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El desplazamiento de la ruta migratoria hacia España fue un negocio de 160 millones de euros para las mafias

Frontex calcula que solo en 2018, con un récord histórico de llegadas, los facilitadores de Marruecos ganaron 105 millones

María Martín
Un grupo de migrantes a su llegada al puerto de Málaga, tras su rescate el pasado 15 de abril.
Un grupo de migrantes a su llegada al puerto de Málaga, tras su rescate el pasado 15 de abril.NurPhoto (EL PAÍS)

A más obstáculos, más dinero. El control fronterizo pone en aprietos a los migrantes, pero es, a la vez, una oportunidad de hacer más negocio para los traficantes de personas. La Agencia Europea de Fronteras (Frontex) calcula que las redes de facilitadores en Marruecos se han embolsado 159 millones de euros en los últimos tres años organizando cruces en patera por el Estrecho y el Mar de Alborán. El año más rentable fue 2018, cuando se registró un récord histórico de más de 57.000 llegadas por mar, y los traficantes aumentaron su facturación hasta los 105 millones de euros.

Las redes en Marruecos recuperaron una oportunidad de negocio a partir de 2017, en paralelo al aumento de la presión migratoria hacia España. Hasta ese momento, Libia era el principal punto de partida en la ruta migratoria africana hacia Europa y sus milicias compaginaban la lucha armada con el negocio del tráfico de inmigrantes. A mediados de 2018, la política de puertos cerrados del exministro italiano Matteo Salvini y los esfuerzos de la UE en financiar y formar a las milicias libias como guardacostas dieron sus frutos, encarecieron la ruta y los flujos terminaron por desplazarse hacia el flanco occidental del Mediterráneo.

Ese desplazamiento supuso un “aumento significativo” de los ingresos de las redes de tráfico de personas en Argelia y Marruecos, según señala Frontex en su informe anual de análisis de riesgos, publicado recientemente. En concreto, las redes que operan en Marruecos, el país de salida de buena parte de los migrantes que alcanza España, se embolsaron en 2017 cerca de 35 millones de euros y, el año siguiente, aumentaron sus ingresos hasta los 105 millones. El año pasado, cuando la inmigración irregular ya había caído a la mitad respecto a 2018, las redes redujeron sus beneficios a 19 millones de euros.

El cálculo de Frontex tiene en cuenta las tarifas informadas por los migrantes que consigue entrevistar al desembarcar y el flujo de llegadas. Es una aproximación porque, como indica la propia agencia, resulta más difícil estimar los lucros de las redes marroquíes y argelinas por la cantidad de variables que pueden alterar las tarifas. El acuerdo con los traficantes puede incluir apenas el viaje en patera, pero también un billete de avión, o alojamiento seguro donde aguardar al embarque y comida. La demanda, los medios de transporte utilizados (barcas de juguete, motos de agua o zodiac) encarecen o abaratan el acuerdo.

También influye el punto de partida y la nacionalidad del migrante. Los marroquíes, que conocen el terreno, pueden autogestionar su viaje sin pagar a los traficantes, mientras que los subsaharianos, en su mayoría, los necesitan. Aunque la agencia lo omite, el valor del viaje depende también del soborno a las autoridades locales.

Las cifras de 2019 llaman la atención porque suponen una pérdida de ingresos (de 105 a 19 millones) mucho mayor que la caída de las llegadas. Un portavoz de Frontex explica que se trata de un cálculo “conservador” al tener en cuenta varios factores como la falta de datos y que las cifras reportadas eran mucho más variables que otros años. 2019, además, se caracterizó por un mayor control fronterizo de las autoridades marroquíes que afectó especialmente a los subsaharianos. “Tuvimos en cuenta que el porcentaje de migrantes subsaharianos (que pagan tarifas más altas) disminuyó mientras que el de marroquíes (que pagan mucho menos o nada) aumentó”, detalla el portavoz. Un cálculo menos conservador, añade, elevaría la cifra de ganancias entre los 30 y los 35 millones de euros.

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La agencia, que suele destacar la enorme flexibilidad de estas redes para adaptarse a cada nuevo escenario, señala que el número de facilitadores involucrados en estas actividades ha aumentado, “especialmente los que provienen de los mismos países que los migrantes”. Frontex prevé que los traficantes empezarán a diversificar sus negocios. “En el futuro, estas redes criminales podrían expandir sus actividades ilegales a otros delitos como el lavado de dinero, la corrupción y el contrabando”, afirma el documento.

Tarifas al alza

En los últimos meses emigrar desde el norte de Marruecos es cada vez más difícil y más caro. La UE y España apoyan financiera y diplomáticamente al país a cambio de un mayor control fronterizo. Según Frontex, Marruecos detectó más de 27.000 migrantes irregulares y desmanteló más de 60 redes de tráfico de personas en 2019. Rabat, que suele divulgar números muy superiores a los de la UE, asegura además haber rescatado 19.554 migrantes en el mar de camino a España. Su hostigamiento al migrante ha disparado los precios de la ruta.

Las tarifas por cruzar el Estrecho o el Mar de Alborán rondaban en 2017 entre los 1.000 y los 2.000 euros, pero en el último trimestre de 2019 llegaron, en algunos casos, a los 3.000 euros por persona, según aseguran los analistas de Frontex.

A medida que los precios aumentan en la ruta del Mediterráneo occidental, un número creciente de migrantes la ve “inasequible” y busca “vías alternativas”, advierte Frontex. Así está ocurriendo. La ruta atlántica hacia las islas Canarias se ha reactivado después de una década sellada y, a pesar de ser la más peligrosa —al menos 89 personas han muerto intentando cruzarla en lo que va de año—, es la que los migrantes con menos recursos pueden pagar.

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Sobre la firma

María Martín
Periodista especializada en la cobertura del fenómeno migratorio en España. Empezó su carrera en EL PAÍS como reportera de información local, pasó por El Mundo y se marchó a Brasil. Allí trabajó en la Folha de S. Paulo, fue parte del equipo fundador de la edición en portugués de EL PAÍS y fue corresponsal desde Río de Janeiro.

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