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El coche del archiduque

El Museo de Historia Militar de Viena es uno de los puntos clave del centenario de la Primera Guerra Mundial

El Gräf & Stift Double Phaeton en el que viajaba el archiduque Francisco Fernando.
El Gräf & Stift Double Phaeton en el que viajaba el archiduque Francisco Fernando.Wikimedia

En la mañana del 28 de junio de 1914, el heredero al trono del Imperio Austrohúngaro, el archiduque Francisco Fernando de Austria, fue asesinado a tiros en la ciudad de Sarajevo. El magnicidio se convertiría en el detonante final de la Gran Guerra, que estallaría un mes más tarde. 2014 marca el centenario del primer conflicto mundial, que duraría cuatro años y que traería por primera vez a Europa los horrores de la guerra en la época industrial. Diferentes exposiciones conmemoran el comienzo de esta contienda, y por supuesto Viena destaca como epicentro de muchas de ellas. Existe un lugar donde, sin embargo, la presencia del archiduque Francisco Fernando es perenne, y donde la relación de los austriacos con su historia y con la muerte alcanza todo su esplendor. Hablamos del Museo de Historia Militar de Viena (Heeresgeschichtliche Museum o HGM, Arsenal Objekt 1, +43 01795610).

Bajo el lema de Las guerras pertenecen a los museos, el centro vienés ofrece un recorrido por la historia de la Austria de los Habsburgo y la Primera y Segunda Guerra Mundiales, cubriendo cinco siglos de historia militar europea. Se trata de diferentes exposiciones temáticas en las que se exponen de forma didáctica y neutral las locuras y horrores de la guerra.

Situado en un antiguo arsenal militar, se trata además del museo público más antiguo de Austria. Solo el edificio que lo alberga merece una vista. Obra de Ludwig Foerster y Theophil Hansen, el HGM aúna diferentes estilos arquitectónicos en una atmósfera definitivamente castrense. En su interior nos espera una vasta colección de armas, uniformes y curiosidades militares, tales como un globo aerostático francés usado durante las Guerras Napoleónicas, una tienda de campaña militar capturada a los turcos en el siglo XVII o incluso un transporte submarino. Aunque hoy en día Austria sea famosa por sus montañas y no por sus playas, hasta finales de la Primera Guerra Mundial el Imperio de los Habsburgo era una potencia marítima relativamente respetable en el Mediterráneo a través de su dominio sobre el Adriático.

Las secciones dedicadas a la Primera Guerra Mundial y al archiduque Francisco Fernando serán sin lugar a dudas las joyas de 2014. Entre otras curiosidades históricas como máscaras de gas, mapas, medallas y condecoraciones, uniformes, fusiles y bayonetas que caracterizaron la guerra de trincheras, el visitante puede contemplar el Gräf & Stift Double Phaeton en el que viajaba Francisco Fernando, el uniforme con restos de sangre que lucía el día del atentado o el diván donde exhaló su último aliento. Debido a preparativos para el centenario, estas secciones (coche y uniforme incluidos) están cerradas hasta junio.

Ya solo el edificio del HGM merece una vista.
Ya solo el edificio del HGM merece una vista.José Miguel Roncero

También de especial interés es la sección dedicada a la Segunda Guerra Mundial, donde se puede ver propaganda y parafernalia militar y no militar nazi, pinturas y bustos, armas y bombas, uniformes de los diferentes cuerpos militares y paramilitares del Tercer Reich, y vehículos de combate, como un avión Fieseler Fi 156 Storch, un Volkswagen Kübelwagen 82 (la versión militar del mítico escarabajo), un cañón antitanque PAK 40 o un vehículo calcinado en la Batalla de Stalingrado.

Otras curiosidades del museo son las galerías de cañones (Artilleriehallen), una colección de panzers en el llamado jardín de los tanques, donde se exhiben vehículos de combate acorazados que datan de 1956 en adelante, y un avión de combate Saab 35 Draken expuesto en el aparcamiento principal.

El HGM ofrece también una interesante visita virtual. Además, toda la información está disponible en español. Sin duda, aprender de los errores y horrores del pasado es uno de los mejores  métodos para evitar nuevas atrocidades en el futuro. Las guerras, tal y como indica la divisa del HGM, pertenecen a los museos.

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