La Coma, mimos campestres
Un hotelito familiar con apartamentos en el Pirineo catalán
En las puertas del Pirineo catalán encontramos uno de esos hotelitos románticos que la imaginación popular asocia con un “sentirse como en casa”. Afortunadamente, por un precio asequible, sí que cualquiera puede disfrutar de una casa de madera en medio de un extenso predio con vistas a las montañas. Porque, por mucha imaginación que se tenga, semejante lugar y semejantes vistas no las tiene todo el mundo alrededor de su casa.
Puntuación: 7 | |
Arquitectura | 6 |
Decoración | 5 |
Estado de conservación | 8 |
Confortabilidad | 6 |
Aseos | 6 |
Ambiente | 6 |
Desayuno | 8 |
Atención | 9 |
Tranquilidad | 8 |
Instalaciones | 7 |
A principios y mediados del siglo XX, la alta burguesía de Barcelona gustaba de los aires frescos pirenaicos de Camprodón, en cuyo paseo de Maristany se hizo construir mansiones. Los padres de la dueña del hotelito, Carmen Perpiñán, acarreaban mulas con cocineros y servidores para subir a aquellos adinerados hacia donde había nieve para esquiar, lo que tiempo después sería la estación invernal de Vallter 2000. Y el modesto restaurante abierto en un prado en las alturas de Camprodón acabó convirtiéndose en un hostal de seis habitaciones a partir de 1972 y en un hotel de 22 habitaciones dos décadas después.
Los recuerdos de la familia acompañan al viajero cuando sube por las escaleras hasta su dormitorio y también en el gran mural que preside el comedor, con vistas al río Ter. El bosque casi envuelve el edificio anexo, donde se encajan siete nuevos apartamentos decorados con el toque rústico original del hotel. Esta modalidad de alojamiento complementaria lo hace muy apetecible para las familias con niños, al margen de que la clientela mayoritaria sean senderistas británicos en verano y esquiadores catalanes en invierno.
Día y noche se mantiene activo un spa. Una caldera de biomasa ayuda a hacer más llevadero el gasto termal. La carta de masajes incluye un tratamiento infantil, por si sus correrías por la pradera no fueran suficientemente relajantes.
Una experiencia a recordar es la cena, surtida con platos de toda la vida en estas montañas. Espalda de cordero, potro estofado y un vino de categoría que los propietarios no dudan en administrar sin cargar excesivamente su precio. Autenticidad que bendice cada momento, cada rincón, cada aroma, cada sabor. Sus incondicionales certifican luego en las redes sociales: “Un lugar para sentirse muuuucho mejor que en casa”.
La Coma
- Categoría oficial: 3 estrellas.
- Dirección: Prat de la Coma, s/n. Carretera de Camprodón. Setcases, Girona.
- Teléfono: 972 13 60 74.
- Internet: www.hotellacoma.com.
- Instalaciones: jardines, piscina, zona infantil, spa, wellness, gimnasio, green golf, salón, comedor.
- Habitaciones: 22 dobles, 7 apartamentos dobles, triples y cuádruples.
- Servicios: algunas habitaciones adaptadas para discapacitados; animales domésticos prohibidos. • Precios: desde 86 euros la habitación doble, desayuno e IVA incluidos; tratamientos de masajes o drenaje linfático, 40 euros.
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