Iglesias asume que Sánchez intente pactar los Presupuestos con Cs aunque cree que no será posible
"Ojalá me equivoque y la capacidad persuasiva del presidente haga que nos apoye Ciudadanos"
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han llegado a un acuerdo sobre el asunto más delicado que tienen entre manos para las próximas semanas: la decisión de con quién sacan adelante los Presupuestos, si es con Ciudadanos, como prefiere una parte del Gobierno, en especial un sector de La Moncloa y la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, o con ERC, como reclama Unidas Podemos y un sector importante del PSOE, que teme las cesiones que exija Inés Arrimadas en cuestiones centrales como los impuestos o la política social. El acuerdo implica que Iglesias dejará que Sánchez meta presión tanto a Cs como al PP, aunque él esté convencido de que finalmente la única opción viable sea con ERC. Así se evitará el choque abierto entre las dos partes de la coalición y se mantienen varias opciones encima de la mesa como forma también de mejorar la posición negociadora.
Hoy ha llegado la escenificación de este nuevo punto de encuentro entre Sánchez e Iglesias. El vicepresidente segundo del Gobierno, que hasta ahora había insistido con claridad en que la única opción viable es la de la mayoría de la investidura —esto es con el PNV, ERC, Más País, y varios grupos pequeños— se ha mostrado este martes mucho más suave que en otras ocasiones ante la posibilidad de que el PSOE intente buscar el acuerdo con Ciudadanos para aprobar los Presupuestos. “El presidente y yo estamos de acuerdo. Creemos que debemos trabajar con las fuerzas de izquierda para sacar los Presupuestos pero a la vez yo asumo que él en un momento como este debe emplazar al PP y a Ciudadanos para que apoyen las Cuentas. Ya saben lo que yo pienso. Pero es posible que me equivoque y la capacidad persuasiva del presidente haga que nos apoye Ciudadanos, que últimamente ha asumido el rol de una derecha moderada”, ha señalado Iglesias en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
Parece evidente que el PSOE y Unidas Podemos han pactado dejar abiertas las posibilidades de acuerdo en Presupuestos para meter presión tanto a ERC como a Ciudadanos, aunque Iglesias sigue pensando, y así lo ha apuntado en su comparecencia, que la opción real para sacar adelante unas cuentas progresistas basadas en el acuerdo de Gobierno PSOE-Unidas Podemos es la de los republicanos. La proximidad de las elecciones autonómicas en Cataluña dificulta el apoyo del partido independentista, temeroso de ceder terreno en la lucha por la hegemonía del separatismo que se dirimirá en esos comicios.
El debate dentro del Ejecutivo es intenso sobre la posibilidad de acordar los Presupuestos con Ciudadanos. Hasta hace muy poco, todo el Ejecutivo lo descartaba. Pero el giro del grupo de Inés Arrimadas en las votaciones del decreto de alarma, cuando apostó por negociar medidas económicas con el Gobierno a cambio de garantizar su apoyo, provocó un cambio en el Ejecutivo. Sánchez había ordenado lograr el apoyo de ERC a toda costa, y se produjeron al menos dos reuniones de los seis negociadores de la investidura para lograr que los republicanos volvieran a la mayoría. Pero esas negociaciones fueron fallidas, y la amenaza del PP de votar en contra forzó un acercamiento entre el PSOE y Ciudadanos que en La Moncloa siempre habían defendido. Sánchez parece buscar ahora una “geometría variable” que le permita ampliar sus apoyos y no depender siempre de ERC, muy condicionada por el ambiente electoral en Cataluña.
En Unidas Podemos insisten en privado en que la única manera de mantener las políticas progresistas durante toda la legislatura es apostar por ERC. Y además señalan que el Gobierno también tiene como objetivo suavizar el problema político catalán, y eso pasa por un acercamiento a los republicanos. En La Moncloa sin embargo muchos creen que con ERC no hay nada que hacer hasta después de las elecciones catalanas —presumiblemente en otoño— y por tanto ahora hay que apostar por Ciudadanos. El grupo de Arrimadas negocia directamente con La Moncloa y en especial con Félix Bolaños, secretario general de Presidencia y hombre clave del equipo de Sánchez.
Sin embargo hay sectores del PSOE que creen que apostar por Ciudadanos puede tener demasiados costes y complicar la legislatura más adelante porque las discrepancias con el grupo de Arrimadas son de fondo en cuestiones clave como la educación, los impuestos o la reforma laboral. La decisión final llegará en septiembre-octubre, con la votación clave de las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos, pero de momento el acuerdo de Sánchez e Iglesias incluye dejar todas las puertas abiertas.
Viaje a Alemania, Holanda, Suecia
El Gobierno vive un momento especialmente delicado en el que Sánchez e Iglesias se han conjurado para evitar las tensiones internas. El presidente está en plena negociación del fondo europeo de recuperación, clave para ver qué margen tendrá España en los Presupuestos de 2021 y sobre todo cuánto dinero tendrá en los próximos años para facilitar la salida de la crisis. Sánchez fue el lunes a Lisboa, recibe este miércoles en La Moncloa al italiano Giuseppe Conte y tiene prevista una ronda la próxima semana que le llevará, si la agenda no lo impide, a Países Bajos, Suecia y Alemania. Los dos primeros forman parte del bloque de los llamados frugales, los negociadores más duros, que quieren limitar el alcance del fondo y colocar muchas condiciones, mientras Angela Merkel es una de sus principales impulsoras y La Moncloa la considera en este momento una aliada. Sánchez echará el resto en la semana clave, y llenará con viajes todos los huecos entre el Consejo de Ministros del martes y el gran homenaje a las víctimas del coronavirus del jueves. La decisiva cumbre en Bruselas será el viernes y el sábado. Y es posible que aún haya otra definitiva antes de que acabe julio.
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