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Los partidos andaluces toman posiciones electorales ante el crecimiento de Vox

Cs busca rentabilizar su presencia en la Junta y la extrema derecha ya habla de entrar en el Gobierno

Lourdes Lucio
El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, junto a la consejera de Igualdad, Rocío Ruiz, posible candidata a dirigir Cs en Andalucía.
El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, junto a la consejera de Igualdad, Rocío Ruiz, posible candidata a dirigir Cs en Andalucía.Rafa Alcaide (EFE)

Los partidos políticos andaluces empiezan a tomar posiciones electorales cuando aún quedan dos años para finalizar el mandato y en plena tercera ola de la pandemia, con una cifra de desempleo a punto de superar el millón de parados y con un clima de incertidumbre sobre el futuro. Tras las catalanas del pasado 14 de febrero, las elecciones andaluzas, donde votan más 6,5 millones de personas, son las primeras que figuran en el calendario. El resultado será una suerte de termómetro para las generales, que se celebrarán después. Los comicios del 2 de diciembre de 2018 supusieron el estreno de Vox en una asamblea española, y sobre la ultraderecha gira el posicionamiento del resto de formaciones.

De los cinco partidos presentes en el Parlamento andaluz, solo el PP sabe el nombre de su candidato, que, además, es el que maneja el botón electoral y la única persona con firma para convocar. El presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, pretende agotar el mandato hasta diciembre de 2022 y romper así con la tradición de las dos últimas elecciones andaluzas, que se adelantaron. Sin embargo, la decisión depende de que mantenga la estabilidad de la que goza ahora con un gobierno en coalición con Ciudadanos, sostenido por Vox en el Parlamento.

La ultraderecha viene amagando desde final de año con dejar a Moreno sin cobertura parlamentaria. Y Ciudadanos quiere influir en la fecha de las elecciones y acaricia la idea de anticiparlas a la primavera de 2022, según fuentes de este partido. Al presidente de la Junta, además, se le está complicando el panorama interno, con el pulso lanzado por la dirección nacional de Pablo Casado por controlar las organizaciones provinciales.

Las elecciones catalanas, con pésimos resultados para Cs y para el PP, y excelente para Vox, ha puesto en tensión a los protagonistas del cambio político en Andalucía, tras casi 37 años de gobiernos socialistas. En una entrevista en La Vanguardia, Moreno contestaba a la pregunta de si sopesa una alianza con Cs en las andaluzas: “Podría ser, pero estas cosas no se pueden hacer por imposición, sino con inteligencia y de forma natural. No hay que hacer grandes operaciones de presión ni opas, sino ver si nos va mejor juntos o por separado”. Meses antes descartaba esta opción, que ya aireó el vicepresidente de la Junta y coordinador de Cs Andalucía, Juan Marín, quien fue desautorizado por la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas.

Arrimadas no es partidaria de mancomunar las siglas. Marín dice que tampoco. “Nosotros no vamos a estar para solucionarles los problemas a otros partidos que están en muchas dificultades”, replicó la líder de Cs, quien atribuyó el “globo sonda” sobre una futura coalición a un intento de tapar los “problemas internos y de corrupción” del PP. Sí es partidaria de afianzar la alianza con el PP en la Junta de cara al futuro, pero cada uno en su casa.

En Ciudadanos las aguas están muy agitadas por la impresión, avalada por las encuestas, de que no están sacando rentabilidad de su presencia en el Gobierno andaluz, al contrario que el PP. Sus dirigentes hacen intentos de contención para no estallar, pero en el grupo parlamentario de 21 diputados se habla en términos bélicos: “los unos” y “los otros”; “los de Juan Marín” y los “herbívoros”, en alusión a Fran Hervías, el ex secretario de Organización de Cs con Albert Rivera y senador por la comunidad autónoma. Este alineamiento interno también responde a los intentos de algunos en Cs de desestabilizar a Arrimadas.

Marín se ha postulado ya para competir en unas primarias para la candidatura a la presidencia de la Junta, después de que la presidenta nacional mantuviera silencio sobre sus preferencias de cartel electoral en una visita a Sevilla. En esa pugna, todos en Cs dan por hecho que habrá más candidatos. Las miradas se dirigen hacia la consejera de Igualdad, Rocío Ruiz, quien en declaraciones este martes a la Cadena SER reivindicó el papel de bisagra de su formación y su capacidad “para formar gobiernos a izquierda y derecha”.

¿A qué viene tanta agitación electoral cuando faltan 22 meses para las elecciones? Mucho tienen que ver las expectativas de voto creciente de Vox en Andalucía y a la secretaria general de Vox en el Congreso, Macarena Olona, a quien el portavoz en el Parlamento, Alejandro Hernández, considera que sería una buena candidata a la Junta. Tras participar en un acto contra la autonomía andaluza el pasado 28 de febrero, la diputada alicantina por Granada aseguró a la agencia Efe: “En Andalucía comenzó el cambio, en Andalucía comenzó la reconquista un 2 de diciembre de 2018 y en Andalucía será la primera vez que Vox asuma un gobierno autonómico”. Este convencimiento se basa en las encuestas. La última publicada por el Centro de Estudios Andaluces (Centra), dependiente de la Consejería de la Presidencia, en el mes de diciembre, sitúa a Vox como tercera fuerza política, por encima de Ciudadanos. En ese sondeo las derechas siguen sumando más que las izquierdas. A partir de esos datos demoscópicos, los dirigentes políticos han entrado en una espiral de declaraciones con intenciones futuras. Los de Ciudadanos dicen que no entrarán en un Gobierno con Vox y el Ejecutivo andaluz intenta bajar el balón al suelo recordando que aún quedan dos años para votar, aunque su portavoz, Elías Bendodo, ha deslizado este martes: “Me preocupa más que en el Gobierno esté Podemos que Vox”.

La hipotética entrada de Vox en el Gobierno andaluz tras unas elecciones a 22 meses vista le sirvió a la secretaria general del PSOE andaluz, Susana Díaz, para evolucionar en el mensaje que ya empleara en las elecciones de 2018, cuando pidió el voto para su partido para impedir que Vox sacase escaños en el Parlamento. “Solo hay dos alternativas, o gobierna el PSOE o entra Vox en el gobierno de Andalucía”, dijo la semana pasada. Díaz, como el resto de los líderes andaluces, tampoco sabe si volverá encabezar la candidatura de su partido a la Junta. Lleva semanas dedicada por entero a recabar apoyos para ganar el congreso regional, que se celebrará a final de año. Mientras, los críticos trabajan sin un referente claro y a la espera de una señal concreta de Ferraz, desde donde se han frenado las aspiraciones del diputado Felipe Sicilia a liderar el proyecto.

Tampoco en las formaciones que concurrieron bajo el nombre de Adelante Andalucía hay candidatos evidentes. Unidas Podemos por Andalucía confía en consolidar esta marca en dos años, mientras que los Anticapitalistas de Teresa Rodríguez aún no saben bajo qué denominación competirán.

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