Este viajero está apagado o fuera de cobertura en este momento
Casas rurales sin televisión ni conexión a Internet Una tendencia entre lo neorrural y la saturación tecnológica
Lo primero que muchos de nosotros miramos a la hora de contratar un hotel es que tenga wifi, gratuito, pero está emergiendo una tendencia viajera que propone justo lo contrario: agujeros negros tecnológicos (black holes), incluso carísimas curas de desintoxicación (Digital Detox) diseñadas por resorts de alto standing en el Pacífico o en el Caribe. El hotel Quincy de Washington (www.thequincy.com) ha lanzado su paquete unplugged, por el que los dispositivos electrónicos quedan a buen recaudo, hay un 25% de descuento en la librería, se entregan planos para hacer visitas a pie, así como un diario donde escribir las experiencias de la estancia...
Pero resulta que en España existen alojamientos que ofrecen la misma posibilidad de desconexión sin tantos anglicismos y a unos precios infinitamente más baratos. Son casas rurales (www.toprural.com), ni más ni menos, en zonas con poco acceso de las comunicaciones y cuyos propietarios han decidido que es mejor charlar o pasear que ver la tele.
Mil Madreñas Rojas (León)
En el complejo rural Mil Madreñas Rojas (Salientes, León) no hay televisión porque a los propietarios no les gusta. Tampoco móvil o Internet porque la cobertura no llega a este pueblecito perdido en las montañas del occidente de León, entre bosques con osos pardos, urogallos, corzos o rebecos. Desde sus cuatro apartamentos con certificación ecológica se pueden programar rutas de montaña y turismo ornitológico; a veces organizan salidas para recolectar hojas y montar talleres de arte vegetal, que decora las habitaciones.
Casa O’Crego (Lugo)
Si cenas delante de la televisión no hablas y si te enganchas al smartphone terminas aislándote. Es lo que opinan los dueños de Casa O'Crego, restaurada con mimo y con taller de cerámica incluido. Se encuentra en la aldea de Vilaquinte, comarca de Os Ancares, “otro mundo” a menos de 200 kilómetros de A Coruña y a menos de 100 kilómetros de Lugo. Cumbres, bosques y muy poca población, apenas 13 habitantes por kilómetro cuadrado, según describen.
Casa Caenia (Salamanca)
A Casa Caenia suele acudir gente de ciudad que aprecia la tranquilidad que se respira en Traguntía, una pequeña población rodeada de naturaleza donde los niños pueden jugar en calles sin tráfico y estar en contacto con animales. Se sitúa a medio camino entre Salamanca, Zamora y el Parque Natural de los Arribes del Duero. Y salvo que alguien quiera estar en plan zahorí buscando cobertura (solo la hay en dos puntos del pueblo) lo mejor es olvidarse del móvil.
Casa Arana (Huesca)
“Hace 10 u 11 años, cuando abrimos, a los huéspedes les molestaba que no hubiera tele, ahora lo agradecen”, compara Carla, propietaria de Casa Arana, en Albella, un pueblo de tres habitantes en la ribera del río Ara, valle de Ordesa, corazón del Pirineo Central aragonés. Una zona muy despoblada porque iba a quedar inundada por el pantano de Jánovas, que finalmente nunca se construyó. Buen campamento base para recoger setas, observar aves o disfrutar de actividades acuáticas.
Mas Els Terrats (Girona)
En esta masía del siglo XVII restaurada y mirando al valle por el que serpentea el Ter (en Susqueda, Girona), las chimeneas de las habitaciones y de las zonas comunes sustituyen a los televisores; la mesa del billar, a los móviles; y el cicloturismo, a Internet. Acuden muchos urbanitas con mascota (más que con niños) que se pasan el día disfrutando del entorno y a la vuelta encargan una buena cena casera con productos de los payeses de la zona.
El Risco del Lomero (Huelva)
En un nido de águilas sobre Valdearco, en el Parque Natural de la Sierra de Aracena (Huelva), se alza El Risco del Lomero, un establecimiento con filosofía black hole dentro de la red de casas de campo Bau Ksar, que combinan la esencia de antiguos edificios rurales con los criterios de la arquitectura Bauhaus, de sencillas líneas integradas en el entorno. Como enfatizan sus responsables, hay demasiado por hacer --caminar, comer, leer, hablar, observar-- como para quedarse mirando una pantalla.
www.bauksar.com/el-risco-del-lomero-alojamiento-3.html
Casa rural Tao (Lanzarote)
Regentada por un ingeniero de telecomunicaciones barcelonés consciente, dice, de “los efectos nocivos de las radiaciones”, Casa Rural Tao es un “paraíso libre de ondas electromagnéticas”, muy frecuentado por visitantes extranjeros. Organiza una sesión de yoga por la mañana, ruta a pie antes del almuerzo, otra en bici por la tarde, y tai chi para terminar el día. En mitad de la isla de Lanzarote, con Teguise a 15 kilómetros y la playa más cercana, a unos 12.
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