La fiscal mantiene su petición de cárcel para los tres acusados por los atentados de Barcelona y Cambrils
El Ministerio Público pide 41 y 36 años de prisión para dos miembros de la célula yihadista y ocho para un supuesto colaborador
Los tres acusados por los atentados de Barcelona y Cambrils no han hecho cambiar de opinión a la fiscalía, que este jueves mantuvo su petición de penas de cárcel. La fiscal solicitó 41 años para Mohamed Houli y otros 36 para Driss Oukabir por formar parte de la célula terrorista que cometió los ataques en nombre de Estado Islámico. Al contrario que otras acusaciones, no les atribuye los asesinatos del 17 de agosto de 2017. Para el tercer acusado, Said Ben Iazza, pide ocho años.
Los atentados de Barcelona y Cambrils, que dejaron 16 muertos y más de un centenar de heridos, están muy presentes en la vida diaria de la fiscal Ana Noé desde hace tres años y medio. Llevó junto a los Mossos d’Esquadra el peso de una investigación compleja, con ramificaciones internacionales, y llegó a la conclusión de que había que sentar en el banquillo a tres personas. El desarrollo del juicio, que se acerca a su fin tras dos meses, no le ha movido de la casilla inicial: ni el supuesto arrepentimiento mostrado por Houli ni el alegado ateísmo de Oukabir la han convencido.
La fiscal acusa a los dos principales acusados de organización terrorista, fabricación de explosivos y estragos. No les atribuye los asesinatos porque no fueron autores materiales ni del atropello de Barcelona ni del ataque a Cambrils. Los terroristas fueron abatidos por la policía, mientras Houli se reponía de sus heridas y Oukabir, que se había apeado del plan a última hora, aguardaba acontecimientos en Ripoll. Otras acusaciones presentes en el proceso en la Audiencia Nacional —que representan a familiares de víctimas, a heridos, a mossos— sostienen (y lo ratificaron este jueves) que se les puede culpar por las muertes.
Mohamed Houli, que ha seguido el juicio con la cabeza baja y la mirada perdida, fue herido en la explosión de la casa de Alcanar (Tarragona) la noche del 16 de agosto de 2017. La célula de Ripoll almacenaba allí explosivos para cometer un atentado con bombas en Barcelona. La explosión frustró los planes, mató al líder del grupo (el imán Abdelbaki Es Satty) y llevó a Houli al hospital. La célula improvisó un plan y, la tarde del 17 de agosto, Younes Abouyaaqoub arrolló a decenas de personas en La Rambla, mientras por la noche otros miembros del grupo sembraron el caos en Cambrils.
Houli no ha peleado por su inocencia en el juicio, pero ha buscado una reducción de la pena. “Siempre he mostrado mi voluntad de colaborar y mi arrepentimiento”, declaró. La fiscalía no ha dado crédito a su versión, que los investigadores desmontaron: el testimonio de Houli, dijeron, apenas sirvió para aclarar nada.
Driss Oukabir, que a menudo ha protestado tras la pecera de cristal —los tres acusados están en prisión preventiva— negó las acusaciones. Dijo que nunca formó parte de la célula terrorista porque él mismo no es practicante del islam y, además, bebe y fuma. Los investigadores de los Mossos han dejado en evidencia en más de una ocasión esa tesis de defensa al relatar su consumo de propaganda yihadista y cómo alquiló, el 16 de agosto, una de las furgonetas que pretendían cargar con bombas.
Cuando las partes expongan sus informes en las próximas jornadas, Houli, Oukabir y Ben Iazza podrán hacer uso, si lo desean, de la última palabra para defenderse.
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