Radisson Blu Hotel Madrid Prado, un alojamiento repensado para el teletrabajo
Ofertas, zonas de estar y compartir e Internet de alta velocidad para atraer a un nuevo tipo de huésped
Puntuación: 7 | |
Arquitectura | 7 |
Decoración | 7 |
Estado de conservación | 7 |
Confortabilidad habitaciones | 7 |
Aseos | 8 |
Ambiente | 6 |
Desayuno | 7 |
Atención | 8 |
Tranquilidad | 6 |
Instalaciones | 6 |
Vivir en un hotel durante dos meses con un descuento del 35%, derecho a suite-oficina y un desayuno adaptado a la ola mundial del teletrabajo. En eso se ha puesto el veterano Radisson Blu Hotel Madrid Prado que se asoma a la plaza de la Platería, en pleno triángulo del arte madrileño. En eso se ha puesto porque el turismo de ocio y el de negocio tienen para rato en su recuperación de la crisis, y no están los bolsillos como para perder la oportunidad de acondicionar las habitaciones y las áreas comunes y acoger a quienes a miles trabajan ya en remoto. En el empeño se precisan unos dormitorios más amplios, o dos comunicados, acceso de alta velocidad a Internet, zonas de estar y compartir —que los anglosajones conocen hoy por coliving y coworking—, así como algo para picar las 24 horas del día. Y todo con descuentos como los mencionados.
En esas está este hotel del barrio de Las Letras a un precio de 62 euros la noche. Irrenunciable si añadimos que este edificio neoclásico perteneció a una familia aristocrática y su opulencia persiste en el rigor de los espacios, diseñados en su día por el estudio de Sandra Tarruella e Isabel López. También, en la elegancia del mobiliario, en la levedad de las sábanas y, cómo no, en la seguridad e higiene autoexigidos por su plantilla de profesionales, consciente de que esta es la única manera de infundir confianza a sus huéspedes de larga temporada. Es cierto que la gravidez de los cortinajes y la penumbra de los pasillos destilan algo de moda pretérita. Más que nada porque ya no acuden a sus salones los diseñadores, como Ángel Schlesser; las actrices, como María Valverde; o los artistas, como Jaume Plensa o Rafael Cidoncha, quienes antes de la pandemia deambulaban a sus anchas por sus interiores.
Hoy, la vida social transcurre principalmente en el exterior, donde el hotel ha prolongado durante este invierno la terraza de verano. Corre por ahí la cerveza e impregnan el aire los olorcillos de las tapas y las propuestas de fusión oriental. Lona, como se conoce el restaurante, mantiene su comedor privado para los círculos de allegados que consienten las restricciones sanitarias. Este entorno, secundado por el vestíbulo y el bar, con una barra luminosa y una decoración que evoca el Siglo de Oro, representa hoy el secreto mejor guardado del alojamiento.
A su alrededor pugnan por recabar la atención de sus clientes el CaixaForum, el museo Thyssen, el Reina Sofía y las 7.500 pinturas y más de 1.000 esculturas del Prado. Casi nada.
Radisson Blu Hotel Madrid Prado
- Dirección: calle de Moratín, 52. Madrid
- Teléfono: 915 24 26 26
- Web: radissonhotels.com
- Instalaciones: terraza exterior, piscina cubierta, spa, salón de estar, bar, restaurante
- Habitaciones: 48 dobles, 5 suites
- Servicios: algunas habitaciones adaptadas para discapacitados; animales domésticos prohibidos
- Precios: desde 62,10 euros la habitación doble, IVA incluido; desayuno, 8,59 euros, IVA incluido.
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