Luz ártica finlandesa como inspiración
El pintor Alberto Pina recuerda el otoño que pasó al norte de Finlandia, en ciudades como Rovaniemi e Inari, dibujando sus paisajes
En sus óleos, Alberto Pina muestra los paisajes urbanos y rurales de lugares que le impactaron. En su exposición actual en la galería Utopia Parkway, en Madrid, muestra su mirada sobre Nueva York hasta el próximo 7 de enero. Aunque aquí recuerda el otoño que pasó al norte de Finlandia pintando y dibujando sus paisajes.
¿Qué le llevó a Finlandia un mes de noviembre?
Fui a pasar dos meses en una residencia de artistas al norte del país, cerca de Oulu, una ciudad grande, muy tecnológica y de ambiente universitario. Visité también Laponia, aún más al norte.
¿Tuvo suficiente luz para pintar?
Allí pierdes la noción del tiempo: por la luz que hay no sabes si está amaneciendo o si son las cinco de la tarde. Yo me volví a España el día del solsticio de invierno, cuando solo había un par de horas de sol. Lo que hice fue tomar muchas fotos para después pintarlas. No suelo dibujar al aire libre, y menos con 10 grados bajo cero y los guantes puestos. La luz en esos meses es tenue, con tonalidades muy suaves. Para las acuarelas que hice usé una paleta de colores ocres, grises y azules.
Cuéntenos sus aventuras laponas.
Comenzaron en la ciudad de Rovaniemi, la más importante de la región. Se reconstruyó tras la II Guerra Mundial con un proyecto de Alvar Aalto y ahora su mapa tiene forma de cabeza de reno. Me encantó el museo Arktikum, centrado en la etnografía y el ecosistema del Ártico. Allí aprendí que todas las regiones y países de la zona, por ejemplo Alaska y Groenlandia, tienen una cultura común en torno al océano que las rodea. También hay un centro cultural llamado Korundi que tiene una buena colección de arte ártico. Y a las afueras está Joulupukki, la ciudad de Santa Claus, que genera bastante turismo.
¿Llegó un poco más al norte?
Subí hasta Inari, la capital del pueblo sami. Son una minoría étnica y allí tienen un centro divulgativo sobre su historia y costumbres. Es el museo Siida. Y también hice senderismo sobre la nieve, con mis crampones en las botas que te obligan a levantar mucho los pies. Acabé agotado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.