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La fotografía, el silencio y el arte, a escena La fotógrafa italiana Patrizia Mussa lleva dos décadas retratando los teatros más bellos y prestigiosos de su país mediante fotografías que luego colorea al pastel. Pero no es el murmullo del público ni la vorágine escénica lo que le interesa. Ella apuesta por el vacío y el silencio. Lleva 20 años penetrando en ellos callada, discretamente, y como una ladrona de vidas posibles, más que fotografiarlos, los imagina. Los contempla, los calcula, los retrata y al final los pinta. En la imagen, RealTeatro de la Corte en Reggia di Caserta. Patrizia Mussa Sus imágenes, algunas moteadas de color cegador, otras des¬leídas en una especie de bruma confusa, son fotografías que ella transforma retocándolas al pastel. En la imagen, el Teatro di Valenza. Patrizia Mussa Así, nada es lo que parece y casi todo, los escenarios, los patios de butacas, las columnas y los desconchados, la atmósfera de soledad y vacío y esa decadente italianidad de las cosas, ya entra en otra dimensión. En la imagen, el teatro de Reggia di Caserta. Patrizia Mussa No hay acto¬res, no hay acomodadores, no hay espectadores, no hay voces ni músicas. En la imagen, un rincón de La Scala de Milán. Patrizia Mussa Tan solo los gritos del silencio suben a escena. Toda una metamorfosis. En la imagen, el Teatro di Valenza. Patrizia Mussa La exposición Teatri / Photopastels (2000-2020) en la Galerie XII de París sirve de escaparate al mundo teatral —y espectral— de Patrizia Mussa. En la imagen, escenario del Teatro Farnese de Parma. Patrizia Mussa El Teatro Olímpico, obra de Palladio, en Vicenza. Patrizia Mussa