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Dormir
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Parador de Villafranca, el descanso de peregrinos en el Bierzo

Habitaciones generosas en un hotel sin tintes históricos pero con mucho lustre interior

Exterior del parador de Villafranca del Bierzo, en León.
Exterior del parador de Villafranca del Bierzo, en León.
Puntuación: 7
Arquitectura6
Decoración7
Estado de conservación9
Confortabilidad habitaciones7
Aseos5
Ambiente6
Desayuno7
Atención9
Tranquilidad8
Instalaciones7

Que un parador situado en un hito tan importante del Camino de Santiago como Villa­franca del Bierzo se identifique con un edificio anodino en la carretera de acceso y no, por ejemplo, en el histórico monasterio de los Paúles carece de justificación. El establecimiento actual es un error de concepto y como tal decepciona a quienes esperan de Paradores otros vuelos más monumentales, especialmente a clientela internacional que asocia esta marca turística con la historia de España. Dicho esto, conviene reconocer que las instalaciones hoteleras renacidas tras la millonaria reforma de hace casi una década son espléndidas. Incluso acogedoras para los peregrinos jacobeos, las familias con niños que vienen los fines de semana y para los banquetes de 300 comensales que suelen celebrarse en temporada de bodas.

Los dormitorios ofrecen unas dimensiones generosas, y no solo las suites o las júnior suites. Se nota en ellos la mano de Ana Domínguez, la gerente actual, desvelada por establecer un contacto directo con los pasajeros e invitarles a una sesión de mens sana, corpore sano en el reducido spa. O en la piscina exterior, únicamente en uso durante julio y agosto. O en la agradable atmósfera de los dormitorios, donde un ramillete de romero perfuma las almohadas y una abundante documentación sobre el Bierzo llena el escritorio.

La decoración de los salones y otros espacios comunes es tan pulcra como el aplacado en granito de la fachada, proyectados por los arquitectos José Ignacio y Eduardo Paradinas. Se agradece cuando el rigor invernal exige el amor de una chimenea. Lástima que la única que se conservaba del edificio anterior, en torno a la cual se reunían cazadores y parroquianos de pro, haya sido ocluida para evitar el engorro de su mantenimiento. Poco queda de aquel parador inaugurado en 1959. Hoy todo se ve lustroso, contemporáneo. Lo único vetusto es el diseño de las bañeras de las habitaciones, que no cumple con el canon sanitario de esta época, representado por una buena ducha, más práctica y sostenible.

Habitación del parador de Villafranca del Bierzo.
Habitación del parador de Villafranca del Bierzo.

En el restaurante, amplio y luminoso, la cocina autóctona centra el interés del huésped. Inevitable entregarse al sabroso botillo, acompañado de un mencía germinal en el viñedo berciano, que observan estos montes de alrededor cuajados de castaños y cerezos, álamos e higueras.

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Parador de Villafranca

  • Categoría oficial: 4 estrellas
  • Dirección: avenida de Calvo Sotelo, 28. Villafranca del Bierzo (León)
  • Teléfono: 987 54 01 75
  • Web: parador.es
  • Instalaciones: aparcamiento exterior vigilado, jardines, piscina exterior, zona wellness con sauna, piscina y fuente de hielo, sala de reuniones para 300 personas, salón de estar, bar, restaurante
  • Habitaciones: 44 dobles, 3 júnior suites, 2 suites
  • Servicios: 2 habitaciones adaptadas para discapacitados; animales domésticos prohibidos
  • Precios: desde 75 euros la habitación doble, IVA incluido; desayuno, 16 euros, IVA incluido.

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