Vox convoca caceroladas para calentar el ambiente hasta la marcha sobre La Castellana
Los ultras intentan capitalizar las protestas y se presentan como herederos de los indignados del 15M
Hasta ahora, Vox jaleaba, alentaba y aplaudía las caceroladas contra el Gobierno, que cada tarde se repiten en terrazas y balcones de algunos de los barrios más acomodados de muchas ciudades españolas, pero se desentendía de su éxito o fracaso como si fueran el fruto espontáneo de la ira de la población, que el tercer partido del Congreso contemplaba desde la barrera.
“Oigo desde casa las cacerolas de la indignación. A los españoles se les ha acabado la paciencia ante este Gobierno negligente y sectario que solo ha traído muerte y ruina. Bastante ha aguantado”, tuiteó el 25 de abril su líder, Santiago Abascal.
Pero el partido ultra ya no disimula. Una vez apagados los aplausos al personal sanitario de las ocho de la tarde, que tanto le estorbaban, ha decidido ponerse al frente de la manifestación. No solo ha convocado 52 marchas en coche por el centro de todas las capitales de provincia, además de Ceuta y Melilla, para el sábado 23 (una movilización que está pendiente de la luz verde de las respectivas delegaciones y subdelegaciones del Gobierno), sino que ha llamado a los españoles a participar en caceroladas hasta esa fecha.
“23 de mayo, caravanas por España y su libertad. En todas las capitales de provincia. En Madrid recorrerá el Paseo de la Castellana. ¡Hasta el 23 de mayo nos vemos todos los días en los balcones para participar en las caceroladas!”, se lee en un cartel firmado por Vox. Se trata de ir calentando el ambiente durante la semana que falta para la marcha motorizada sobre La Castellana.
El Gobierno ya amenaza con prorrogar un mes más el #EstadoDeAbuso
— Santiago Abascal 🇪🇸 (@Santi_ABASCAL) May 12, 2020
¿A qué tiene miedo Pedro Sánchez?
El 23 de mayo los españoles exigirán en las calles de una forma segura para la salud que comience la #FaseLibertad y que dimita el Gobierno de la mentira, el paro y la miseria. pic.twitter.com/iMQ11Ds6XH
El cambio de estrategia se ha precipitado después de que las concentraciones contra el confinamiento en la calle Núñez de Balboa, en el madrileño barrio de Salamanca, no convocadas por Vox, hayan conseguido captar el interés de los medios de comunicación. Y de que la propia presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, del PP, llamara los ciudadanos a manifestarse “libremente aunque sea un ratito por las tardes en su propia calle”.
Como parte de su campaña, Vox ha difundido un vídeo en el que pretende entroncar las actuales caceroladas con las movilizaciones del 15-M de 2011 que tuvieron como epicentro la madrileña Puerta del Sol y presentarse como el verdadero heredero del movimiento de los indignados, que dio lugar al nacimiento de Podemos, en sus antípodas ideológicas.
Aunque atiza las protestas, Vox hace equilibrios para desmarcarse de la actitud incívica de algunos manifestantes que incumplen las medidas dictadas por Sanidad para evitar un rebrote de la pandemia. Su portavoz parlamentario, Iván Espinosa de los Monteros, ha mostrado el apoyo del partido “a los vecinos de toda España que deciden manifestarse, siempre que cumplan el mantenimiento de la distancia de seguridad para no poner en riesgo la salud de nadie”. Como Podemos, Vox quiere tener un pie en la calle y otro en las instituciones.
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