Un Parlamento que hablará del lugar más que de la democracia
Francis Kéré y su estudio construirán la nueva Cámara de la República de Benin, un edificio inspirado en el árbol de la palabra, el lugar de encuentro para tomar las decisiones comunitarias
Bajo la sombra de los árboles de la palabra se reúnen los ancianos de África Occidental para discutir y tomar decisiones consensuadas a favor del interés de la comunidad. El árbol de la palabra es un símbolo del acuerdo, de la construcción de ese acuerdo, y también de la generosidad de la naturaleza y del respeto que esta merece. Su majestuosidad, su simbolismo y su fuerza son eternos. Por eso el estudio del burkinés Francis Kéré pensó en ese árbol cuando el Gobierno de Benín contactó con él y le pidió que diseñara un nuevo parlamento para la República en Porto Novo. El antiguo databa del siglo XIX, la época colonial. Tenía el clasicismo de la estética colonial y se había quedado pequeño.
El árbol de la palabra es un símbolo del acuerdo, de la construcción de ese acuerdo, y también de la generosidad de la naturaleza y del respeto que esta merece
Cuando concluya su construcción —iniciada en el mes de marzo— el Parlamento se convertirá en el mayor edificio del estudio de Kéré, es decir en el más arriesgado. Será también el más simbólico —tras la escuela que consiguió levantar en Gando, su pueblo, para que los niños tuvieran la oportunidad de estudiar que él mismo había tenido—. Como sucede en casi cualquier árbol, lo más majestuoso de este nuevo inmueble será la copa, una cubierta orgánica que amplía el tronco estructural del edificio para acoger las oficinas. El edificio es, en realidad, el perímetro de un patio. Hay un despliegue de columnas y arcos para levantar —y ventilar— ese patio y para separarlos del azote del sol, y el calor. Ese bosque de columnas convertirá el acceso al Parlamento en un espacio sombreado. Las columnas externas del cuerpo elevado mitigarán también la incidencia del sol. La asamblea, en la planta baja, se convertirá en las raíces del árbol. Y el tronco, hueco, será el patio que permitirá la ventilación natural, la iluminación de las estancias y el paso entre los espacios. Sobre las oficinas, en el perímetro del patio que forma la corona de este árbol arquitectónico, la cubierta será una gran terraza, una azotea con vistas a la laguna del golfo de Benín.
Keré cuenta que el Parlamento ampliará algo más que las oficinas de la Administración. En un rincón del jardín, donde se declaró la independencia de Benín en 1960, el jardín que rodeará el nuevo edificio será un escaparate de la flora autóctona de Benín. También será un espacio público, con cubiertas sembradas y sombreadas. Será un lugar de libre acceso que —explica el equipo de arquitectos— “extenderá la huella del árbol de la palabra ofreciendo sombra para que los ciudadanos se sigan reuniendo, hablando y pactando”.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.