_
_
_
_
_

Sábados en Montevideo

La diplomática María Eugenia Menéndez recuerda sus fines de semana de paseos y mate en la capital de Uruguay

Es coautora del libro De Santiago a Caracas (Cuadernos del Laberinto, 2018), recién salido de imprenta, donde recoge las andanzas por Latinoamérica de 13 diplomáticos españoles. María Eugenia Menéndez ha vivido en Santiago de Chile y Montevideo, y rememora aquí algunas de sus vivencias en la capital uruguaya.

Montevideo, en dos palabras.

Nostalgia y paseo.

Intuía lo de la nostalgia. La literatura uruguaya lo es.

Sí. Hay cierta melancolía en sus escritores. Allí leí mucho a Benedetti y a Onetti, y descubrí a la poeta Idea Vilariño. También vi mucho teatro: recomiendo ver en el teatro Solís las obras de la Comedia Nacional, la compañía que fundó Margarita Xirgu.

¿Cuál era su plan de fin de semana?

Boletín

Las mejores recomendaciones para viajar, cada semana en tu bandeja de entrada
RECÍBELAS

El clásico era ir al Mercado del Puerto el sábado, que es cuando van los uruguayos. A mí me gustaba el puesto Cabaña Verónica para comer algo. También iba a pasear por la Rambla, que es como llaman al paseo marítimo. Es la avenida que da sentido a la ciudad y es un espacio de convivencia para los lugareños: allí se juntan personas de todas las clases sociales e ideologías. Me hacía gracia ver que en periodo electoral la gente iba por la calle con la bandera de su partido y su mate, y no había enfrentamientos.

Más información
Camino a Punta del Diablo, en Uruguay
10 flechazos uruguayos
24 horas en Montevideo

Ha dicho mate, la bebida nacional.

Hay gente que lo lleva encima para ir tomándolo por la calle, aunque los jóvenes, menos. Pero si quedábamos en la Rambla sí que nos tomábamos un mate en grupo.

¿Por dónde más paseaba?

Por la calle del Doctor Tristán Narvaja, con sus librerías y anticuarios. Los domingos tiene un rastrillo con cosas increíbles de las décadas de 1930 y 1940.

¿Y la vida nocturna?

Ahora me dicen que está muy movida. En mi época, la zona tras el teatro Solís tenía muchos bolichitos, como allí llaman a los bares. A mí me gustaba ir a otro sitio no tan nocturno: la Bodega Bouza. Era de una familia gallega de emigrantes. Hacían un vino con mezcla de uva tempranillo y tannat, que es la típica de allí.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_