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Los placenteros tópicos de Los Ángeles: sol y surf, pero también museos

De Santa Mónica a Venice Beach con paradas en el LACMA o el Arts District. Los elementos naturales de este trozo de California, y las formas en que lo artístico se pone al alcance del ciudadano, seducen a todo viajero

Los Ángeles
Gente andando en bicicleta por el sendero frente a la playa al atardecer en Santa Mónica, en California. Un bosque de palmeras se recorta contra la puesta de sol. El muelle de Santa Mónica y la noria se ven al fondo.Brian Eden (GETTY IMAGES)

En un muelle sobre el Pacífico, la brisa eleva el salitre y lo transporta alrededor de centenares de cuerpos. Si el salitre fuera polvo, el aire brillaría con luz suave cerca de esos cuerpos que ríen, gritan y se divierten en atracciones de feria de color pastel. Hay una montaña rusa, una noria, juegos de puntería, de fuerza, puestos de churros, de souvenirs y un largo etcétera de cosas. Para que todo tipo de gente de todo tipo de edades y orígenes se lleve un gran recuerdo de un día de verano en Santa Mónica (California), uno de los lugares más famosos de la Costa Oeste estadounidense. Probablemente la mayoría no se imagina que ese muelle que pisan se construyó para que desembocaran ahí las aguas negras de la ciudad. Afortunadamente, hace más de 100 años que ya no se usa para eso.

Ahora, bajo esa estructura están las olas y la arena, supuestamente libres de vertidos, y huele a protector solar y a algas. A un lado, los bañistas meten los pies o el cuerpo entero en el agua fría de este lado del mundo. Más allá, al fondo de la playa blanca, las pelotas vuelan sobre las redes de vóley, y detrás, en un paseo flanqueado de palmeras, unos corren, otros van en bici y otros en skate. En este caso, la realidad no dista tanto de lo que aparece en las películas.

A la playa de Santa Mónica le sigue, hacia el sur, la de Venice, un vecindario de la ciudad de Los Ángeles. El límite entre ambas es invisible, pero se nota porque en el paseo marítimo empiezan a aparecer cantantes callejeros, puestecitos de arte, tarot, bares y fachadas con grafitis coloridos. Esta es una zona de tópico bohemio, artístico y californiano, y lo que más sintoniza con eso es caminarla tomándose un helado o un vaso de fruta fresca partida en trozos. Casi como si fuera un parque temático disimulado, o diseñado con mucha naturalidad, unos pasos más adelante se llega al área de los deportes. Primero está el skate park, frente a la playa. Ahí, chicos y chicas se deslizan por dunas de cemento, cogen velocidad y practican diferentes trucos y saltos, con gotas de sudor que hacen que les brille la piel bronceada. Luego están las canchas de baloncesto, después las barras para hacer todo tipo de ejercicios y, al final, el pádel.

Vista del skate park en el aérea de Venice Beach, en California.
Vista del skate park en el aérea de Venice Beach, en California.Luciano Lejtman (GETTY IMAGES)

Dejando atrás la playa, cuando empieza a ponerse el sol, se iluminan de una forma más sentimental los canales, creados a principios del siglo XX de manera artificial, a imagen y semejanza de la italiana Venecia. Ahora están bordeados de casitas idílicas y carísimas, con sus jardines mirando al agua, y con puentes de barandillas blancas y suelo de madera para cruzar de manera romántica entre uno y otro.

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Casas residenciales a lo largo de los canales de Venice Beach, en Los Ángeles.
Casas residenciales a lo largo de los canales de Venice Beach, en Los Ángeles.Alexander Spatari (GETTY IMAGES)

Arte en la luz y en el espacio

En los años cincuenta del pasado siglo, artistas californianos encapsularon esos placenteros tópicos de Santa Mónica y Venice Beach —el sol, el surf, la arena— y los convirtieron en un concepto artístico. Esos elementos naturales formaron la célula primigenia que dio vida al Movimiento Luz y Espacio.

En el primer piso de uno de los edificios que conforman el Los Angeles County Museum of Art (LACMA) hay una exposición etérea y atmosférica sobre ese movimiento. El LACMA es el museo más grande de Los Ángeles, en parte financiado gracias al matrimonio de filántropos Eli y Edythe Broad, que destinaron millones de dólares a promover el arte, la educación y la investigación científica en la ciudad. Ellos también crearon otro de los museos más importantes, en este caso de arte contemporáneo: The Broad, situado en el centro urbano, lo que allí se llama el Downtown. De uno a otro se llega en menos de una hora en metro o autobús.

'City of lights', las farolas del LACMA en Los Ángeles.
'City of lights', las farolas del LACMA en Los Ángeles.Panther Media GmbH / Alamy / CORDON PRESS

Y para una vivencia artística que incluye exposiciones, pero que va más allá, está el Getty Center, pasando Beverly Hills, cerca de Bel Air, en los barrios de la gente más adinerada. Todo en él es una experiencia, desde que se llega y se toma el tranvía en la entrada hasta que se pisa el recinto museístico, en una colina, sobrevolando la metrópoli. Ahí están los jardines, las plazas, las esculturas, las fuentes, los estanques, los edificios y las terrazas que ideó el arquitecto Richard Meier. Todo ese diseño gira en torno a un elemento en concreto: la luz natural. Por eso está lleno de paredes de cristal. Y las que son de piedra también están elegidas para que se creen unos tonos determinados aprovechando el reflejo del sol de esta zona de California. Además, el conjunto arquitectónico está pensado para que fluya el movimiento, para que sea fácil pasar del interior de los pabellones al exterior en un paseo multisensorial.

El Getty Center es un museo ubicado en la cima de una colina con vista a Los Ángeles y el resto del sur de California.
El Getty Center es un museo ubicado en la cima de una colina con vista a Los Ángeles y el resto del sur de California.Michael Lingberg (Alamy / CORDON PRESS)

Pero dentro de los museos casi todo es aséptico, el aire acondicionado parece que vacía el lugar de olores. Así que para disfrutar de un arte cargado de fragancias y al alcance de todos, lo mejor es visitar el Arts District, de vuelta al centro. En la Angel City Brewery, una cervecería dentro de una nave industrial decorada con cuadros y objetos variados, está el famoso grafiti de las alas de ángel que creó Colette Miller y que se ha reproducido en muchísimas otras ciudades. No es el único mural, muchas paredes de este distrito están llenas, interrumpidas por las puertas, ventanas y fachadas de algunas asociaciones artísticas y galerías. En esa porción de la ciudad solo hace falta deambular por las calles e ir descubriendo lo bueno de dejarse llevar hasta que el cuerpo aguante.

La Angel City Brewery, una cervecería dentro de una nave industrial decorada con cuadros y objetos variados.
La Angel City Brewery, una cervecería dentro de una nave industrial decorada con cuadros y objetos variados.Chon Kit Leong (Alamy / CORDON PRESS)

La escritora y activista Audre Lorde escribió: “Siento, luego puedo ser libre”. Simplificándolo mucho, fue su manera de actualizar la famosa frase “Pienso, luego existo”, del filósofo René Descartes, feminizándola y racializándola. Todo este recorrido por Santa Mónica y por Los Ángeles pone en práctica esa idea de Lorde. Es un paseo que se transforma en una concatenación de saltos entre galaxias tremendamente bellas para el cerebro, las emociones y la capacidad sensorial si el viajero es capaz de vivirlo fuera del territorio de la lógica.

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