María Peláe: “Mi acento es mi carta de presentación”
El orgullo de los orígenes como vía para evolucionar marca la esencia de Cruzcampo y de la artista malagueña.
Evolucionar no está reñido con conocer el lugar del que venimos. Conocer las raíces es una manera de entablar un vínculo con lo que nos define para, desde ese lugar, probar cosas nuevas. Ese es el punto de partida de Con mucho acento, la campaña con la que Cruzcampo quiere reivindicar sus orígenes y con la que celebra el trabajo de aquellos creadores que comparten esa visión del mundo.
La conjunción de respeto y descaro es la manera en la que la marca resume este diálogo entre pasado y presente. Respeto al pasado y a la historia cultural de la que proviene y el descaro de ser capaz de hacerlo avanzar y experimentar con lo ya conocido. Un espíritu que comparte con distintos artistas, como la cantante María Peláe, y que se plasma en Cruzcampo Especial, la cerveza de los momentos con mucho acento, en los que el respeto y el descaro se dan la mano.
“Para mí el acento es tan inherente a la persona como los mismos ojos o la piel, es un radar para saber cuáles son las raíces e incluso la historia de las personas con la que hablamos. Para mí, es mi carta de presentación”, explica María Peláe. Con su reciente álbum La folcrónica, la malagueña ha encontrado una vía de expresión que es a la vez tradicional y contemporánea. “Siempre digo que soy flamenca, no cantaora, por el respeto a los cantaores y cantaoras, y el conocimiento profundo de cada uno de los palos. Lo mío viene del flamenco, mezclado con todo aquello que he admirado y escuchado en mucho tiempo, pero después siempre necesito mi dosis de ir a un tablao ‘a escushá”, cuenta.
Ella encarna el espíritu de Con mucho acento, desde esa mezcla de pasado y presente a la reivindicación del legado que la ha visto crecer. “Creo que al ser mi manera de expresarme y usarlo también sin ningún tipo de modificación a la hora de componer y cantar, se dota a las canciones de naturalidad, haciendo así que la gente conecte más contigo. El hecho de no modificar nada en mi expresión ya es una reivindicación en sí misma”, añade. “Cuando bajas del tren y tu oído empieza a relajarse, cuando en una reunión oyes que alguien usa tu misma forma de expresarse, justo ahí, de repente, las paredes se convierten en casa y te viene un olor a puchero y a hogar que cambia el espacio e incluso el tiempo. Eso es para mí un momento #ConMuchoAcento”, concluye.
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