Tres hoteles con historia en Mallorca muy cerca de Palma

En los años cincuenta del siglo pasado, Mallorca construyó algunos de sus hoteles más emblemáticos. Alojamientos en los que se hospedaban los famosos y las estrellas de Hollywood. Muy cerca de la ciudad de Palma, el BonSol, el Maricel y el Nixe Palace todavía son referentes del glamour y la exclusividad que desprendía la isla balear en aquellos años.

Hotel BonSol Resort & Spa, el preferido de Errol Flynn

Una joya escondida, un paraíso con vegetación tropical y acceso directo a una pequeña cala de aguas transparentes, una película clásica en blanco y negro que, de repente, se pasa al color. Todo esto y mucho más es el Hotel BonSol Resort & Spa, a las afueras de Palma, en el municipio de Calvià, muy cerca de las idílicas playas de Illetas y Cala Comtesa. Su historia se remonta a 1953, cuando se convirtió en el primer hotel en abrir en la zona. Por aquel entonces, no había ni siquiera carretera, sino un camino de piedras al que los taxistas accedían a regañadientes. Antonio Xamena compró el lugar, en principio, como casa particular, ya que le gustaba nadar una hora diaria y encontraba que las aguas de Palma ya no eran tan limpias. Más tarde decidió abrir un alojamiento para hospedar a amigos y clientes.

El actor Errol Flynn, fan de la isla, un día se dio de bruces con el BonSol paseando por la isla. Entró y enseguida se hizo amigo del dueño y su mujer, como atestiguan algunas fotos colgadas aún en los muros. “A partir de entonces, siempre que venía a Mallorca se quedaba en nuestro hotel y lo recomendaba a sus amigos y conocidos del mundo del cine. Él promocionó mucho nuestro establecimiento”, cuenta el actual propietario, Martín Xamena, hijo de Antonio. “Entonces yo era un niño y Flynn me enseñaba las artes de la esgrima con espadas de juguete”.

El esplendor de la Mallorca de aquellos años está presente en este cuatro estrellas superior con 145 habitaciones, cien por cien instagrameable, con varias piscinas, spa, decoración ecléctica, vegetación exuberante y cala incluida. Las cenas exigen una cierta vestimenta y siempre hay música para amenizar la velada, como en los buenos tiempos. “Tratamos de dar el máximo de calidad y atención”, cuenta Martín Xamena, “y creo que nuestro mejor valor es la amabilidad del equipo humano, el cariño que mostramos a nuestros clientes”.

Recientemente, el hotel ha lanzado su tienda online Bonsoul.es, que vende joyas, toallas, bolsos, sombrillas, cerámica o fragancias. Objetos que pretenden captar el alma de la isla y de este establecimiento, firmados por artistas y artesanos locales, con ese lujo discreto, tan característico de este rincón del Mediterráneo.

Hospes Maricel & Spa, el mejor desayuno del mundo

El Maricel abrió sus puertas en la Mallorca dorada de las estrellas de Hollywood que descubrían un paraíso de aguas turquesas todavía sin explotar. Al Spain is different y, concretamente, a este hotel, inaugurado en 1950, se acercaron Montgomery Clift, Rita Pavone, Errol Flynn y su mujer, la actriz Patrice Wymore, Lord Swanson (noble británico, expresidente de la Cámara de los Lores) o Julia Gutiérrez Caba, entre otras muchas personalidades.

El edificio, construido especialmente para ser un hotel, fue ideado por el prestigioso arquitecto mallorquín Francisco Casas Llompart, imitando las construcciones palaciegas de la ciudad de Palma y las casas rurales señoriales de los siglos XVI y XVII. Por aquel entonces, el Maricel era una edificación aislada frente al mar, donde destacaba su terraza, ubicada en la fachada sur, con arcos de medio punto sostenidos por columnas. Un recurso de estilo italiano, pero presente en muchos palacetes de la isla. En esta preciosa terraza con vistas a una pequeña cala de aguas transparentes, Cas Catalá, es donde se puede degustar el mejor desayuno del mundo. No es exageración, los críticos gastronómicos de la II Cumbre de Gastronomía Madrid Fusión acordaron, unánimemente, otorgar a la primera comida del día de este hotel la distinción de “mejor desayuno del mundo”. Se trata de toda una experiencia gastronómica: un menú de 10 pases, que dura más de dos horas.

Otra de las joyas es el Summer Spa, ubicado donde antes estaba el embarcadero. Aquí se puede recibir un masaje bajo un arco de piedra y tocando casi el mar. O la piscina y las pequeñas terrazas donde están las camas balinesas, con escalerillas que te sumerge en el mar. La imagen misma de la felicidad. El hotel está lleno de rincones idílicos, no en vano ha salido en muchas películas y series como Timadoras compulsivas (2019) o El infiltrado (2016).

Al Maricel se le añadió en 2008 un nuevo edificio, Natura, con 22 habitaciones, que mezcla dos elementos muy mallorquines: la piedra de marés y el color blanco. Pero saborear este oasis no es algo exclusivo de sus huéspedes. Hay muchas actividades abiertas a visitantes como el desayuno, las cenas con música de jazz (los miércoles) o de guitarra española (los jueves), la posibilidad de tomar un cóctel en la terraza cuando el día acaba; sus day pass o su spa, esperando a cualquiera que desee pasar un día, o unas horas, en el paraíso.

Hotel Santos Nixe Palace, el renacer de un clásico en Cala Major

El tercero de los grandes hoteles al borde del mar, cerca de la ciudad de Palma y que nacieron en los años cincuenta, es el Santos Nixe Palace; que se yergue con sus nueve pisos y sus terrazas con barandillas encaladas en blanco frente a las aguas de Cala Major, como un crucero de lujo. De hecho, Nixe (sirena en alemán) era el nombre del barco del archiduque Luis Salvador de Austria, fan incondicional de Mallorca en la segunda mitad del siglo XIX. El aristócrata fondeaba su barco en esta cala cuando el turismo ni siquiera existía.

Su época dorada empieza con su apertura en 1957. Sus fundadores eran personas de gran relevancia: el alcalde de Palma, Gabriel Alzamora; el arquitecto Francisco Casas, que puso el solar, y el Sr. y la Sra. Bensa, militares de alta graduación de la Resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial. Eran tiempos donde el dinero aquí corría a raudales, había trabajo de sobra, los taxistas decidían dónde pernoctaban los turistas y las celebrities de entonces se acercaban a ver qué ocurría en esa pequeña isla del Mediterráneo. Grace Kelly, Rita Hayworth o Sara Montiel fueron huéspedes ilustres del Nixe.

Se cuenta también que cuando entrabas te envolvía un olor a croissants recién hechos. La pastelería, de elaboración propia, era muy famosa, y cuando el rey Juan Carlos I estaba en el Palacio de Marivent, la gobernanta venía a buscar el desayuno al hotel. Más adelante, el Nixe vivió una época de mala gestión que lo llevó a cerrar; pero tal era el espíritu de equipo entre el personal que algunos de sus empleados vigilaban el hotel, voluntariamente, cuando estaba cerrado para evitar robos.

En 1997 la familia Santos se hizo con el establecimiento y lo reformó. Se dejó al descubierto las bonitas columnas de mármol verde del hall y salón, antes tapadas con madera, se renovaron sus habitaciones, se creó el spa y se convirtieron las dos piscinas en una sola, con música subacuática. Los no huéspedes también pueden disfrutar de esta atmósfera en el restaurante, A Popa, en el spa, en las veladas con Djs o en el bar. El establecimiento conserva ese glamour de antaño, cuando las noches de verano eran largas y los dólares, las libras o los marcos cundían mucho cuando se cambiaban a pesetas.

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