Londres baila el swing
La música de los años 30 y 40 se ha convertido en el ejercicio de moda en Londres
“¿Es esta tu primera vez?” O para ser más exactos: “Is this your first time?” Una no sabe muy bien qué decir cuando se encuentra en brazos de un extraño, dispuesta a dejarse menear y balancearse al ritmo de una trompeta de jazz. Mucho menos, cuando el extraño no es el mismo toda la noche sino que va cambiando cada pocos minutos, obligándote a readaptar la postura según sea más o menos alto, y a volver a formular alguna pregunta para romper el hielo. “Oh, no, yo ya he venido otras veces. Es que me encanta”. Lo que acabo de describir no es ningún encuentro clandestino ni una cita múltiple a ciegas sino una imagen típica que, desde hace unos meses, uno puede encontrar en cualquier barrio de Londres. Desde la zona vanguardista del Este hasta las áreas residenciales del Sur, bailar swing se han convertido en el ejercicio de moda y en una manera muy divertida de conocer todo tipo de gente.
El éxito reside en lo fácil que resulta participar. Además de las fiestas que proliferan sobre la era del cine mudo y la prohibición, hay numerosos lugares para principiantes en los que cualquiera pueda iniciarse en la técnica de este baile. Con clases abiertas, que no hace falta reservar con antelación, y que comienzan desde un nivel inicial, de modo que uno puede salir con unos pasos aún cuando no haya tenido nunca el mínimo interés por bailar. Ni siquiera es necesario ir acompañado. En los salones de swing la tradición pide que el público se mezcle y en las clases uno aprende mientras intercambia su pareja de baile.
En realidad, el swing era en los años 30 y 40 el equivalente del pop de hoy en día, y en su época todo el mundo tenía unas nociones de sus estilos más populares: el lindy hop, el foxtrot, el charlestón. Así que no se trata de una danza para expertos.
En la ciudad enamorada por todo lo que suene a nostálgico parecía lógico que resurgiera el baile y, sobre todo, la música de leyendas de jazz como Louis Armstrong o Louis Prima. Sin embargo, ha sido la fórmula de algunas academias lo que parece haber conseguido que se extienda hasta sus lugares más remotos. Cualquier pub con una habitación despejada y una pareja de aficionados que puedan enseñar los ritmos de seis y ocho tiempos, puede convertirse en un espacio para una noche divertida y muy social.
Por eso cada vez más londinenses se mueven con el swing. Los pasos están al alcance de cualquiera: hacerse con unos zapatos cómodos, dejarse guiar (o guiar, en caso de ser uno quien dirija la pareja) y tener un poco de sentido del humor. Al fin y al cabo, hablamos de la danza rebelde de una época y, de cuando en cuando, se incluye alguna postura cómica, para que nadie se tome todo esto demasiado en serio.
¿Dónde bailar swing en Londres (o ir a ver bailar)?
La Patrulla del Swing (The Swing Patrol) se ha convertido en el punto de referencia para aprender este baile, con clases todos los días en diferentes barrios. Pero hay muchos otros eventos de swing por toda la ciudad. La mayoría de ellos los organizan grupos de aficionados o profesionales que hacen fiestas en diferentes clubes. Para apuntarse al baile o participar como espectador, aquí proponemos algunos de los más interesantes:
-The Black Cotton Club (7-9 Norwich Street): Uno de los clubes más exquisitos para bailarines competentes y aficionados que quieran mirar. Con actuaciones en directo, la noche se transforma en un verdadero speakeasy de la era de la prohibición, con chicas vestidas de años 20 y tipos con pinta de mafiosos. Se programa el tercer sábado de cada mes.
-City Firefly Bar (918 Old Bailey): Esta fiesta mensual se realiza en un lugar de tres plantas con los mejores pinchadiscos de R’n’B, Rock’n’Roll y música swing desde los años 20 hasta los años 50.
-The Princess Alice (40 Commercial Street): La parte de arriba de este pub se transforma, la mayoría de los sábados, en un lugar para principiantes y aficionados que quieren practicar este baile.
-The Passing Clouds (1 Richmond Road): Este club de afrobeat tiene todos los miércoles una banda de jazz en directo que reúne a aficionados al swing y otras músicas del mundo. Un lugar sin pretensiones, pero con músicos y bailarines de lo más auténtico.
-Le QuecumBar (42-44 Battersea High Street): Un poco más alejado del centro pero un lugar imprescindible para los amantes de Django Reinhardt y el Gypsy Jazz. Siempre tienen grupos en directo y, aunque no es una sala de baile, los músicos siempre agradecen que les acompañe algún espontáneo.
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