Renzo Piano, en la ciudad camaleón
El arquitecto italiano ideó una entrada rompedora para La Valeta, la vieja ciudad fortificada que ha visto tantos rodajes de cine histórico. Su fuerte Ricasoli fue Roma en ‘Gladiator’, Príamo en ‘Troya’ y Alejandría en ‘Ágora’
Con un poco de previsión, llegar a Malta puede ser muy barato (jugando con las fechas, en Ryanair se encuentran vuelos de ida y vuelta por 47 euros desde Madrid y Barcelona, eso sí, sin facturar maleta). Aunque, para barato, el alquiler que Carlos I de España cobraba por la isla a los caballeros de San Juan: un halcón al año. Claro que ellos no estaban de turismo, sino para defender este estratégico enclave de ataques. Para eso construyeron La Valeta, una imponente ciudad fortificada de calles en cuadrícula, templos y palacios de piedra dorada y murallas que han resistido 450 años sin que nadie abra brecha en ellas. Nadie, excepto Renzo Piano, que recibió en 2009 el encargo de remodelar la City Gate, la puerta principal de la ciudad, y lo primero que hizo fue tirarla y dejar una entrada diáfana.
9.00 Desayuno arquitectónico
Para ver lo que ha hecho Piano, ningún lugar mejor que la terraza del Café Royale (1, pincha sobre el mapa para verlo ampliado) bajo los soportales que hay nada más entrar por la no-puerta. Justo enfrente se halla el nuevo Parlamento (inaugurado en mayo), cuyas ventanas imitan las oquedades que la erosión atmosférica ha labrado en la roca caliza de las murallas. Y también las ruinas de la antigua Ópera, arrasada durante la Segunda Guerra Mundial y rescatada ahora por Piano como auditorio al aire libre. Las grandes columnas truncadas del viejo odeón y los poderosos volúmenes de piedra del Parlamento y de las murallas crean un entorno arquitectónico subyugante, como de templo faraónico o de ciudad de gigantes. Podemos tomar café y dulces artesanales o el desayuno completo inglés, y así recordar de paso el siglo y medio que los británicos dominaron Malta (1814-1964).
10.00 El marqués de Piro y su guacamayo
La calle de la República es el cardo maximus de esta ciudad renacentista trazada a cordel, como un castrum romano. Por ella se baja sin pérdida desde la City Gate hasta la concatedral de San Juan (2) (www.stjohnscocathedral.com), que está alfombrada de lápidas de caballeros de mármol taraceado y exhibe orgullosa dos lienzos de Caravaggio, el maestro del claroscuro y de las trifulcas, huido a Malta por una muerte que debía en Roma. Más adelante está el palacio del Gran Maestre (3) (hoy sede de la presidencia de la República), con su deslumbrante armería (www.heritagemalta.org). Y dos manzanas más abajo, Casa Rocca Piccola (4) (www.casaroccapiccola.com), un palacio del siglo XVI donde puede verse cómo vive el noveno marqués de Piro, con sus muchas obras de arte, su jardín y su guacamayo.
12.00 Paseo en ‘dghajsa’ por el puerto
Antes de fundar La Valeta, los caballeros tenían sus cuarteles al otro lado del gran puerto, en Birgu-Vittoriosa (5), que es otra preciosa ciudad fortificada y el último refugio de las dghajsas, las tradicionales barcas de remos maltesas. A&S Water Taxis (www.maltesewatertaxis.com) invita a recorrer en dghajsa (con motor, para que cunda más) los mil vericuetos del inmenso puerto, incluido Fort Ricasoli (6), el fuerte fantasma que fue Roma en Gladiator (2000), la ciudad de Príamo en Troya (2004) y Alejandría enÁgora (2009), tres de las más de cien películas que se han rodado en Malta. Otro escenario histórico y cinematográfico es Mdina (7), la primera capital de Malta, poblada ya por los fenicios, a 12 kilómetros de La Valeta. De camino, en Attard, se puede ver cómo soplan el vidrio en los hornos de Mdina Glass (http://www.mdinaglass.com.mt). Y después visitar en la vecina Rabat las catacumbas de San Pablo (8), un laberinto de más de 2.000 metros cuadrados con tumbas cristianas, judías y paganas de los siglos IV al IX.
14.00 Café con la reina Victoria
Cerca de Rabat, en Dingli, hay un restaurante sorprendente, Diar il-Bniet (9) (www.diarilbniet.com), de cuidado estilo rústico, donde solo se sirven productos de la granja familiar: buenísimos los tomates (sobre todo, los secados al sol), el conejo frito y la helwa (sémola de sésamo con almendras). En La Valeta, el que sorprende es Nenu (10) (www.nenuthebaker.com), una antigua tahona donde se hornea el aplastado pan ftira con diversos ingredientes encima, como una pizza. Además hay que probar la sopa de viuda, la carne de caballo y los pastelillos de dátiles (imqaret) con helado. El café, mejor tomarlo en Cordina (11) (www.caffecordina.com). Fundado en 1837, ocupa un palacio y una amplia terraza en la plaza de la República, que, pese a su nombre, está presidida por una estatua de la reina Victoria de Inglaterra.
16.00 La hora del cañonazo
A esta hora se dispara un cañón con mucha ceremonia junto a los jardines de Upper Barrakka (12), que dominan a vista de gaviota buena parte de la ciudad y el puerto. Desde este punto, el más alto de La Valeta, hay un bonito paseo bajando por la calle de la Batería hacia los jardines de Lower Barrakka y el Siege Bell War Memorial (13), donde una gran campana tañe en recuerdo de las 7.000 personas que murieron defendiendo la isla durante la Segunda Guerra Mundial. Lo cómodo es volver por la orilla y subir a Upper Barrakka en el ascensor panorámico diseñado por Architecture Project, el estudio local que colabora con Piano en la renovación de la City Gate.
18.00 Santa Lucía, playa y vino
Detrás de la concatedral está Santa Lucía (14), la calle de los plateros, donde lo habitual es llevarse de recuerdo una cruz de Malta, a poder ser de filigrana. También está, en el número 152, la bodega Ellul, buen lugar para comprar vinos de Meridiana, los más reputados de la isla. A los mismos dueños pertenece la decimonónica Casa Ellul (15) (www.casaellul.com), que son, junto con el Palazzo Prince d’Orange (www.palazzoprincemalta.com) y el colonial Phoenicia (www.phoeniciamalta.com), los alojamientos con más encanto de la ciudad. Muy caros, eso sí. Más económico, el British Hotel (16) (www.britishhotel.com) tiene vistas al gran puerto.
20.00 Sofás en plena calle
Strait Street (17) ya no es la calle golfa de antaño, donde recalaban todos los marineros buscando amor por horas, pero sigue siendo la más animada. Tico Tico (pescado a la parrilla, cócteles y viejos sofás en mitad de la calle) y StrEat (hamburguesas y música en vivo) son sitios concurridos. Otro lugar para cenar o tomar una copa es Valletta Waterfront (18) (www.vallettawaterfront.com), un muelle histórico recuperado como puerto de cruceros y zona de ocio. Si preferimos una noche de jazz, iremos a The Bridge. Y si nos gustan los bares con historia, a The Pub (19), donde el actor inglés Oliver Reed solía parar durante el rodaje de Gladiator y donde murió de un infarto después de tres botellas de ron jamaicano, ocho de cerveza y varios whiskies dobles.
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