Macroescenario celestial

El verano pasado, cuando recorría la autopista número 5 en dirección a Los Ángeles desde Irvine (California), y después de cruzar la intersección sobre el río Santa Ana, algo llamó poderosamente mi atención. Tanto que le pedí a mi hermano, que conducía, que saliera de la autovía y que fuéramos a buscar ese intrigante conjunto de prismas reflectantes que vi desde la carretera. Su historia es la siguiente:

El joven reverendo Robert Schuller tuvo una visión del futuro una soleada mañana de 1955. Con el objetivo de atraer a un público que normalmente no acudía a la iglesia, publicó un anuncio en el periódico local que decía: “Ven tal cual eres, en tu coche familiar”. Desde el altar que él mismo construyó podía observar cómo los parroquianos aparcaban en el autocine que alquiló por 10 dólares en el condado de Orange, en la soleada California. Atendía a una corte de baby boomers (los nacidos entre 1946 y 1965) hambrientos de un mensaje positivo, acorde con la nueva era, con algo que más tarde se denominaría Teología de la Autoestima y que abría una vía en el protestantismo estadounidense.

Cuatro años después, muy cerca de allí, compró cuatro hectáreas de tierra y convenció al arquitecto Richard Neutra para que proyectara un santuario. El edificio sería el primero de un complejo arquitectónico sin precedentes. El mensaje necesitaba un medio adecuado. Un generoso ventanal de suelo a techo, flanqueando ambos lados del alargado edificio de 2.000 metros cuadrados, permitía celebrar servicios en el interior y simultáneamente en el aparcamiento, mientras que un gran rectángulo naranja que remata la fachada acristalada hacía las veces de púlpito para las celebraciones de esta autoiglesia capaz de congregar hasta a 500 automóviles.

El presupuesto de cinco millones de dólares provocó la renuncia de varios miembros de la congregación, que le acusaron de despilfarrar. En 1968 es el propio hijo de Neutra, Dion, quien diseña la Torre de la Esperanza, una estructura vertical de 27 metros coronada por una cruz de neón que se puede ver desde la vecina Disneylandia.

Al descubrir las posibilidades de llevar el mensaje del Señor a una audiencia cada vez mayor, la visión de Schuller se amplía, el santuario original se queda pequeño y compra varias tierras aledañas. En esta ocasión acude al camaleónico Philip Johnson para proyectar la que sería la obra magna del arquitecto, fechada en 1980, que él llamará Catedral de Cristal.

El flamante premio Pritzker construyó un enorme prisma de una sola estancia de 63 metros de ancho, 126 metros de largo y 40 metros de alto. Cubierto por 10.000 paneles de cristal, permitía sentar a casi 3.000 parroquianos y servir de plató para La hora del poder, el programa de televisión semanal en el que el reverendo hacía llegar su mensaje a más de 15 millones de telespectadores.

Fuentes, jardines y coros

Las enormes puertas correderas de detrás del altar se abrían con el clic de un botón para mostrar las fuentes y jardines del conjunto en el punto álgido de la celebración, todo acompañado por las voces de mil coristas, el sonido de un órgano gigante y las pantallas de televisión más grandes del mundo. El periodo de megaiglesias y teleevangelismo había nacido y Schuller era su protagonista. Las donaciones telefónicas permitieron pagar los casi 20 millones de dólares que costó el edificio, y los cinco que costaría la torre campanario, una superestructura de acero inoxidable de más de 70 metros de altura, que firmaría Johnson en 1990.

En el año 2001, el también premio Pritzker Richard Meier hace su aportación al conjunto añadiendo un edificio cilíndrico de cuatro plantas recubierto con paneles en bajorrelieve de acero inoxidable. Se bautizó con el singular nombre de International Center for Possibility Thinking (centro internacional para el pensamiento posibilista).

Meier aporta una nueva manera de organizar el conjunto en un intento de domesticación cívica del espacio público. El coche pasa a un segundo plano y se consolidan las visiones suburbanas de las propuestas de Neutra y Johnson. La obra se termina en 2003 a un precio de otros 20 millones. Ese mismo año, el Instituto de Arquitectos Americanos (AIA, American Institute of Architects) otorga a Schuller su medalla de honor.

Sin embargo, el mensaje optimista televisivo de La hora del poder no será bien acogido por las siguientes generaciones, que ya no se identifican con el formato. La situación se agrava aún más con el retiro de Schuller como pastor en 2006, lo que, unido a problemas administrativos y de gestión, llevan a la congregación a su declive.

El 18 de octubre de 2010 la Catedral de Cristal se declara en bancarrota, con 43 millones de dólares de deuda, y se convoca una subasta pública.

Finalmente, por 57,5 millones de dólares, es la Iglesia católica la adjudicataria de los inmuebles. Con una adecuación actualmente en marcha, el conjunto será la sede de la diócesis de Orange y ha sido renombrado como Catedral de Cristo. Firmada por los estudios Johnson Fain y Rios Clementi Hale, se estima que se concluya en 2017.

Después de la bancarrota, y destituido de su cargo como cabeza de la Iglesia un día antes del último servicio en 2012, el reverendo dejó un positivo mensaje en un vídeo de su página de Facebook: “Sea como sea, Dios sigue siendo Dios. Sea como sea, Dios sigue siendo un buen Dios, Dios te ama y yo también”. Murió el 2 de abril de 2015.

Edgar González es arquitecto, fundador de la página web de arquitectura edgargonzalez.com.