Las notas de Puigdemont antes de la decisión final
El expresident muestra en el libro ‘Me explico. De la investidura al exilio’ su visión de las negociaciones en torno a la declaración unilateral de independencia de 2017
La élite civil catalana intentó influir en el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont durante las semanas previas a la declaración de independencia de 2017. Algunos le mostraban un apoyo incondicional y otros le presionaron para que detuviera la vía unilateral, incluso prometiéndole una mediación del papa Francisco entre él y el por entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Así lo asegura Puigdemont, huido en 2017 en Bélgica para evitar ser juzgado en España, en el libro Me explico. De la investidura al exilio (Plaza y Janés), escrito junto al director del diario El Punt Avui, Xevi Xirgo. Estos son algunos extractos de la publicación.
Puigdemont describe una propuesta de mediación enviada a su secretaria, Anna Gutiérrez, a través de correo electrónico: “Soy Antoni Puigverd, columnista de La Vanguardia y gerundense. No hablo en mi nombre, sino como mensajero de personas de la sociedad catalana que están en condiciones de asegurar la propuesta de intermediación internacional. Concretamente, del Vaticano. Solo pedimos un margen de tiempo. Que no se precipite, por favor. Necesitamos un par o tres de semanas. El papa Francisco nos ayudará seguro. Por favor, que no se precipite. Hazle llegar este mensaje lo antes posible. Que no se precipite, porque si no, ya no tendríamos margen de maniobra. Agradecido.”
El expresidente catalán cuenta que le pidió a su secretaria que hiciera saber a Puigverd que estaba de acuerdo con seguir adelante con esa mediación. “Me parece que lo único que quieren es hacerme perder el tiempo”, dice, pese a dar su aprobación.
Entre llamada y llamada, Puigdemont toma notas en una libreta. Estas son algunas de ellas, recogidas en el libro. De Antoni Abad, presidente de la patronal Cecot: “Queremos unir procés y progreso. La no declaración [de independencia] no la entenderíamos. Hay que tener una inteligencia atrevida”. De Toni Cañete, secretario general de la patronal Pimec: “Imaginación y dedicación. Hay que ir más juntos que nunca. Desde la mesa de la democracia, trabajamos para que el paro general fuese un éxito. Estamos en el último cuarto de partido, pero empieza el juego sucio”. De Pau Relat, presidente de la Fira de Barcelona: “Hemos conseguido lo que no creíamos que tendríamos. Harán barbaridades igualmente, hagamos lo que hagamos”.
También cuenta Puigdemont que le llama el cardenal Juan José Omella, actual presidente de la Conferencia Episcopal Española, y que este le presiona para que no pronuncie la declaración de independencia advirtiéndole de que, si lo hace, se romperán todas las posibles vías de diálogo. El cardenal Omella y el cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, también se han implicado en la búsqueda de una solución. Omella le explica, según el libro, que todos están trabajando para encontrar una salida, pero sobre todo le pide que no haga una declaración unilateral de independencia.
El expresidente catalán asegura que Josep Rius, su jefe de gabinete, le cuenta que su homólogo en La Moncloa, entonces Jorge Moragas, le habla esos días de “los buenos” y “los malos”. Y añade otra supuesta conversación entre ambos: “Estábamos hablando de la situación y, de repente ha empezado a decirme que era verdad, que hemos ganado el referéndum. ‘Lo habéis hecho’, me ha dicho. ‘Habéis hecho un referéndum. Y aunque no sois suficientes para declarar la independencia, lo cierto es que hay un antes y un después”.
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