Vender las ollas para poder comer

Alrededor de 1,14 millones de personas se enfrentan en el sur de Madagascar a altos niveles de inseguridad alimentaria aguda y casi 14.000 están en situación de “catástrofe”, según el Programa Mundial de Alimentos de la ONU y la FAO. La escasez de alimentos y agua ha dejado a la población de esta región de país al borde de la muerte. Bajo la sombra de un árbol, un grupo de aldeanos con varios contenedores amarillos de 20 litros espera el camión de suministro de agua MEDAIR que, con el apoyo de Unicef, reparte agua durante el invierno de julio.Andrianantenaina (UNICEF)

El llamado Gran Sur de Madagascar sufre una sequía sin precedentes en los últimos 40 años que ha sumido a más de 1,3 millones de malgaches en una malnutrición aguda. En la imagen, una familia recoge agua de lluvia de la carretera a Ambohimalaza, a 13 kilómetros de Ambovombe. Durante el invierno en julio, los charcos son fuentes de agua que sirven para uso personal o para la venta.Andrianantenaina (UNICEF)

Soagnarahie, de 38 años y comerciante, es beneficiaria de FIAVOTA, un programa de Unicef que dota de dinero en efectivo a los beneficiarios. Esta mujer es vecina de Fenaivo, en Amboasary, al sur de Madagascar y durante el invierno, se abastece a ella y a su familia de agua en un pozo situado a 10 minutos a pie de su casa. Esta comunidad tiene acceso al agua subterránea que llega del río Mandrare, que está a 500 metros del pueblo.Andrianantenaina (UNICEF)

El tratamiento para combatir la malnutrición aguda en el sur de Magadascar se hace en dos etapas: el primer día, los trabajadores de salud miden la circunferencia del brazo de los niños y su respectivo peso, y el segundo día, se realiza la distribución de una pasta energética a base de cacahuete ('Plumpy nut') para mejorar la salud nutricional de los pequeños pacientes. En la imagen, Vao Soagnaveree recibe los paquetes para alimentar a sus dos hijos.Andrianantenaina (UNICEF)

Se prevé que 500.000 niños menores de cinco años estarán desnutridos para abril de 2022, según Unicef. Se trata de una crisis que seguirá empeorando a menos que se amplíe urgentemente la respuesta humanitaria. En la imagen, la mano de un niño que sufre desnutrición se coloca sobre las de su abuela. El niño vive en Kobamirafo, a 50 minutos a pie del Centro Básico de Salud Ambohimalaza, en la Región de Androy. Proviene de una familia vulnerable que vive en una zona afectada por la sequía.Andrianantenaina (UNICEF)