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El día entero de galería en galería

Diáfana, igualitaria, imaginativa. Así es la ciudad alemana donde el arte bulle en espacios amplios y elegantes, pero también en otros casi clandestinos Para no perder detalle nos guían dos artistas

El museo Ludwig, inaugurado en 1986, obra de Peter Busmann Godfried Haberer, con la catedral al fondo.
El museo Ludwig, inaugurado en 1986, obra de Peter Busmann Godfried Haberer, con la catedral al fondo.Alamy

Noche de estreno en las galerías de arte de Colonia, hogar de tantos artistas y gente variopinta. Lo más interesante de esta ciudad son las personas, su carácter abierto, desenfadado, su vena artística, un tanto loca. Art Cologne, feria desde 1967 (este año 19 al 22 de abril), es la cita obligada para el mundo del arte.

9.00 Tras los ventanales

Desayuno en el Museo Ludwig (2) (plaza de Heinrich-Böll) con Rolf Kuhlmann, que pinta cuadros figurativos, entre surrealistas y simbólicos, y se ha convertido en el pintor de las fiestas del carnaval. La cafetería de este centro de arte moderno es un buen punto de partida. Su fachada de cristal y las vistas del puente sobre el Rin nos introducen en un paisaje urbano lleno de contrastes, rompedor. Algunos tesoros expresionistas y pop del Ludwig se pueden ver desde el exterior debido a la transparencia de su fachada. Es una metáfora de lo que es Colonia: diáfana, igualitaria, imaginativa. Atravesamos la plaza del Dom. Rolf me señala el vitral de Gerhard Richter, una geometría de color. Al girar hacia el frontal de la catedral (2), las altas torres, ojos de la urbe, siempre sorprenden.

Uno de los parques de la ciudad alemana de Colonia.
Uno de los parques de la ciudad alemana de Colonia.alamy

10.30 Una librería

El rostro de la ciudad más antigua de Alemania está lleno de cicatrices. Sus viejas calles, sus bonitos edificios intramuros, sus dulces ruinas, todo fue arrasado por las bombas inglesas. De ahí el desigual, ecléctico, estilo de sus edificios. Unas veces parece una ciudad fría, fea, funcional. Y otras fascina por las soluciones urbanas un tanto atrevidas. Desde el racionalismo del Museo de Artes Aplicadas (3) (An der Rechtschule), proyectado por Rudolf Schwarz, hasta reconstruidos inmuebles del XIX, sin olvidar las puertas medievales, la vida tiene aquí un aire provisional, bohemio, y a la vez resulta confortable, burguesa, quintaesencia de la gemütlichkeit (apacibilidad). Ahí tenemos la galería Karsten Greve (4) (Drususgasse 1-5), una de las más bonitas y espaciosas de Colonia. Muy cerca, en la Boisserée (5) (Drususgasse 7-11), cuelgan cuadros de Antonio Saura. Pasamos por Appellhoplatz y entramos en Breite Straße, donde se encuentra König (6), la mejor librería de arte que conozco.

12.30 Pista vanguardista

Javier Belloso

En Colonia hay galerías que se esconden tras puertas de garajes, en la trastienda de un anticuario o en un anónimo piso, lo que da un estimulante sabor clandestino. El arte de verdad es tímido, clandestino. Aunque no siempre, opina Rolf, que me muestra en la calle, ante cada galería por la que pasamos, el plátano warholiano de Thomas Baumgärtel, artista y grafitero local, que ya ha pintado más de cuatro mil en todo el mundo. La galería Gisela Capitain (7) (St. Apern Straße 26) está considerada una de las más vanguardistas. La Drei (8) (Albertusstraße, 3) no anda muy lejos, apenas un altillo con suelo de tablas al que se sube por una inestable escalera metálica. Llegamos a Neumarkt (9). En un extremo de la plaza vemos el cono de helado de 10 metros de altura que Claes Oldenburg instaló en la esquina de un edificio. Nos dirigimos al Kölnischer Kuntsverein (10), el club artístico de Colonia. Allí se reúnen los entendidos y todo tiene un curioso aire años sesenta.

14.00 Despeinados con gafas

Con el tranvía número 1 hemos llegado a la laguna Aachener Weiher (11). La cafetería del Museo de Arte del Extremo Oriente está a sus orillas y parece que nos encontramos en un plácido rincón de Kioto. Curioseamos las salas de arte de China, Corea y Japón. Atravesamos luego el parque para ver la exposición de la M29 (12) (Moltkestraße 27a), galería que pretende combinar con desparpajo arte con literatura, filosofía, ciencia y cine. Hay una exposición de story boards. Jóvenes despeinados con gafas deambulan con aire concentrado. Rolf se marcha a su estudio de Eigelstein, un acogedor barrio habitado por turcos y artistas.

17.00 Un japonés y un alemán

La escultura del arquitecto Sou Fujimoto junto al Zoobrücke de Colonia.
La escultura del arquitecto Sou Fujimoto junto al Zoobrücke de Colonia.alamy

Llego en el metro al parque de esculturas cercano al Zoobrücke (13). Veo un sólido acero de Chillida, una araña de Bourgeois, las lúdicas siluetas recortadas de Calder. El parque, tranquilo y bello, está organizado por periodos que recorren la trayectoria de la escultura internacional durante los últimos veinte años. Lo último es la galería blanca del arquitecto japonés Sou Fujimoto, que pertenece más a la arquitectura que a lo escultórico, y la constelación de formas y colores del artista alemán Florian Slotawa.

19.00 Noche

Heiner Blumenthal, artista conceptual interesado en el lugar que ocupan las cosas y la apariencia, me espera en la galería Susanne Zander (14) (Antwerpener Str. 1) mirando los minuciosos dibujos de camiones y de rascacielos de Wesley Willis, músico que tuvo una banda de punk-rock en Chicago y murió esquizofrénico. El opening reúne a un puñado de artistas con abrigos y bufandas y una botella de cerveza en la mano. De ahí vamos a Thomas Rehbein (15) (Aachener Straße 5), amplia galería muy concurrida. Vino blanco. Gente diversa que curiosea entre los papeles prendidos de alfileres, como mariposas. El arte es volátil, leve. En el opening de Gisele Capitain (7) está la flor y nata. En la chic Klaus Benden (16) (Helenenstr. 2) nos damos de bruces con Anselm Kieffer, sus cuadros son vitrinas con flores y ramas secas sobre un fondo turbulento. Heiner identifica algunos coleccionistas, Kieffer ya tiene dos puntos rojos. Cava. Ya tarde recalamos en Christian Nagel (17) (Brüsseler Straße, 85), agencia de viajes galería, donde un tipo aporrea una guitarra eléctrica ensordecedora y cuelgan jaulas con cuadros en blanco dentro. Aquí, artistas jóvenes, escena vanguardista.

22.00 El artista más loco

Entramos en el Café Central del Hotel Chelsea (18) (Jülicher Straße, 1), cerca de Rudolfplatz. En este café se reunía la vanguardia en los noventa y fue la guarida de Kippenberger, el artista más loco que ha tenido Colonia. En la barra, Heiner me cuenta anécdotas de aquellos años. El hotel mantiene una excelente colección repartida en sus habitaciones. El lugar ideal para el reposo del aficionado al arte.

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