24 horas en Murcia
De la teatral fachada barroca de la catedral al Centro Párrega para el desarrollo de las artes escénicas, la capital murciana despliega sus encantos urbanos y gastronómicos
La Mursiya de los Omeyas, cuna del místico sufí Ibn Arabi, es una ciudad sin mar, aunque huele a Mediterráneo y azahar. Del tapeo tradicional en la plaza de las Flores a las cenas clandestinas de la Casa Taller Birdie (http://www.casatallerbirdie.blogspot.com.es/), de la catedral a la ampliación del ayuntamiento proyectada por Rafael Moneo, del cante de las minas en Los Pájaros (ateneo huertano) al desfase tecno de Mariano Rojas, del puente Viejo al puente de Calatrava, de la fiesta popular del Bando de la Huerta (huertanos de calcetín calado y espartanas) a festivales de hipstersen hawaianas y camisas floreadas, de los bodegones de Ramón Gaya a las negras siluetas de los grafitis de Sam3 (www.sam3.es), de las palmeras de Muher (www.muher.com) a la capilla de los Vélez… Murcia (www.turismodemurcia.es) es una ciudad de tendencias cruzadas.
10.00 Paseo mañanero
Bajo el arco de San Juan, en el corazón del casco antiguo, encontramos el lugar perfecto para desayunar: el emblemático Café del Arco (1) (Arco de Santo Domingo, 1; 968 21 97 67), con un toque de diseño y un curioso panteón de cuadros de personalidades locales obra de Martínez Cánovas. Desde aquí la ciudad se abre como un puzle. Una opción es encaminar los pasos hacia la universidad para visitar el Museo de Bellas Artes (2) (Obispo Frutos, 12; 968 23 93 46), la pinacoteca más importante de Murcia, con obras de José de Ribera, Sorolla o Julio Romero de Torres. Otra, bajar por Trapería y Platería, estrechas y peatonales, flanqueadas por tiendas de lujo, hasta la catedral.
Por el camino merece la pena visitar el Real Casino de Murcia (3) (Trapería, 18; www.realcasinomurcia.com; entrada, 5 euros), con una moderna cafetería reformada por el arquitecto local Manuel Clavel. Pero el lugar donde debe detenerse cualquier visita turística que se precie es la plaza del Cardenal Belluga (4). A un lado, la catedral y su fachada-retablo dieciochesca de Jaime Bort, con su nicho cóncavo, frontones rotos, planos curvados y órdenes superpuestos, todo ello ideal para los teatrales claroscuros. Al otro, el edificio de Moneo, de 1998 y ampliación del ayuntamiento, también escenográfica gracias a su fachada ortogonal de piedra amarilla y al juego musical de los pilares repartidos rítmicamente. Y a los pies de la torre, La Tienda de Susano (Trapería, 2; www.latiendadesusano.es), famosa por sus anchoas en salmuera sobadas in situ.
13.00 Tapeo y otras delicias
En Murcia, ir de tapas es todo un ritual, con una continua disputa entre qué bares y comercios ofrecen el mejor pastel de carne o las mejores marineras (las dos tapas estrella; esta última, rosquilla con ensaladilla rusa y anchoa). Zaher y Bonache son, por ejemplo, dos eternos rivales. El pastel de carne de Bonache (5) (plaza de las Flores, 8; pastelriabonache.com), pastelería abierta en 1828, es una institución. A un par de zancadas se encuentra Zaher (Riquelme, 5; 968 21 13 85), un bar-pastelería donde se puede acompañar el pastel de carne, y también otra de sus especialidades, el pastel de sesos, con una caña de Estrella Levante.
En la plaza de las Flores se encuentra además el Museo Ramón Gaya (6) (plaza de Santa Catalina, s/n; 968 22 10 99; entrada gratuita), con la colección del pintor murciano (nacido en 1910 y fallecido en 2005), un legado de esencialidad y ligereza pictóricas. Y abundan las terrazas como las de La Tapa (plaza de las Flores, 13; 968 21 13 17), abierta en 1927, o la del bar Fénix (plaza de Santa Catalina, 1; 968 22 12 12), con su famoso pulpo al horno.
14.00 Sabor a mar
Con el Mediterráneo tan cerca resulta difícil no pensar en cocina marinera. El restaurante Virgen del Mar (7) (www.restaurantevirgendelmar.es), en la cercana plaza de San Nicolás, es un referente de la gastronomía local por sus pescados y mariscos. Una opción más económica es bajar hacia el palacio Almudí (8), antiguo pósito de trigo y hoy centro de exposiciones, en el Plano de San Francisco, hasta el vecino Mercado de Verónicas (9) (www.mercadodeveronicas.es), principal plaza de abastos de la ciudad, y comprar pescado o marisco en sus puestos y que luego lo preparen en los bares del mercado.
Para bajar la comida, nada como un paseo río arriba hacia el jardín botánico o por el Malecón (10), bordeando el curso del agua, hasta las huertas. En La Arboleja hay locales como Los Pájaros (Carril de los Chornos, 65; www.lospajaros.org) y El Quirófano (Carril de los Chornos, 112; www.elquirofano.net), con actividades culturales. De regreso, una parada en el Cuartel de Artillería (11), con enormes palmeras, donde se celebran conciertos, mercadillos y exposiciones, y donde abre el Aquarium (Cartagena, s/n; www.aquarium.um.es; entrada, 1 euro) y el Centro Párraga (Madre Elisea Oliver Molina, s/n; www.centroparraga.es), espacio de investigación y desarrollo para las artes escénicas en una de las naves del antiguo cuartel remodelada por el arquitecto Antonio Abellán.
19.00 Una tonta tradición
De aquí al Tontódromo hay un paseo, pero de pasear se trata, no en vano el Tontódromo se llama así por la “tonta” tradición de andar de arriba abajo para ver y ser visto, un paseo que arranca en Santo Domingo, transcurre por la avenida de Alfonso X y muere en la plaza Circular. Aquí sirven desde 1967, en el Café-Bar Gran Vía (12) (968 23 10 27), la que tiene fama de ser una de las mejores marineras de Murcia.
21.00 Alcachofas de la abuela
Para cenar, pocas cosas como el restaurante La Pequeña Taberna (13) (plaza de San Juan; 968 21 98 40; www.lapequeñataberna.com), por varias razones: la más poderosa, lo bien que se come. Impresionantes sus alcachofas de la abuela, de las que solo se vende una por persona y día. Y la otra, la posibilidad de escuchar las anécdotas del dueño, Miguel López. El escritor local Arturo Pérez Reverte cita el restaurante en La carta esférica.
Después de cenar, la noche se extiende por la ciudad como una gran ilusión y los universitarios le insuflan vida. En el centro hay multitud de bares, pero resulta especialmente interesante el Bizz Art (14) (Trinidad, 10), y en la cercana calle de Santa Quiteria, La Oveja Negra (en el número 14) y La Yesería (en el número 24), con música predominantemente indie.
1.00 Fin de fiesta en Mariano Rojas
La zona de referencia para los grandes trasnochadores es Mariano Rojas (15), en honor al célebre ciclista murciano, con locales de música electrónica como el Moss Club (Mariano Rojas; www.myspace.com/mossclub) y Ocio (Victorio, 20). Y, por supuesto, 12&medio (Mariano Rojas, 12; www.12ymedio.com), mítica sala de conciertos y club de música alternativa, sede del Festival Microsonidos y colaborador del Lemon Pop.
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