Seis planes emocionantes para no parar este verano
De un festival de senderismo, cultura y gastronomía en el Valle de Arán a recorrer las calles de Valencia emulando al mismísimo Indiana Jones, estas son las actividades de turismo activo premiadas en Feria Internacional de Turismo de Madrid
Descender un barranco dentro de una cueva en Álava o subirse a un antiguo ferrocarril de vía estrecha que recorre los montes de Orfeo, en Bulgaria. En la 26ª edición del Concurso de Turismo Activo organizado por Fitur y la revista Aire Libre destacan cuatro propuestas nacionales y dos internacionales para disfrutar este verano a pesar de la covid-19.
1 Explorando el Valle de Arán
Con 560 kilómetros de senderos balizados, cuatro accesos al parque nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici y nueve grandes rutas pedestres –la mítica Carros de Foc entre ellas–, el Valle de Arán (Lleida) es un paraíso estival para el senderismo, más aún en estos tiempos en los que el aire libre es sinónimo de seguridad. Aislada hasta tiempos recientes del resto del país –el túnel de Vielha se inauguró en 1948–, esta cuenca pirenaica que mira al norte conserva todavía su propia lengua (aranés) y mantiene cierta autonomía política dentro de Cataluña sigue siendo desconocida para muchos (más allá de las pistas de esquí de Baqueira). Por ello, la cuarta edición del Val d’Aran Walking Festival, organizado por la agencia de guías de montaña Camins, asentada en el valle desde 1986, se convertirá en toda una celebración de naturaleza, cultura y turismo sostenible del 28 de junio al 4 de julio. Durante una semana, el programa de este encuentro senderista propone cuatro rutas guiadas diarias que recuperan, en algunos casos, viejos caminos rurales (como el Camin Reiau, una antigua vía carretera) y animan a llenar los pulmones de aire puro y contemplar estampas alpinas prácticamete intactas. Pero también a conocer de cerca la arraigada tradición del valle, mediante actividades que reparan en el patrimonio y la gastronomía aranesas, implicando a productores locales en degustaciones de quesos artesanales, talleres de plantas medicinales, visitas a iglesias románicas del siglo XII o encuentros para la observación astronómica nocturna (Aigüestortes tiene certificación de Reserva Starlight desde 2018).
2 Por el corazón de la montaña
El reto es adentrarse en las entrañas de la sierra de Altzania siguiendo el curso subterráneo del río Artzanegi, danzarín escultor del barranco de La Leze, maravilla geológica ubicada en el parque natural de Aizkorri-Aratz, al este de Álava, que recorre “una cavidad única en Europa, de entre 60 y 80 metros de altura, y 3 y 50 metros de anchura, explica Cristian, Inguru Abentura. Equipados con neoprenos, arneses, cascos y linternas frontales –la oscuridad dentro de este complejo endokárstico es total–, esta agencia de aventura vasca ofrece descensos guiados en grupo por este cañón dentro de una cueva, con 900 metros de recorrido y 100 de desnivel, que atraviesa literalmente la montaña. Desde el acceso por la Hoya de La Leze, tras una aproximación de hora y media monte arriba que discurre al final por un bonito bosquete de hayas trasmochadas, hasta regresar al exterior por la cueva del municipio alavés de Ilarduia, se afrontan aéreos rápeles de entre 3 y 15 metros, toboganes, destrepes y saltos a pozas de unos tres metros de altura. Incluso un pequeño sifón que hay que bucear en la parte final. En total, entre cinco y siete horas de actividad emocionante que requieren, eso sí, buena condición física y ciertas nociones técnicas previas.
3 Galicia fuera de temporada
En ocasiones, no es preciso viajar demasiado lejos para contemplar panorámicas tan sobrecogedoras como las que se otean desde el ondulante camino del Fuciño do Porco, antigua vía litoral de mantenimiento acondicionada como ruta turística que recorre los vírgenes y vertiginosos paisajes de la costa norte de Galicia, con el Cantábrico batiendo al pie de los acantilados, y que culmina una de las rutas del programa Elixe Galicia, dirigido a promocionar el turismo interior gallego –requiere empadronamiento de al menos dos años– en temporada baja, cuando, probablemente, más se disfrutan escenarios como este.
Esta iniciativa de la Xunta para viajar entre mayo y noviembre (sin contar el periodo estival, del 21 de junio al 10 de septiembre), está dirigida especialmente a jóvenes (menores de 30 años), familias con niños y pensionistas, colectivos que se benefician de buenos descuentos. Las rutas diseñadas (entre 3 y 5 días de duración) están divididas en cuatro áreas temáticas –Termalismo, Patrimonio, Costa y Naturaleza– y animan a moverse, por ejemplo, con la Ruta da Pedra e da Auga, que recorre el corazón de la comarca de O Salnés, entre fabulosas playas, estampas vitivinícolas y la mágica presencia de la ría de Arousa.
4 En busca del Santo Grial
La búsqueda del Santo Grial, la copa que según la tradición católica utilizó Jesucristo en la última cena, protagoniza una de las aventuras cinematográficas del intrépido arqueólogo Indiana Jones y, desde el pasado mes de marzo, lleva a los viajeros a recorrer las calles de Valencia en busca de la reliquia, pero sustituyendo el viejo cuaderno de Indy por un smartphone. Tras las Pistas del Santo Grial es un juego de geocaching –una yincana guiada por coordenadas GPS– en el que los participantes deben ir encontrando pistas y tesoros escondidos (cachés) en diferentes ubicaciones de la ciudad, como los Jardines del Real o el Museo de Bellas Artes, entre otras. El destino final es la capilla del Santo Cáliz, en la catedral valenciana, donde desde 1916 se custodia, a la vista del público, la taza de ágata datada en el siglo I (con asas y pies medievales) de la que, según algunos estudios arqueológicos, bebió Cristo. Tras completar el recorrido, durante el que los jugadores se empapan sobre el azaroso devenir de la reliquia hasta su llegada a Valencia en el siglo XV y su posterior conservación, hay recompensa: un paquete con productos oficiales de la experiencia que incluye la entrada gratuita al Aula Grial, centro de interpretación dedicado a tan preciada pieza.
5 Tren alpino en los Balcanes
Hay pocas experiencias tan evocadoras como subirse a un antiguo ferrocarril de vía estrecha rodeado de montañas, sobre todo cuando el escenario conserva tanta historia y leyenda como los montes Ródope, al suroeste de Bulgaria. Mencionada por Heródoto en siglo V antes de Cristo, esta región está considerada cuna del mito de Orfeo, nacido según el historiador de la antigüedad en el seno de una de las tribus tracias que ya entonces poblaban estos ondulados parajes. Frondosos valles de bosques y verdes praderas salpicadas de ganado por los que discurre un pequeño tren turístico (construido entre 1920 y 1945 y único de vía estrecha en funcionamiento en el país balcánico) que desde Septemvri a Dobrinishte conecta la llanura de la Alta Tracia con las escarpaduras de las montañas de Rila y Pirin, atravesando algunos de los paisajes más bellos del país. El trayecto, de 125 kilómetros y cinco horas de duración, pasa por ciudades como Velingrad, Yakoruda, Razlog y Bansko.
6 Cien destinos en Corea
En pleno contexto pandémico, la Organización de Turismo de Corea del Sur elaboró el pasado año una lista de 100 destinos sin contacto físico con un objetivo claro: incentivar los viajes domésticos por todo el país asiático. El programa, basado en el análisis de datos y elogiado internacionalmente, como reconoce el galardón de Fitur, engarza un centenar de propuestas atractivas y diversas en escenarios al aire libre. Por ejemplo, disfrutar de un pícnic en los arboretos de Pureun (Seúl) o Hanbat (Daejeon), el más grande del país con 1.700 plantas; darse un baño de bosque en el Centro Nacional de Terapia Forestal de Gimcheon o entre los ginkgos del parque Wonjeoksan, en Incheon. Otros planes son caminar por las pasarelas del humedal de Ungok, en Gochang, incluido en la lista Ramsar, o visitar Imjingak, junto a la frontera con el Norte, un complejo lúdico-cultural en recuerdo a la guerra de Corea (1950-1953).
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