Umberto Pasti es jardinero, escritor y filósofo. Y ante todo, coleccionista de sensaciones. En su casa del norte de Marruecos, donde ha pasado el confinamiento, conviven en armonía objetos, plantas y animales. Una celebración de la belleza y la felicidad como única imposición estética.
Un ramo de Canna indica, o caña de las Indias, sobre una mesa.Ana NanceLa piscina de la casa, entre la vegetación.Ana NanceRetrato de Umberto Pasti.Ana NanceEl salón, en el pabellón central, está decorado con mesillas hechas en Tetuán en el siglo XIX.Ana NanceUn Crinum rodeado de vasijas del norte de Marruecos llamadas tonna.Ana NanceUn Crinum rodeado de vasijas del norte de Marruecos llamadas tonna.Ana NanceEjes neolíticos, antiguos azulejos marroquíes, cerámica africana y otros pequeños tesoros.Ana NanceAzulejos de Fez del siglo XVIII.Ana NanceSobre estas líneas, un rincón del jardín de Umberto Pasti en Tánger.Ana NanceAna Nance