Vox enfría las expectativas de un gran pacto en Andalucía

La “gran alianza” que propone el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno (PP), para combatir la “pandemia socioeconómica” que se avecina en Andalucía nace con grandes incertidumbres. Vox, aliado parlamentario del Gobierno de coalición de PP y Ciudadanos, tiene la llave de la estabilidad desde el mismo día en que Moreno fue investido presidente en enero de 2019 poniendo fin a casi 37 años seguidos de mandatos socialistas. Y fue este grupo el que más pegas puso este viernes a ese acuerdo de emergencia al que el PSOE, el principal grupo de la Cámara y de la oposición, dice estar dispuesto a sumarse. “No se puede ser amigos de todos”, advirtió el portavoz de la formación de ultraderecha, Alejandro Hernández.

Moreno dio cuentas de su gestión en la Diputación Permanente del Parlamento, una cámara en la que había evitado comparecer en más de 40 días, pese a las peticiones reiteradas de la oposición de socialistas y Adelante Andalucía. Al estar la Cámara gobernada por la Diputación Permanente las reglas de comparecencias son distintas y más restrictivas que las que existen en los periodos hábiles.

El presidente andaluz usó un tono épico para reclamar unidad para afrontar “una crisis de enorme magnitud. Hoy empieza una nueva legislatura, que va a necesitar mucha paciencia, lealtad y compromiso”. La economía andaluza, advirtió Moreno, va a sufrir más que otras de su entorno porque se basa en tres sectores muy castigados por el confinamiento mundial: exportaciones, turismo y servicios. Ya hay medio millón de andaluces afectados por expedientes de regulación temporal de empleo y la caída del turismo va a suponer pérdidas de 15.000 millones de euros y 140.000 empleos.

“Necesitamos a toda la sociedad, a todo el mundo, a los grupos políticos, a los ayuntamientos, las diputaciones, a los empresarios, a los sindicatos. Todos debemos dar un paso adelante y aportar recursos. O salimos juntos o no salimos”, proclamó el presidente popular. “Se nos han multiplicado los gastos y los ingresos han caído a plomo”, reconoció. La Junta ya trabaja en reprogramar 4.000 millones de euros de fondos europeos, como de manera reiterada le había pedido el grupo socialista.

Moreno evitó las críticas gruesas al Gobierno central, pero sí se quejó de la falta de información previa a la reunión semanal de Pedro Sánchez con los presidentes autonómicos y la carencia de fondos. “Necesitamos recursos excepcionales. No ha llegado ni un euro”, se lamentó. “Necesitamos un gobierno amigo”, reclamó.

En el repaso de la gestión de la Junta de Andalucía para afrontar la pandemia, Moreno se lo atribuyó al comportamiento de los andaluces, pero presumió de haber actuado con “anticipación”, lo que ha contribuido, según él, a que en la región el impacto del coronavirus esté siendo, por el momento, menor. Los expertos no atribuyen a una sola variable el menor impacto de la pandemia en Andalucía, que, según el director de Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, podría deberse a la dispersión de la población que favorece el control de la propagación y también a la cercanía y dotación de las UCIS que están más cercanas a los focos de contagio.

Moreno tiene el sí del PSOE, del PP y de Ciudadanos para intentar forjar un gran acuerdo. También el de Adelante Andalucía, cuya líder, Teresa Rodríguez, dijo que “están bien las mesas de reconstrucción y las fotos”, pero que lo fundamental es blindar la sanidad pública con el 7% del PIB andaluz.

El presidente de la Junta aceptó el formato propuesto por la secretaria general del PSOE, Susana Díaz, de crear una comisión parlamentaria para vehicular los pactos. Sólo pidió que esta mesa no sea “excluyente”. Díaz dedicó íntegramente su intervención a mostrar su disposición a “remar todos en la misma dirección y no utilizar los remos para golpearnos unos a otros”. La otra pata de su discurso la dedicó a desgranar un decálogo de medidas para atajar la crisis económica y a reclamar al Gobierno más rigor y transparencia en el anuncio de sus planes de desconfinamientos. “Ya habrá tiempo para analizar lo que se ha hecho”, dijo la socialista, a la que Moreno agradeció su apoyo y el tono empleado. Los reproches al PSOE vinieron del lado de los portavoces de PP, José Antonio Nieto, y de Ciudadanos, Sergio Romero, que aplaudieron las palabras de la líder de la oposición, pero quieren verlas concretadas en hechos.

Los problemas para Moreno vienen del lado de Vox, su sostén político. Su portavoz, Alejandro Hernández, le exigió que reclame la dimisión de Pedro Sánchez, algo a lo que el presidente de la Junta no está dispuesto. “Respeto su posición, pero mantengo un respeto escrupuloso al presidente del Gobierno de la nación, dentro de las diferencias que mantenemos”, le contestó. Vox admitió tener “fundados recelos” sobre la alianza propuesta por Moreno y pidió mantener las líneas básicas firmadas con el PP para la investidura, que pasa por menos impuestos, más austeridad, desmantelar “la administración paralela”, condicionar las subvenciones “a la verdadera necesidad social y la colaboración público privada. “Vamos a estar con usted siempre que intente cambiar las cosas”, dijo Hernández.

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