Negociación contra reloj para tratar de evitar la intervención de Madrid
El líder regional de Ciudadanos desbloquea el diálogo con el ministro de Sanidad
El Gobierno y la Comunidad de Madrid han abierto una vía de negociación contra reloj para intentar evitar una intervención en la que ha trabajado La Moncloa durante el fin de semana, convencida de que Isabel Díaz Ayuso no quería dar su brazo a torcer y endurecer las medidas para frenar el contagio de la covid en la región con los peores datos de Europa. Ciudadanos, socio de coalición del PP en Madrid, juega un papel central en ese intento de acuerdo. El vicepresidente regional, Ignacio Aguado, de Cs, negoció este domingo con el ministro de Sanidad, Salvador Illa, para buscar salidas. Por la noche le llamó el consejero de Sanidad madrileño, Enrique Ruiz Escudero. Ambos se citaron para este lunes a las 16.30, ya con los nuevos datos encima de la mesa. Ahí se producirá la negociación definitiva. Si no hay acuerdo en pocos días, habrá intervención.
Ciudadanos era la pieza clave en la compleja jugada política que se vive en las últimas horas en Madrid. El grupo de Inés Arrimadas tiene una buena relación con el Gobierno, con el que está negociando nada menos que los Presupuestos de todo el país. Sin embargo, La Moncloa ha trasladado con claridad durante el fin de semana que está dispuesta a intervenir la Comunidad, seguramente a través de un artículo del decreto de nueva normalidad que permite, en caso “urgente necesidad”, tomar decisiones al margen de una comunidad autónoma y comunicárselas después.
El Gobierno ha metido mucha presión para lograr que Madrid rectificara y . De momento no hay ninguna garantía de que vaya a haber un giro, pero Ciudadadanos, a través de Aguado, ha dado ese primer paso de llamar a Illa y a Carolina Darias, responsable de Política Territorial. Se trata de los dos ministros más implicados en la crisis, que han participado en las reuniones con el Gobierno madrileño para intentar buscar un acuerdo.
Los mensajes públicos cambiaron este domingo de forma notable después de esta conversación entre Aguado e Illa. El ministro, que el día anterior había lanzando un claro ultimátum que apuntaba a que la intervención era inminente, fue mucho más suave este domingo, pero dejó claro que la decisión se tiene que tomar en las próximas horas o La Moncloa intervendrá.
“Hemos mantenido comunicaciones con la Comunidad de Madrid. Desde la máxima lealtad institucional, les hemos emplazado a revisar las medidas anunciadas y a seguir las recomendaciones de los científicos y sanitarios”, declaró Illa. “Urge un alto el fuego político. Los madrileños merecen que acordemos conjuntamente las medidas para proteger su salud. Estemos a la altura”, señaló Aguado.
Pero Ayuso dejó claro por la noche en Antena 3 que no tiene intención de endurecer las medidas. “Nos estamos arruinando. No podemos ir a cerrarlo todo. Tenemos que ir a unas propuestas intermedias”, aseguró después de acusar al Gobierno de cambiar de criterio a última hora “por motivos políticos” tras apoyar las medidas de Madrid.
El Gobierno ha trabajado durante el fin de semana en esta posibilidad de intervención, que tiene dificultades jurídicas y políticas evidentes y no es la mejor opción para el Gobierno. La utilización del decreto de nueva normalidad es la fórmula más suave. Le permitiría tomar la decisión de ampliar a toda la capital el confinamiento parcial que tienen ya la mayoría de los barrios más populares, lo que no implica ni mucho menos volver a un encierro como el de marzo, sino reducir al máximo los movimientos entre barrios y dentro de la región. Sin embargo, tendría muchos problemas para desarrollar esta medida y tomar otras sin la cooperación de la Comunidad.
Cualquier cosa que se haga en contra de la voluntad del Gobierno de Madrid, que no perdería en ningún caso las competencias de Sanidad y Educación y otras muchas, es un problema político y jurídico mayúsculo.
De hecho, fuentes del Gobierno de Madrid aseguran que La Moncloa nunca se atreverá a la intervención por todos los problemas que supone. En el Ejecutivo central admiten que la intervención no es su plan A (opción preferida), pero advierten de que, si Madrid no endurece las medidas en pocos días y los datos siguen empeorando, esa decisión es inevitable. Sanidad evaluará los datos del pasado fin de semana y tomará decisiones.
El martes está prevista la reunión del grupo de coordinación con Illa y Aguado. Pero antes habrá esta reunión entre Illa y Escudero que podría abrir paso a un acuerdo. Y el miércoles está prevista una reunión de la comisión interterritorial con todas las comunidades presentes.
El movimiento de Aguado fue clave para desatascar las negociaciones, pero en el Gobierno advierten de que no hay aún ningún compromiso para endurecer las medidas y que sigue mandando Ayuso, que insiste en que su postura es la correcta y el confinamiento no es la solución.
Una semana de plazo
El Gobierno de Madrid está pidiendo tiempo, una semana al menos, para ver si sus medidas logran rebajar la curva. Si no es así, está dispuesto a revisarlas. Sanidad le contesta que no hay tiempo que perder y que los expertos insisten en que las decisiones adoptadas hasta ahora son insuficientes y no han sido bien recibidas por los ciudadanos, lo que las hace más ineficaces.
El diálogo entre las partes estaba prácticamente roto desde el viernes. El Gobierno asegura que Madrid se negó a tomar las medidas que los expertos de Sanidad veían como imprescindibles y que les plantearon el jueves. Madrid contesta que Sanidad cambió su discurso, y mientras el martes no proponía medidas más duras, el jueves de repente exigía este confinamiento moderado en toda la comunidad. El entorno de Ayuso señala que, si Sanidad quiere confinar a todas las localidades que estén por encima de 500 contagiados por 100.000 habitantes, tiene que hacerlo en toda España.
“No hay choque por nuestra parte”, cuenta un colaborador de la presidenta. “Hemos actuado conforme al acuerdo. Decimos lo que vamos a hacer y ellos tienen que ayudar. El jueves, sin que nada hubiera cambiado epidemiológicamente, Illa cambió las reglas”, sentencia. En Moncloa insisten en que ellos pedían medidas más duras desde hace más de una semana.
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