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Dos policías confirman al juez que clonaron el móvil de Bárcenas sin control judicial

Los agentes relatan que usaron un programa israelí para extraer los datos de los dispositivos sustraídos al extesorero del PP

El excomisario Enrique García Castaño, apodado 'El Gordo', a su llegada a la Audiencia Nacional como investigado por el juez de la Audiencia Nacional que instruye el 'caso Villarejo'.
El excomisario Enrique García Castaño, apodado 'El Gordo', a su llegada a la Audiencia Nacional como investigado por el juez de la Audiencia Nacional que instruye el 'caso Villarejo'.Fernando Villar (EFE)
J. J. Gálvez

Dos agentes de la Policía Nacional han confirmado al juez del caso Kitchen que en octubre de 2013 se encontraron en un restaurante de la cadena VIPS con Sergio Ríos, entonces chófer de la familia de Luis Bárcenas, y que duplicaron, sin ningún tipo de control judicial y sin dejar registro de nada, el contenido de al menos dos dispositivos electrónicos (una tableta y un teléfono móvil) que les facilitó el conductor del extesorero popular. Según han detallado fuentes jurídicas, ambos han contado que esta cita se produjo por orden de su entonces superior, el comisario Enrique García-Castaño, conocido como El Gordo e imputado en esta causa abierta en la Audiencia Nacional, donde se investiga la trama de espionaje urdida en el Ministerio del Interior tras estallar el caso de los papeles de Bárcenas para arrebatarle supuestamente material comprometedor para altos cargos del PP.

El magistrado instructor Manuel García-Castellón ha escuchado este lunes a los dos agentes, un jefe de sección y un técnico que trabajaban en 2013 a las órdenes de García-Castaño, que ejercía entonces como máximo responsable de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO), encargada de las operaciones encubiertas. El juez los ha citado como testigos y, según han detallado fuentes jurídicas presentes durante sus declaraciones, ambos han mantenido la misma versión que ofrecieron en junio de 2019 ante la Unidad de Asuntos Internos que investiga Kitchen.

Según el relato de los dos policías, aunque no recuerdan el día exacto, el comisario llamó a uno de ellos en octubre de 2013 —apenas tres meses después de que Bárcenas tirara de la manta por primera vez ante al juez Pablo Ruz— para que se dirigieran inmediatamente hasta la cafetería VIPS de la calle de Velázquez, en Madrid. Una vez allí, tras sentarse en una mesa, esperaron a García-Castaño, que llegó a los pocos minutos acompañado de un varón al que “en ese momento no conocían de nada”, pero que ahora reconocen como Sergio Ríos. El conductor de Bárcenas, al que su superior presentó simplemente como un “confidente”, sacó entonces de una bolsa dos dispositivos electrónicos y se los entregó.

El técnico procedió en la misma cafetería al volcado del móvil y la tableta en un ordenador. Según contó en 2019, ese proceso duró apenas una hora. Y para llevarlo a cabo, según ha añadido este lunes, utilizó un sofisticado programa israelí denominado Cellebrite que permite extraer los datos sin necesidad de tener las contraseñas de acceso. Según han explicado fuentes jurídicas, el agente ha especificado que ni siquiera hace falta que los aparatos estén encendidos y que, una vez que finalizaron la operación, él y su compañero se marcharon del restaurante hacia al complejo policial de Canillas.

Al día siguiente, el mismo técnico descodificó la información extraída de ambos dispositivos y la guardó en un pincho, que entregó a su jefe de sección, quien a su vez se lo dio a García-Castaño. Este último ha asegurado que en ese momento acudió a ver al entonces secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, a quien facilitó la tarjeta de memoria. Según mantiene el ex comisario jefe de la UCAO, Martínez estaba al tanto y dirigía todo este entramado para sustraer material sensible a Bárcenas. “Él me dijo en su despacho que la preocupación que hay es que Bárcenas se ha llevado, no sé como lo ha hecho, unos discos duros. Y que en esos discos duros está toda la contabilidad. Las donaciones que se daban, no se sabe cuántas recibía y cuántas se quedaba...”, narró El Gordo, que fue el primero en desvelar esta cita en el restaurante tras comenzar hace dos años a colaborar con la justicia.

Los agentes han asegurado al juez este lunes que ellos no llegaron a analizar el contenido extraído de los dispositivos sustraídos a Bárcenas. Uno de ellos, además, explicó a Asuntos Internos que, tras entregar la memoria electrónica a García-Castaño, eliminó todos los datos volcados a su ordenador. Lo hizo mediante un ”procedimiento de borrado seguro, tras el cual resulta imposible la recuperación de dichos datos”.

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Nuevo informe de Asuntos Internos

La Unidad de Asuntos Internos ha informado al juez que ninguna de las empresas del grupo encabezado por el comisario jubilado José Manuel Villarejo, conocido como Cenyt y que se encargaba de elaborar informes de espionaje a cambio de dinero, estaba autorizada para la prestación de servicios como detectives privados. “Ninguna de las mercantiles está inscrita ni lo ha estado en el Registro Nacional de Seguridad Privada”, apunta el informe de la Unidad.

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Sobre la firma

J. J. Gálvez
Redactor de Tribunales de la sección de Nacional de EL PAÍS, donde trabaja desde 2014 y donde también ha cubierto información sobre Inmigración y Política. Antes ha escrito en medios como Diario de Sevilla, Europa Sur, Diario de Cádiz o ADN.es.

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