Juan Manuel Moreno: “Creo en la UE, pero si falla iré al mercado a comprar vacunas”
El presidente andaluz advierte de que la situación puede cambiar “radicalmente” en un mes, cuando termine el estado de alarma
Andalucía, con una población de más de 8,4 millones de personas, tiene una incidencia a 14 días de 163 casos de coronavirus por cada 100.000 habitantes, por debajo de la media española (167). Su presidente, Juan Manuel Moreno Bonilla, del PP, responde a EL PAÍS sobre el escenario a partir del fin del estado de alarma y los contactos del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso con proveedores de la vacuna rusa Sputnik, no autorizada por la Agencia Europea del Medicamento.
Pregunta. ¿Está a favor del fin del estado de alarma el 9 de mayo? ¿Cómo se enteró?
Respuesta. Estoy a favor del diálogo y de la lealtad institucional entre el Gobierno de España y las comunidades autónomas y no estoy a favor de enterarnos de estas decisiones por televisión, que es como lo supe. Si hay que poner fin al estado de alarma o hay que alargarlo es una decisión que debe ser meditada, dialogada y, si no acordada, al menos compartida previamente con las comunidades autónomas. Falta un mes para el fin del estado de alarma, el porcentaje de personas vacunadas a estas alturas es claramente insuficiente y la pandemia nos ha enseñado ya que en un mes puede cambiar todo radicalmente.
P. ¿Qué medidas cree necesario mantener una vez que finalice el estado de alarma? ¿Cuentan con el amparo legal necesario?
R. Si en este momento tuviéramos un porcentaje razonable de la población vacunada, podríamos plantearnos ir levantando limitaciones, como la reducción de los aforos y de los horarios o la obligatoriedad de las mascarillas. Y es decepcionante, porque llegamos a este momento sin las vacunas suficientes y sin el amparo legal necesario para que el Gobierno de España o las comunidades autónomas podamos gestionar esta situación con plenas garantías jurídicas. El Gobierno de España ha fallado en eso: después de más de un año, no ha sido capaz de sacar adelante una ley para gestionar situaciones críticas como esta. Que se ponga manos a la obra cuanto antes, mejor hoy que mañana.
P. ¿Qué ha funcionado y qué no en la cogobernanza?
R. Lo que no existe no puede funcionar y la cogobernanza no ha existido. ¿Es razonable que en una primera ola hubiera conferencias de presidentes cada domingo y que en la segunda y tercera, mucho peores, el presidente del Gobierno no nos reuniera? El Gobierno de España ordenó un segundo estado de alarma y se quitó de en medio. Nos dejó toda la responsabilidad a las comunidades autónomas. Somos las comunidades autónomas, todas, las de todo signo político, las que abrimos los centros de salud, los hospitales, las que contratamos al personal sanitario —qué labor más gigantesca están haciendo—, las que citamos, vacunamos, informamos, las que tenemos que estirar el euro público para construir infraestructuras, como hemos hecho en Andalucía, que hemos levantado un hospital auxiliar en Málaga, que no ha hecho falta usar hasta ahora, y reabierto otro cerrado hace 17 años, como el Hospital Militar de Sevilla, para ayudar a los autónomos y a tantas familias como lo están pasando mal… ¿Y el Gobierno de España? Se reservó lo único amable, si es que puede haber algo amable en esta pandemia: la gestión de los fondos europeos y el reparto de las vacunas. Y, lamentablemente, los fondos no terminan de llegar y las vacunas tampoco en la cantidad necesaria. No digo que sea culpa del Gobierno de España, pero se ha echado en falta apoyo y alguien al otro lado en estos meses.
P. ¿Hizo su Gobierno movimientos similares a los de Madrid al negociar directamente con proveedores de vacunas?
R. De momento, no. Pero eso no quiere decir que no se pueda hacer. De hecho, creo que la Comunidad Valenciana está en ello y regiones tan importantes en Europa como Baviera lo han hecho. Creo y confío en la Unión Europea. Con casi 450 millones de habitantes y la tercera economía del mundo tras Estados Unidos y China, considero que debe ser el canal que usemos para las vacunas, porque tiene más capacidad de influencia y económica para comprar las dosis necesarias. Pero si veo que los procedimientos fallan y que yendo al mercado tengo más posibilidades de conseguir vacunas que a través de los canales actuales, lo haré. Es mi obligación. Para mí lo más importante es salvar vidas y, en concreto, por la responsabilidad que tengo, vidas de andaluces. Y haré lo que tenga que hacer. Quiero tener siempre mi conciencia tranquila.
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