viaje la pareja cobraba entre 5.000 y 10.000 euros, dependiendo del volumen de los alijos. En esta ocasión, el valor del hachís que transportaban se estima en torno al millón de euros, aunque vendido en dosis habría doblado esta cantidad.

La Guardia Civil interceptó a la pareja en un control a la salida de Huelva, aunque los agentes no llegaron a registrar el vehículo y la caravana continuó su ruta con intención de entregar la droga en el País Vasco. Nada más aparcar la autocaravana en el área de servicio de la autovía A-8, en Colunga (Asturias), fueron interceptados por la Policía.

En el registro que los agentes realizaron en la vivienda de los detenidos se localizaron 14.000 euros en efectivo escondidos en un armario, una carabina del calibre 22 de la marca Walter G22, 147 cartuchos del mismo calibre, y otros siete del nueve corto, además de cinco teléfonos móviles.

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