Ciudadanos avanza con el Gobierno un acuerdo para la última prórroga del estado de alarma

El Gobierno tiene muy cerca la posibilidad de aprobar la sexta y última prórroga del estado de alarma con una mayoría más reforzada que en la anterior votación. Además de los votos del bloque de la investidura, tras los acuerdos suscritos con ERC y PNV que prácticamente le aseguran ya aprobarla, negocia con Ciudadanos y la formación de Inés Arrimadas no ve impedimentos para apoyar la prolongación de la alarma hasta el 21 de junio. Cs opta así por mantener la coherencia con sus decisiones anteriores pese a los pactos con los nacionalistas.

Las votaciones del estado de alarma a lo largo de los más de dos meses y medio que lleva en vigor han provocado más de un quebradero de cabeza al Gobierno. La Moncloa llegó a ver en peligro la estabilidad de la legislatura en la aprobación de la quinta prórroga, cuando ERC pasó al no con gran irritación por un acuerdo con Ciudadanos, que exigió a Pedro Sánchez elegir entre su apoyo o el de los republicanos. Ahora, el Ejecutivo afronta la votación de la sexta y última prolongación —este miércoles— con más oxígeno político, porque tiene muchas opciones de sacarla adelante con el bloque de la investidura junto al partido de Inés Arrimadas, que no es decisivo pero sí políticamente relevante.

El Gobierno tiene ya, a escasas horas de la votación, 164 síes asegurados —los que suman los 120 diputados del PSOE, los 35 de Unidas Podemos, los seis del PNV, los dos de Más País y el de los regionalistas cántabros— por 153 noes. Y ha logrado sacar a ERC del no a la abstención. En el bloque del rechazo frontal quedan los 88 del PP y los 52 de Vox, los ocho de Junts Per Catalunya, los dos de Navarra Suma y de la CUP, y el único parlamentario de Foro Asturias. Con la abstención de Esquerra, sus 13 hacen menguar el bloque del no, que en la quinta prórroga llegó a 162 escaños. Pero esas abstenciones obligan al Ejecutivo a amarrar la mayoría con Ciudadanos y con los partidos minoritarios.

Apenas unos días después del pacto de PSOE y Unidas Podemos con Bildu, que levantó una polvareda entre los partidos, la derivada política de esa votación es que parece posible combinar la suma de la investidura de Pedro Sánchez —con los partidos nacionalistas e independentistas— con los votos de Ciudadanos. La dirección del partido de Arrimadas se reunió este lunes y valoró los escenarios tras los acuerdos del Gobierno con ERC y el PNV, conocidos durante el fin de semana y que han supuesto el compromiso de que todas las comunidades recuperen la mayor parte de sus competencias al entrar en la fase tres del desconfinamiento, y decidió priorizar la coherencia con su propio voto durante todas las prórrogas anteriores.

Cs ha apoyado las cinco últimas prórrogas con el convencimiento de que, si los datos sanitarios de la evolución de la pandemia aconsejan restricciones masivas de la movilidad de los ciudadanos, el estado de alarma es un instrumento jurídico “absolutamente necesario”. Sobre estas mismas premisas discutían este lunes el vicesecretario general de Cs, Carlos Cuadrado, y el secretario general de Presidencia, Félix Bolaños, en una negociación que avanzaba a buen ritmo y a la que Cs ha añadido una nueva condición: que la desescalada se desarrolle “en condiciones de igualdad total entre todos los ciudadanos de este país”, subrayó el portavoz de Cs, Edmundo Bal.

La clave es que Cs no plantea esta vez una incompatibilidad entre su apoyo y el de ERC, como sí exigió en la quinta prórroga. “Nosotros vamos a tomar nuestra decisión pensando únicamente en nuestros principios y no en función de lo que otros grupos parlamentarios voten y cuáles sean sus motivos”, enfatizó Bal. Este argumentó que, en todo caso, los republicanos no han conseguido incluir por escrito en el pacto la reactivación de la mesa de diálogo entre el Gobierno y el Govern de Cataluña, uno de los principales caballos de batalla de Cs. Sánchez se ha comprometido a reanudarla pronto y el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonés, ha dado por hecho que volverá en julio. En la dirección de Cs quisieron remarcar también que esta vez ERC ha puesto condiciones que se aplican a todo el territorio nacional por igual. Pero es evidente que el partido de Arrimadas opta por no tratar con excesiva firmeza un asunto que no dudan en llamar “la mesa de la vergüenza”.

Los 10 votos de Cs son políticamente relevantes para el Gobierno porque en el caso improbable de pasar al “no” podrían tumbar la prórroga junto a otros minoritarios, pero también porque su apoyo permite arrinconar al PP junto a Vox. Fuentes del Ejecutivo veían este lunes difícil que los 10 escaños de Cs cayeran del lado del no, porque darían una imagen de rumbo inconsistente, pero tampoco daban por amarrado el sí. El PP insistió por su parte en su rechazo frontal a la prórroga, porque sigue defendiendo que hay plan b a esas medidas extremas en esta fase final de la crisis solo con la legislación ordinaria, informa Javier Casqueiro.

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