El Reflejo de Mikaela 2017, bobal en plenitud

Si algo caracteriza al enólogo Aurelio García, director técnico de Valquejigoso, es su buen olfato para encontrar potencialidades vitivinícolas allí donde la pereza o la ignorancia solo perciben mediocridad. Mal endémico de nuestras zonas granelistas. Por ejemplo, en la conquense Ribera del Júcar.

Allí pueden encontrarse viñas viejas plantadas en vaso de la variedad bobal, sobre suelos cubiertos de cantos rodados que guardan el frescor húmedo de las tierras de gravas y arenas en los cálidos meses del estío. Junto a su esposa, Micaela Rubio, han ido adquiriendo distintas parcelas hasta totalizar casi cinco hectáreas.

Con las uvas seleccionadas de las cepas más viejas, y una elaboración compleja que incluye la fermentación de cada parcela por separado en depósitos de acero inoxidable de 3.300 litros, con posterior crianza de 14 meses en barricas de 225 y 500 litros, y vasijas de gres de 1.000 litros, han construido este espléndido reflejo de las inmensas posibilidades de la bobal. El vino despliega una rica paleta aromática dominada por la fruta madura en licor, con elegantes notas envolventes de especias, tostados y recuerdos de regaliz. Muy sabroso, concentrado y envolvente, inunda la boca de sabores y aromas, con un fresco posgusto frutal.