12 fotosDía Mundial contra la trataLa trata, a orillas del AmazonasLa vulnerabilidad económica y social de las poblaciones de la Amazonia, especialmente de los indígenas, les convierten muchas veces en el objetivo de las redes de trataAna PalaciosLeticia (Amazonas) - 30 jul 2020 - 11:19CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceCaballococha, una pequeña localidad peruana a orillas del Amazonas, es destino de ocio habitual para los capos de la coca y caciques madereros y el lugar al que los traficantes llevan a las adolescentes de los países vecinos (Colombia y Brasil) los fines de semana para ejercer la prostitución en locales de alterne o los también llamados 'prostibares'.Atalaia do Norte, en la Amazonía brasileña, es el municipio al que acuden por emergencias médicas los indígenas de los pueblos kulina, marubos, kanamarí y mayoruna que viven en el valle de Javarí. En las aldeas, que cada vez sufren más aislamiento y desprotección con continuos recortes en salud y educación por parte del Gobierno, solo tienen atención primaria y cuando necesitan tratamientos más específicos vienen aquí y mientras esperan a ser atendidos viven en sus canoas a orillas del río Javarí.Nathalia Forero Romero, coordinadora de la Red de Enfrentamiento a la Trata de Personas en la Triple Frontera (RETP), lucha para erradicar el grave problema en el territorio amazónico fronterizo de Colombia, Perú y Brasil de la trata, en especial de adolescentes que son presa fácil de traficantes manipuladores que las seducen con regalos o pequeñas cantidades de dinero.Aryana Adali se baña en el Tacana, uno de los miles de afluentes del Amazonas, en el resguardo indígena de Tikuna-Huitoto de Leticia (Colombia), amenazado por vertidos tóxicos y pesca masiva, que ponen en peligro la alimentación y salud de millones de personas que se nutren de esta agua y los peces que la habitan.Un “prostibar” de Caballococha, en la Amazonía peruana, frontera con Colombia y Brasil. En locales así se reúnen caciques y jefes de negocios de minería ilegal, narcotraficantes y madereros a los que traen a adolescentes de localidades cercanas, engañadas con promesas, para ejercer la prostitución.La sensibilización que se realiza desde la Red de Enfrentamiento a la Trata de Personas en la Triple Frontera (RETP) no solo se centra en escuelas, sino que también incluye visitas a las, no siempre fácilmente accesibles, comunidades indígenas. En la foto Juliana Yucuna, nueve años, juega en el comedor de la Comunidad Monilla Amena, del Departamento Amazonas (Colombia).Alumnos y alumnas indígenas del internado Indígena de San Francisco de Loretoyaco, en Puerto Nariño (Colombia) delante de un mural que relata la historia de los clanes de la cultura ticuna en una de las paredes de la escuela.Maryori Murayari y sus compañeras de clase estudian en los pasillos de la Institución Educativa Internado Indígena de San Francisco de Loretoyaco en Puerto Nariño, Colombia. Niñas como ellas son “objeto de deseo” de traficantes que las esperan a la salida del colegio para engañarlas y llevarlas a Caballococha para entretener a narcotraficantes en los 'prostibares' los fines de semana.Fany Kuiru Castro, líder indígena murui, en su casa de Bogotá con sus mascotas Frank, Jazukītoī y Sophie. Ella es la única mujer murui de la Amazonía colombiana graduada como abogada, con especialización en Alta Dirección del Estado y maestra en Estudios Políticos e Internacionales con una tesis laureada que tuvo como tema central la resistencia las mujeres indígenas durante la violencia de la Cauchería.Este es el hogar de los Durango. Una vivienda precaria en Monilla Amena (Resguardo Tikuna-Huitoto. De Leticia, en el Departamento Amazonas. Colombia) que muestra una mezcla su pasado ancestral y utensilios actuales, símbolo de la forma de vida de estas comunidades. "Se estima que en Colombia existen 102 pueblos indígenas. Según la Corte Constitucional Colombiana, 36 pueblos se encuentran en riesgo de extinción física y cultural por consecuencias directas del Conflicto armado y otros 31 pueblos están en un proceso de completa desaparición por su bajo crecimiento demográfico entre otras causas", explica María Carlina Tez, coordinadora de la Macrorregión Amazonía de la Comisión de la Verdad.En Puerto Nariño (Colombia) las pinturas en fachadas de casas o instituciones con motivos étnicos descriptivos de las culturas indígenas autóctonas son muy frecuentes con el objetivo de darlas a conocer y conservar sus tradiciones.La vulnerabilidad económica y social de las poblaciones de la Amazonía, especialmente de los indígenas, les convierten muchas veces en el objetivo de las redes de trata con menos escrúpulos. Niños jugando en la orilla del río Igara Paraná en San Francisco (Colombia), uno de los afluentes del Amazonas.