Andalucía, Castilla y León y Madrid reclaman “criterios comunes” al Ministerio de Sanidad

Domingo de llamadas entre Administraciones. Ignacio Aguado se ha situado en la proa. El vicepresidente del Gobierno de la Comunidad de Madrid levantó el teléfono esta mañana para dialogar con el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y la ministra de Política Territorial, Carolina Darias. El movimiento político del líder de Ciudadanos en la región ha sido clave para desatascar las negociaciones entre La Moncloa y la Puerta Sol tras el ultimátum de Sanidad de este sábado. El silencio de Aguado era atronador. Llevaba callado 48 horas. El entorno de la presidenta, Isabel Ayuso, ha visto el movimiento con buenos ojos: el Gobierno regional no está dispuesto a romper las relaciones, pero, eso sí, exige “medidas comunes” para todas las comunidades. El PP ha movido ficha en otra gran comunidad con altos índices de contagios. La Junta de Castilla y León del popular Alfonso Fernández Mañueco se ha sumado la petición. Y a última hora de esta noche, el presidente de Andalucía, Juanma Moreno, también. “El Gobierno de España debe marcar ya unos objetivos para todo el territorio”, ha dicho. Sevilla, Madrid y Valladolid van de la mano en la exigencia de criterios comunes para todas las comunidades.

El presidente Mañueco considera “imprescindible" la colaboración y el trabajo conjunto de todas las Administraciones. "Pedimos una reunión urgente del Consejo Interterritorial de Salud para fijar criterios objetivos de actuación en cada momento”, ha dicho. Ciudadanos, socio de coalición del Gobierno castellanoleonés, se adhiere a la propuesta. El vicepresidente y portavoz del Ejecutivo regional, Francisco Igea, ha insistido en solicitar, tras contactar con los responsables sanitarios de la Comunidad de Madrid y de Castilla-La Mancha, que el Ministerio de Sanidad convoque urgentemente el consejo interterritorial para que se establezcan "criterios comunes a todas las comunidades para determinar las medidas restrictivas precisas”.

Sin embargo, fuentes del Gobierno de Castilla-La Mancha han rechazado las palabras de Igea. “Estamos dispuestos a aceptar medidas comunes en las zonas de más contacto y movilidad. No es lo mismo la densidad de población en la poca extensión que tiene Madrid que en los 80.000 kilómetros cuadrados de Castilla-La Mancha”.

La relación entre las tres comunidades ha sido una constante en las últimas semanas. Madrid se sitúa en el epicentro y colinda con ambas regiones. Los tres presidentes autonómicos se reunieron el pasado 7 de septiembre en Sol. Acordaron establecer unas reuniones diarias y compartir información entre las tres consejerías de Sanidad para tratar de disminuir el impacto de la pandemia. “Nuestras tres comunidades comparten mucho más que otras autonomías entre sí. Castilla La-Mancha y Castilla y León, de alguna manera, abrazan a la capital de España. Madrid lo condiciona e irradia todo. A todos los efectos es el centro del país”, dijo el dirigente socialista Emiliano García-Page para justificar una especial tarea de colaboración a tres.

En Andalucía hay varias localidades con los mismos niveles de incidencia que zonas de la Comunidad de Madrid que han sido confinadas. Sus alcaldes han reclamado a la Consejería de Salud que imponga también un aislamiento perimetral, una decisión que hasta ahora se ha negado a tomar, alegando que no existe transmisión comunitaria, sino “transmisión esporádica”, informa Eva Sáiz.

En la capital de España, Aguado ha insistido en la necesidad de continuar con las reuniones esta semana. La renuncia del portavoz del Grupo Covid, Emilio Bouza, este sábado 48 horas después de su nombramiento cayó como una bomba en la sede del Gobierno autonómico. “Urge un alto el fuego político. Los madrileños merecen que acordemos conjuntamente las medidas para proteger su salud. Estemos a la altura”, ha escrito Aguado en su perfil de Twitter. El diálogo entre el Gobierno regional y La Moncloa estaba prácticamente roto. El Ejecutivo central hablaba en la noche del sábado abiertamente de intervenir la Comunidad de Madrid. Pero las aguas han vuelto a su cauce. “Hemos mantenido comunicaciones", ha respondido el ministro Illa en la misma red social. "Desde la máxima lealtad institucional, les hemos emplazado a revisar las medidas anunciadas y a seguir las recomendaciones de los científicos y sanitarios”.

Por su parte, la consejera de Sanidad de Castilla y León, Verónica Casado, ha confirmado a EL PAÍS que ella también ha solicitado la reunión al ministro: “Yo he pedido un consejo urgente del pleno interterritorial, es muy importante establecer criterios comunes y trabajar de la misma manera. La ley de cohesión establece que el consejo es el que tiene que establecer las medidas de coordinación de salud pública, y si ahora no hay que coordinarnos, no sé cuándo será”. El objetivo, afirma, es “plantear los criterios, indicadores y estándares según el nivel de riesgo” para actuar de forma coordinada.

Esta médica ha recordado que anteriores citas interterritoriales permitieron adoptar decisiones comunes y que por eso se comunicó con Illa, quien le respondió que era “una buena idea” y que este lunes tendría una respuesta. Casado ha apuntado que sugirió esta iniciativa a su homólogo castellanomanchego este viernes y que ha sido este domingo cuando le ha hecho llegar su propuesta a Madrid. “Tenemos que hacer todo lo posible para no llegar al confinamiento, tiene que ser lo último”, ha insistido. La Junta de Castilla y León declinó la semana pasada solicitar el estado de alarma, si bien acordó confinar territorios cuando fuese preciso, como ha ocurrido en Miranda de Ebro (Burgos) ante la expansión del virus. “Es importante unir ciencia y política”, ha abundado Casado.

En la Puerta del Sol la tregua está presente. “No hay choque por nuestra parte”, dice un colaborador de la máxima confianza de la presidenta. “Hemos actuado conforme al acuerdo. Decimos lo que vamos a hacer y ellos tienen que ayudar. El jueves, sin que nada hubiera cambiado epidemiológicamente, Illa cambió las reglas”. Esta fuente asegura que el ministro de Sanidad les dijo: “Tenéis que hacer lo que yo diga”.

Isabel Díaz Ayuso afirmó el sábado por la noche que ofreció, durante las negociaciones del jueves entre el Gobierno y la región, cerrar todas las poblaciones de Madrid que tuvieran más de 500 contagios por cada 100.000 habitantes. La presidenta madrileña estaría dispuesta a confinar estas poblaciones con una condición: si se hace en Madrid que se haga también en todas las ciudades de España que tengan esa tasa de contagios. Además, señalan las mismas fuentes, en la negociación también exigieron la realización de PCR en Barajas, en el AVE y en Renfe, “que es por donde entran los contagios”.

La tensión en las últimas 48 horas ha sido máxima. El consejero de Justicia regional y hombre fuerte dentro del PP, Enrique López, está muy activo en las negociaciones. Sus mensajes sirven de termómetro. “El Gobierno de España y su ministro de Sanidad deben demostrar lealtad”, manifestó en un mensaje de Twitter tras conocerse la llamada de Aguado a los ministros de Sánchez. “El Gobierno tiene que regresar a los espacios de colaboración y no amenazando con actuaciones de difícil encaje legal. Los ciudadanos piden soluciones, no enfrentamientos”. En el Ejecutivo madrileño aún hay esperanza de reconducir las negociaciones. “Nosotros no vamos a romper la mesa diálogo”, señalan fuentes del entorno de la presidenta.

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