Bangalore, el Silicon Valley de India
En la urbe de nueve millones de habitantes se han instalado las principales empresas tecnológicas del país, que le dan un aire trepidante y cosmopolita
A diferencia de otras localidades indias, Bangalore (oficialmente Bengaluru) no destaca por sus templos o sus edificaciones tradicionales. Esta metrópolis del centro-sur del subcontinente, con nueve millones de habitantes, se conoce por haberse convertido en el Silicon Valley asiático. Empresas tecnológicas de todo el mundo se han instalado aquí y la modernidad transpira en las calles, que siguen siendo, como en cualquier otra gran ciudad del país, caóticas e hiperpobladas. Con un nivel de vida más alto que otras zonas, destaca la oferta de restaurantes, bares, discotecas y cines.
Dado el imponente tamaño de la urbe, capital del Estado de Karnataka, es importante planificar la visita. La manera más sencilla de moverse es, sin duda, por medio del socorrido tuc-tuc, aquí llamado rickshaw. También es posible solicitar Uber y taxis a través de aplicaciones con geolocalización. Y existe un flamante metro con dos líneas que recorren una parte del centro, así como autobuses, de los que, desafortunadamente, resulta complicado comprender su recorrido, a pesar de que el inglés es más o menos ubicuo, hablado en paralelo al hindi y el canarés, la lengua regional. Cuando se opta por ir a pie, hace falta armarse de valor para cruzar las carreteras atestadas de coches y caminar por un suelo apenas asfaltado. ¡Pero se puede!
Indiranagar es el barrio para salir a cenar y del ocio nocturno, donde se ven punkis, raperos y montones de ‘hipsters’
10.00 El sultán Tipu y su palacio
El palacio de verano dieciochesco del sultán Tipu (1), en Bangalore (Albert Victor Road), se parece mucho por su arquitectura indomusulmana al palacio principal que el potentado tenía en la cercana ciudad de Mysore. Dentro hay un museo con objetos del sultán. La construcción está situada muy cerca del City Market (2) (Mysore Road), un mercado callejero rebosante de puestos de especias y alimentos. En los alrededores también hay templos reseñables, como el Bull Temple (3) (Bull Temple Road), con un enorme toro votivo que representa al dios Nandi, o el Gavi Gangadhareshwara Temple (4) (Gavipura), del siglo XVI y con unos misteriosos discos solares a la entrada.
11.30 La araucaria gigante
Con —quizás— demasiado optimismo, Bangalore es también conocida como la Ciudad de los Jardines. Aunque es cierto que haberlos haylos, y cabe reseñar el jardín botánico de Lalbagh (5) (Mavalli), creado en el siglo XVIII por el sultán de Mysore. Con un palacio de cristal, templetes y un lago, este espacio alberga la mayor cantidad de plantas tropicales de India. Muy llamativo es un estilizado ejemplar de Araucaria cookii plantado en 1861, que con sus 45 metros es el árbol más alto de la ciudad. Otro jardín en el que perderse, respirar y disfrutar de un momento de tranquilidad en medio del bullicio de las calles es el Cubbon Park (6) (Ambedkar Veedhi), situado a poco más de dos kilómetros de Lalbagh.
13.30 Una parada en el Pecos
Unidas en un cruce, Brigade Road y MG Road se corresponden con la idea del centro de la ciudad, y en ellas se puede adquirir (relativamente) de todo. En la primera se encuentra uno de los cines más antiguos de Bangalore, el Rex Theatre (7) (12, Brigade Road), así como bares con especial encanto como el Pecos (189, Brigade Road), cubierto de pósteres de estrellas del rock occidentales. El nombre de la segunda vía hace referencia a Mahatma Gandhi, y junto a ella se levanta el Koshy’s (8) (St. Marks Road), donde —se dice— han degustado sus platos desde Jruschov hasta la reina de Inglaterra.
15.00 Un sari a medida
Commercial Street (9) es la calle comercial por excelencia de Bangalore, con una mezcla de tiendas tradicionales y modernas. De noche brillan las luces de neón de la publicidad, mientras que de día el ritmo se antoja trepidante. Aquí se pueden comprar y encargar saris a medida, zapatos y sandalias, objetos decorativos o productos de cosmética ayurvédica.
17.00 El dios de cartón piedra
Probablemente la principal atracción turística de la ciudad, junto al jardín botánico de Lalbagh, sea el templo de Shiva (10) (97, Old Airport Road), una de las tres deidades principales del hinduismo junto a Visnú y Brahma. El templo marca una visita obligada en Bangalore. El dios está hecho de cartón piedra, pero sus 20 metros de altura (y eso que está representado sentado en la posición del loto) lo hacen verdaderamente impresionante. Hasta llegar a él se sigue un recorrido con varias paradas. El mantra que hay que repetir es: “Aum Namah Shivaya” (Om, reverencias a Shiva); en una de las paradas, una nueva escultura de cartón piedra recibe al visitante, en este caso de Ganesha, el dios mitad hombre mitad elefante.
19.00 Triunfadores en UB City
Para probar el sabor de la noche bangaloresa cabe empezar por alguno de los locales de UB City (11). Aquí se concentra el lujo y, con él, los expats (trabajadores extranjeros en las firmas tecnológicas) más ricos de la ciudad. En el bar-restaurante Shiro (222, Vittal Mallya Road), por ejemplo, cuentan con una excelente oferta de comida japonesa, y el Skyye Lounge (24, Canberra Block) permite otear la urbe desde las alturas mientras se toma un cóctel. Eso sí, los precios —que en India son por lo general bastante más bajos que en España— en esta zona dan vértigo.
21.00 La cerveza, Kingfisher
Junto con Church Street, Indiranagar es el barrio de la pletórica vida nocturna de Bangalore. Para cenar hay donde elegir: en el Toit (12) (298, 100 Feet Road), por ejemplo, sirven comida rápida y una amplia selección de cervezas (el tiro fijo es la marca nacional, Kingfisher). ¿Otras propuestas? Barbeque Nation (4005, 100 Feet Road), con menú indio e internacional, o Mamagoto (949, 12th Main Road), de comida asiática. Los pubs cierran a la una de la madrugada: en el Humming Tree (13) (949, 12th Main Road) organizan conciertos todos los sábados, y en The Warehouse (14) (3, 80 Feet Road) hay salas con DJ y karaoke. En esta zona sorprende la estética de los jóvenes, muy diferente a lo que se suele ver durante el día: hay punkis, raperos y montones de hipsters. En caso de que salte el hambre después de la fiesta, en el restaurante Empire (15) (80 Feet Road y otras localizaciones) sirven unos deliciosos rolls para tomar o llevar.
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