El Estado recibe de los Franco el pazo de Meirás
La finca pasa ser propiedad pública en cumplimiento de una sentencia, que ha sido recurrida por los familiares del dictador
Después de 82 años en manos de los Franco, el pazo de Meirás ha sido entregado este jueves al Estado para ejecutar de forma provisional la sentencia, de momento recurrida, que otorgó a la mansión la titularidad pública. El acto, que ha terminado cerca de las dos de la tarde, se ha desarrollado con hora y media de retraso porque los técnicos de Patrimonio tenían que comprobar de forma visual el estado de los bienes antes de la entrega de las llaves, según fuentes del Tribunal Superior de Xustiza. Durante la entrega, la Abogacía del Estado ha aclarado que dos de los bienes que constan en el inventario, la Casa de las Conchas y el hórreo anexo a este inmueble, no forman parte de lo reivindicado por la Administración, por lo que seguirán en poder de los familiares del dictador. “El contenido del pazo de Meirás va a seguir como está hoy a la espera de que haya una sentencia firme. Hay enseres que son claramente personales que se van a entregar en los próximos 20 días”, ha explicado Consuelo Castro Rey, jefa de la Abogacía del Estado, en una breve comparecencia ante los medios en la que ha subrayado la sensación de “justicia histórica” que deja este acto. “Es la devolución de un bien que llega a unas manos de las que no debería de haber salido, al Estado”, ha añadido.
La estancia favorita de Emilia Pardo Bazán ha sido el lugar elegido para la firma del documento y la entrega de llaves con la que la Abogacía del Estado ha recibido, en acto judicial, la propiedad de Meirás. La escritora ubicó el corazón de su biblioteca en este lugar, situado en la tercera planta de la Torre de la Quimera (bautizada por ella misma como una de sus obras). Esta parte del inmueble fue una de las más castigadas durante el incendio que sufrió el pazo en 1978.
Activistas del Bloque Nacionalista Galego (BNG) con lemas “el pazo es del pueblo”, “que nos devuelvan lo robado” o “franquismo nunca más” han recibido a la comisión judicial en la entrada de Meirás. El grupo ha llegado a las 11.00, acompañados del equipo de técnicos de la Xunta que elaboró el inventario con los 697 bienes que los Franco no podían mover del lugar. La magistrada Marta Canales, titular del juzgado de Primera Instancia 1 de A Coruña, había ordenado que los peritos revisaran los jardines y las habitaciones para “verificar que los bienes están en el mismo estado que cuando se hizo la inspección ocular, el 11 de noviembre”. Una vez realizado este trámite, la juez ha hecho entrega de las llaves del pazo a la Administración General del Estado, que tiene a partir de este jueves 20 días hábiles para determinar qué bienes pueden ser entregados a la familia Franco, según han informado fuentes del tribunal superior gallego.
El pazo de Meirás reabrirá sus puertas a las visitas “en cinco o seis semanas”, según anunció este miércoles la vicepresidenta primera, Carmen Calvo. Este acto de entrega, logrado tras la batalla judicial emprendida por el Gobierno en julio de 2019, “dignifica la democracia española y la memoria”, según la ministra, que recordó a los “miles y miles de hombres y mujeres que han pedido que este lugar sea patrimonio público”. Cuando “se reactiven las visitas”, subrayó Calvo, el público se encontrará “con la historia y la verdad de lo ocurrido: con la presencia de Franco allí, pero con una mirada propia de la memoria democrática y del relato democrático”.
La vicepresidenta se reunió con representantes de varias Administraciones para aclarar qué uso se dará al inmueble. El presidente gallego confirmó este miércoles que había escrito al jefe del Ejecutivo central, Pedro Sánchez, para proponerle el traspaso de la propiedad del inmueble a la comunidad autónoma. “Solicitamos la transferencia porque era un pazo de una familia gallega y fue comprado con aportaciones de gallegos. Además, también, porque sabemos lo que queremos hacer”, declaró el presidente de la Xunta Alberto Nuñez Feijóo (PP). Su plan de uso pasa por resucitar el espíritu con el que la primera propietaria, la condesa de Pardo Bazán, mandó edificar esa mansión llena de símbolos literarios, que recuerda por sus torres a un castillo medieval.
Una investigación encargada por la juez de Primera Instancia 1 de A Coruña, la misma que otorgó en septiembre la titularidad del pazo al Estado, evidencia a través de fotos que algunos bienes que hasta ahora habían disfrutado como propios la familia del dictador se encontraban antes de la Guerra Civil integrados en las Colecciones Reales Españolas y otros fueron confeccionados con tejidos cuyo estampado coincide con el de cortinajes y sillones tapizados para engalanar palacios públicos. Patrimonio Nacional conserva, incluso, fragmentos de las mismas bobinas de tela.
Sobre la llamada Casa de las Conchas, que también fue expropiada a un emigrante natural de Sada durante el franquismo, la jefa de la Abogacía el Estado explicó que no entró en la demanda judicial “porque está extramuros”. La expropiación se llevó a cabo a partir de 1962, cuando el cierre de la parcela ya había sido edificado sobre otros terrenos de vecinos y 21 años después de que Franco inscribiera la propiedad a su nombre en el registro de Betanzos gracias a una escritura de compraventa simulada.
Esta casa tenía originalmente un hórreo construido en parte en madera, según la tipología de esta zona de A Coruña, y fue reemplazado por otro de piedra labrada, procedente de las Rías Baixas, que recibieron como agasajo el dictador y su esposa. La casa se forró con conchas de vieira, que también fueron un regalo, por orden de Carmen Polo. El investigador y nieto de una vecina expropiada Carlos Babío, coautor del libro Meirás, un pazo, un caudillo, un espolio, cree que “el Estado y el Ayuntamiento de Sada deben iniciar ya el procedimiento judicial para su devolución”.
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