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Fumar ‘sapito’, el exorcismo de Nacho Vidal

Proliferan los facilitadores del potente alucinógeno que tomó el fotógrafo fallecido en casa del actor porno

Nacho Vidal, como concursante del programa 'Supervivientes'.
Nacho Vidal, como concursante del programa 'Supervivientes'.Europa Press

Un padre de familia, un boxeador y un actor porno. Homer Simpson, Mike Tyson y Nacho Vidal. Todos unidos por el bufo alvarius, un anfibio al que llaman sapito y de cuyas glándulas cutáneas se extraen potentes drogas psicodélicas, entre ellas la 5-metoxi-dimetiltriptamina (5-MeO-DMT) y la bufotenina. Homer chupó el sapo y tuvo más desvaríos de lo normal en un capítulo, cuando se hizo pasar por misionero en un poblado indígena. El campeón de los pesos pesados de Brooklyn ha confesado que tras fumar sapito noqueó al “monstruo” violento e inestable que llevaba dentro.

Y luego está Nacho Vidal, que respiró los vapores del sapito en Ibiza para superar adicciones y malos rollos. El actor porno acaba de ser acusado de homicidio imprudente por la muerte, en julio de 2019, del fotógrafo de moda José Luis Abad durante un ritual realizado en el jardín de su casa de Enguera (Valencia). Abad sufrió un infarto tras inhalar la sustancia. Si no es por Nacho Vidal, el bufo alvarius seguiría tranquilo en el desierto de Sonora (México), de donde es originario, y su nombre solo estaría presente en charlas de psiconautas, investigadores de enteógenos, defensores de las medicinas ancestrales y ciudadanos que buscan una reconexión tras procesos de adicción o trastornos emocionales.

Al calor de otros tratamientos de moda con sustancias como la ayahuasca (decocción de plantas amazónicas cuyo potencial contra la depresión mayor está siendo investigada), han reaparecido principios activos más exóticos si cabe. Y el veneno del bufo alvarius es uno de ellos.

“En España su uso es marginal. Después de lo de Nacho Vidal, habrá más gente buscando 5-MeO-DMT en Internet pero su consumo es minoritario. El principio activo no es nuevo y hoy lo venden como una droga milagrosa”, explica José Carlos Bouso, director científico del Iceers (Centro Internacional para la Educación, la Investigación y el Servicio Etnobotánico, por sus siglas en inglés), una institución con sede en Barcelona dedicada al estudio de las plantas psicoactivas. La 5-MeO-DMT no solo se extrae del sapo norteamericano. Fue sintetizado en laboratorio en los años treinta del siglo XX. En los sesenta llegó a funcionar en EE UU la Iglesia del Sapo de la Luz, que utilizaba esta sustancia como herramienta de prospección espiritual. Es una más de los centenares de drogas conocidas como chemical research y que se pueden adquirir en la Internet profunda.

“La experiencia psicológica dura entre 5 y 30 minutos y es muy potente”, comenta Bouso. “En segundos se produce una disociación completa del cuerpo, suele aparecer una luz blanca y desintegradora y la persona se rompe. Esta experiencia puede ayudar a cambiar patrones de comportamiento”, dice. Al venderse como un remedio milagroso, están surgiendo muchos facilitadores, supuestos guías que montan ceremonias por no menos de 250 euros donde mezclan el sapito con ayahuasca. “Hay que tener mucho cuidado con estos cócteles, la 5-MeO-DMT y la ayahuasca no se llevan nada bien”, aclara Bouso.

Gonzalo, malagueño de 44 años, pagó hace seis 150 euros por la primera sesión. Era consumidor habitual de alcohol y cocaína. Escuchó que un médico mexicano venía a España y se desplazó hasta Las Rozas (Madrid) para participar en una ceremonia con sapito. “Fue muy fuerte. Se me quedaron muchas cosas dentro y repetí para ir quitándome. Me cambió para bien”, comenta. En la última toma, en 2018, “se abrieron las puertas para trascender e interpreté que iba a morir. Me dio miedo. Aunque me ayudó, no se lo recomiendo a nadie”.

Aquel médico mexicano era Octavio Rettig, que ha tratado con drogas extraídas del sapo a más de 9.000 personas en 40 países desde hace 14 años, “alrededor de mil en España”, comenta vía telefónica desde su casa en el desierto de Sonora. “La persona que brinda la medicina tiene una responsabilidad compartida. Hay personas que de la noche a la mañana comparten esta sustancia, son falsos gurús. La preparación del individuo y el acompañamiento posterior es importante porque es obvio que hay riesgos”.

“No vale con tomar un curso de primeros auxilios y haber leído algo. Existen muchos nachos vidales, gente de buena fe pero ¿quién tiene que dar esta medicina, un actor porno o un médico con conocimientos?”, argumenta Rettig, sobre quien planean también acusaciones de malas prácticas. Entre los efectos demostrados de la 5-MeO-DMT está la elevación del ritmo cardíaco y la presión arterial. “No suelen suponer episodios más problemáticos que cualquier otro que provoque taquicardias”, explica un miembro del centro Iceers. La presencia de una cardiopatía previa sí puede influir.

Rettig admite que fue adicto al crack y dice que el sapito le desenganchó. “Más del 80% de los que acuden a mí lo hace por salud, quieren dejar una adicción o superar un problema existencial. El resto busca una experiencia, pero nunca diversión porque el momento se parece más a un exorcismo que a una experiencia placentera”. Por vía fumada o vaporizada, los efectos son inmediatos y cortos, aunque su intensidad sobrecoge. El sapito entra como un rayo en el cuerpo y la mente. Hay quien se retuerce, grita, llora..., sin ser consciente de ello.

Ni el bufo alvarius ni sus alcaloides psicoactivos están dentro de las listas de psicotrópicos de Naciones Unidas. EE UU, Suecia o el Reino Unido los incluyen entre las drogas prohibidas. En España no aparecen fiscalizadas. Si cada vez hay más estudios sobre el potencial terapéutico de la ayahuasca, con el veneno de este batracio hay menos evidencias.

En 2018, científicos norteamericanos entrevistaron a más de 500 consumidores de 5-MeO-DMT y concluyeron que es una droga que se usa con poca frecuencia como exploración espiritual y anticiparon que podría tener algún efecto en psicoterapia. A raíz de la detención de Nacho Vidal, algunos medios publicaron que estos principios activos provocan daños neuronales, pero las escasas investigaciones preclínicas (con animales) dicen lo contrario. Frontiers in Molecular Neuroscience publicó en septiembre de 2018 una investigación de la Universidad Federal de Río de Janeiro en la que se demostró que una sola dosis de 5-MeO-DMT en ratones estimula la proliferación celular y la supervivencia neuronal.


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