Supercruasán

A las pocas semanas de su apertura ya es una valiosa pista para los golosos. Su propietaria, la checa Marie Valdez, es una virtuosa en la pastelería y bollería artesanas. Su cruasán, que cruje y sabe a la mejor mantequilla, se ha colocado entre los mejores de la ciudad. Además, elabora cruasanes con chocolate, financiers (de almendra con frambuesa, o pistacho), canelés espléndidos, caracolas con frutas y otras variantes de la refinada bollería francesa.

Especialidades de corte tradicional, a precios razonablemente sensatos. En la carta hay pasteles con espuma de chocolate o de mascarpone rellenos de confitura de albaricoque, tartaletas de chocolate negro y plátano y abanicos de pistacho y cerezas. Y unos pies de limón minis que justifican la visita. Desde su salón, muy bien ambientado, con mesitas desperdigadas, de estética provenzal con suelo hidráulico, se observan los trabajos en el obrador, separado tan solo por una gran cristalera.

En Fonty lo mejor son los desayunos y meriendas. Y también los miniágapes de mediodía en los que ofrecen ensaladas y quiches (lorraine,de hongos y de espinacas, piñones y queso). O sándwiches tan conseguidos como el toscano, el nórdico o el limeño. Aunque presumen con razón de ofrecer un café gourmet, la selección de tés es solo correcta.