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Lesbos, huida a ninguna parte Unas 13.000 personas se han quedado a la intemperie tras el incendio que arrasó la semana pasada el campo de refugiados más grande de Europa. Mientras el Gobierno heleno les reubica en otro campamento temporal y sin que la UE acuerde una solución para ayudarles a salir de la isla griega, cientos de familias y niños no tienen más escapatoria que dormir al raso Un niño juega a la pelota al lado de unas tiendas de campaña instaladas cerca del aparcamiento de un supermercado Lidl en Mitilene, capital de Lesbos. Álvaro García Un grupo de refugiados, en un aparcamiento en Mitilene. Desde la crisis migratoria de 2015, han llegado a las costas de Lesbos cientos de barcas neumáticas con personas procedentes de Afganistán, Siria, Congo e Irak. Álvaro García Un refugiado ha colgado un cartón en el chamizo que ha levantado en el que se puede leer: "¿Dónde quedan los derechos humanos?". Una niña coge un bidón de agua en el campo de refugiados improvisado de Mitilene. Se calcula que hay más de un millar de menores solos no acompañados en Lesbos. Álvaro García Las tiendas de campaña se acumulan en el aparcamiento de un supermercado en la capital de la isla griega. Desde que se incendió el campo de Moria, donde malvivían 13.000 personas, los refugiados han empezado a protestar y manifestarse contra las autoridades de la isla. Álvaro García Una mujer camina por el nuevo campo de refugiados de Kara Tepe en la isla de Lesbos. Unos 200 refugiados e inmigrantes, en su mayoría familias, ya han entrado en el campamento después de que se les examinara para detectar el virus covid-19. Otros 12 han dado positivo y han sido aislados. Álvaro García Uno de los refugiados en la isla griega muestra heridas en su abdomen. Álvaro García Una mujer lava a un chico con una botella de agua. Diferentes ONG llevan años denunciando las condiciones insalubres de los refugiados de Moria. Álvaro García Sin suficiente comida y agua, duermen a la intemperie en campos y arcenes de las carreteras. Los refugiados se oponen a la construcción de un nuevo campamento que prepara el Gobierno heleno. Álvaro García Un grupo de mujeres lava la ropa en el suelo. El incendio del campo de Moria ha puesto de nuevo el foco en la ineficaz respuesta de la Unión Europea al desafío migratorio. Álvaro García Los refugiados cuelgan su ropa en una alambrada. Álvaro García Dos refugiados montan una tienda en el aparcamiento de un supermercado de la capital de Lesbos. Los habitantes de la isla están cada vez más cansados de ver cómo la situación empeora debido al creciente número de refugiados que llega a la costa y que luego no pueden salir de allí. Álvaro García Unos niños juegan a la rayuela. Esta semana, la UE ha prometido reubicar a 400 de estos niños en 10 de sus países miembros. Álvaro García Un hombre lleva a su hija montada en bicicleta. Álvaro García Un hombre hace guardia mientras su mujer y su bebé duermen. Muchos cuentan que lo peor llega por las noches, cuando surgen peleas de bandas, robos, gritos. Álvaro García Un joven carga con varias botellas. Al fondo, la costa de Lesbos. Solamente 24 kilómetros separan la isla de la costa turca. Álvaro García Un grupo de adolescentes, en las puertas del supermercado Lidl de la capital de Lesbos. Todos buscan salir de la isla, llegar a continente europeo. Nadie sabe qué pasará con ellos. Álvaro García Una mujer, en la cola para recibir comida. Grecia vuelve a ser el principal punto de entrada irregular a Europa del Mediterráneo. Álvaro García Un refugiado mira al mar, el mismo mar que le trajo a esta isla del Mediterráneo oriental en busca de una salida. Álvaro García Panorámica del nuevo campo de refugiados que están construyendo Acnur y el Gobierno griego. Álvaro García.