Una indulgencia ligera para saborear grandes momentos

Irlanda es tierra de verdes pardos, que dan origen a excelentes materias primas. Una de ellas es la leche de las vacas que se alimentan de esos pastos, así como la nata que se crea con ella. Combinar ese producto fresco y de gran calidad con otra de las grandes señas de identidad del país, el whisky, era el objetivo de Baileys, un licor que une la cremosidad de los lácteos con los profundos aromas espirituosos. Desde su comercialización en 1974, la marca se ha convertido en sinónimo de reuniones, sobremesas y buenos momentos en torno a una copa.

Adaptar ese sabor característico, con notas de chocolate y vainilla, a una época distinta y con otras necesidades es el origen de Baileys Deliciously Light. Esta nueva variedad conserva el sabor tradicional de su receta pero con un 40% menos de calorías, consiguiendo así una ligereza que le hace ideal para saborear en distintos momentos del día.

En la tradicional sobremesa, compartiendo charla con amigos, como una pequeña indulgencia durante la tarde o como colofón de una buena cena, Baileys Deliciously Light está pensado para ser disfrutado acompañado solo de hielo, de manera que sus matices a chocolate y vainilla se desplieguen mientras conserva la untuosidad de la crema irlandesa que siempre hemos conocido. Una alternativa más ligera para saborear los buenos momentos.

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