Abadal Matís 2017, desenfadado y versátil

Centrada en la recuperación de variedades autóctonas de la denominación de origen Pla de Bages, como la blanca picapoll, la bodega Abadal, creada por Valentí Roqueta en 1983 a partir de un paraje de extraordinaria belleza, con las viñas abrazadas por el entorno de bosque mediterráneo, busca ahora ampliar su oferta con este tinto basado en el mestizaje de la olvidada uva mandó, felizmente recuperada a partir de unas pocas viñas muy viejas y de fuerte personalidad, con las prestigiosas cabernet sauvignon y merlot.

Tres variedades que se complementan perfectamente, aunque sea a base de ceder protagonismo. No tiene la seductora expresividad de Abadal Mandó, pero a cambio ofrece un semblante más desenfadado y versátil, sacrificando parte de la complejidad aromática a fin de ampliar el perfil de sus potenciales destinatarios. Algo a lo que ayuda, sin duda, el precio. Y también la elaboración, que se ciñe a los protocolos habituales: fermentación en depósitos de acero y crianza durante más de 10 meses en roble.

El vino es fiel reflejo de todo ello: atractivo aroma de intenso afrutado (mora, arándano, cereza), con el toque preciso de madera y especias, en un entorno expresivo de sotobosque y sus aires balsámicos. Sabroso y exuberante, pero de fresco y largo impacto en boca.