Cómo motivar a tus hijos para que estudien durante la cuarentena
Los días de confinamiento pueden resultar una oportunidad para que los estudiantes se reinventen y descubran nuevas formas de aprender y acceder al conocimiento
Los niños y jóvenes han descubierto más que nunca los entresijos de teleestudiar debido a la cuarentena. Los profesores ya no están presentes para indicarles horarios y deberes a diario y de forma presencial. Ya no se estudia en el centro escolar, sino en casa. Pero, ¿cómo afecta esta imprevista y novedosa situación a los niños y jóvenes? Quizás nos podamos sorprender de que este giro pueda motivar y afectar de forma positiva a los niños que no se caracterizan por ser buenos estudiantes. “El ser humano tiene un potencial de adaptación inagotable, y los niños, más concretamente, nos sorprenden con su capacidad de esfuerzo y superación cada día. La clave reside en saber ver las oportunidades de crecimiento y las herramientas de las que disponemos para ayudar a nuestros hijos a realizarse diariamente, aún en estas circunstancias, a priori, adversas”, comenta Zaida Moreno Ramos, neuropsicóloga clínica y psicóloga general sanitaria de Elea, Instituto Psicoeducativo.
La ansiedad y el estrés que se perciben en el ambiente con la situación del coronavirus juegan en contra de su motivación a la hora de estudiar desde casa porque “desemboca en un bloqueo emocional que paraliza y que retroalimenta la sensación de agobio e inquietud. Esto no afecta solo a la persona que lo sufre, también repercute en la dinámica familiar. Para evitarlo, es importante no culpabilizar a nadie y rebajar en la medida de lo posible las exigencias en épocas de crisis”, recomienda Zaida Moreno.
Lejos de caer en la tensión con los hijos a la hora de que estudien en casa durante la cuarentena y dejarnos llevar por la preocupación y la responsabilidad de asumir el rol de los profesores ausentes, conviene centrarse en que “la motivación por aprender es posible. Esta situación de confinamiento casi absoluto en el que vivimos desde hace unas semanas, puede ser una gran oportunidad para reinventarse y redescubrir nuevas formas de acceder al conocimiento”, añade Moreno, que aporta varias recomendaciones para que niños y jóvenes estudien desde casa durante la cuarentena, como:
- Seguir una rutina diaria, relativamente estructurada, pero también flexible. Se puede combinar tiempo de trabajo y descanso que incluya actividades lúdicas en familia.
- Descubrir que el aprendizaje no solo reside en los libros y en realizar tareas escolares de manera mecánica, sino que existen otras opciones, como talleres de lectura, pintar o actividades grupales físicas virtuales, como yoga o pilates.
- Rebajar la presión que imponemos a los niños a la hora de cumplir con todos los deberes que mandan los profesores, así como la necesidad de seguir el plan de trabajo diario por materias. Las circunstancias y el contexto en el que se lleva a cabo el aprendizaje en casa y en el colegio son diferentes. Los requisitos pueden ser distintos y las tareas más dinámicas.
- Crear un ambiente agradable para estudiar en casa; bien ventilado y sin ruido. Evitar el uso excesivo de aparatos como el móvil o la tablet. El mal uso de las nuevas tecnologías no favorece el aprendizaje y puede producir un estado interior de agitación y excitación que perjudica nuestra capacidad de atención y memoria a largo plazo.
- Tener unas rutinas adecuadas con respecto a los horarios de sueño. Para mantener el bienestar mental, conviene practicar con los niños un tiempo para hacer alguna meditación breve y sencilla o ejercicios de relajación.
- Establecer una comunicación positiva, de confianza y ayuda entre profesores, padres y alumnos para ofrecer recursos que creen una dinámica basada, no tanto en el resultado, como puede ocurrir en el colegio con las evaluaciones, si no en el proceso y el interés por aprender cosas nuevas. Es una buena oportunidad, para desarrollar capacidades y actitudes como la empatía, la autoestima, el diálogo y la superación de situaciones adversas.
Cómo actuar cuando tu hijo te dice que no quiere estudiar
Conviene evitar dramatizar el hecho de que el niño o joven se niegue a estudiar porque “tiene que asumir o no su responsabilidad como estudiante. Insistir machaconamente a los hijos suele ser contraproducente porque se acostumbran a oír, que no a escuchar, el soniquete paterno, lo cual acaba convirtiéndose en un juego para conseguir su atención. Suele resultar más productivo no entrar en ese juego; eso sí, avisándoles de que, si no cumplen con su responsabilidad, habrá un coste negativo que los progenitores deberán concretarles de entrada. Como la coherencia es fundamental en educación, estos deberán cumplir la advertencia en cualquier caso”, argumenta Carmen Cabestany, profesora de secundaria y presidenta de la Asociación No Al Acoso Escolar (NACE).
La falta de motivación es una de las principales causas por las que los jóvenes dejan sus estudios, concretamente, según los últimos datos del Ministerio de Educación, un 17,9% de la población estudiantil abandona el colegio o instituto. Los niños y jóvenes que quieren estudiar tienen en común sus ganas de aprender sobre el mundo en el que viven. Por ello “es imprescindible fomentar en los niños, desde muy pequeños, su curiosidad natural y compartir con ellos actividades con las que aprendan como contarles cuentos", explica Carla Valverde, psicóloga clínica infantojuvenil del Centro de Salud Mental de Alcobendas. Cosas también como compartir con ellos nuestros intereses o aficiones sobre determinados temas, fomentar y aportarles información sobre lo que a ellos les gusta, ojear juntos un libro o buscar información interesante en Internet. "Es muy importante que el niño entienda que los estudios son su tarea y, no porque se lo digamos, sino porque nuestro comportamiento sea coherente con ellos y se muestre confianza en cómo trabajan y se organizan para estudiar”, afirma Valverde.
La cara pedagógica de la situación impuesta por el coronavirus
Una pandemia no es una situación habitual. Se trata de una excepción dramática, que bien enfocada, nos puede ofrecer un escenario real idóneo para que nuestros hijos aprendan de primera mano y a través de la experiencia ciertas cosas que de otra manera sería imposible.
Desde esa perspectiva, se puede guiar a los niños para que fijen su atención en que “si algo está resultando una novedad, producto del encierro, es el regalo del tiempo y la presencia. Si lo vemos por el lado positivo, la oportunidad es doble: podemos hacer cosas que siempre quisimos y nunca encontramos el momento para realizar. Por otro lado, también es tiempo para no hacer; aprender a estar sin actividad ni plan prefijado”, explica Tristana Suárez, psicóloga y terapeuta Gestalt. Suárez apunta varias oportunidades para ver la cara pedagógica de la situación impuesta por el coronavirus:
- Explorar el lado creativo de los niños. Aprovechar para dibujar, hacer manualidades, cantar, bailar, jugar con la voz, inventar historias e ilustrarlas.
- Compartir juegos de mesa en familia que sirven a los niños para aprender a divertirse con normas, a jugar, perder y colaborar en equipo.
- Los niños pueden descubrir cómo funcionan las cosas en casa cuando ellos están en el cole y hacerles partícipes de las tareas habituales, como hacer las camas, regar las plantas o ayudar a cocinar. Es una buena oportunidad de que valoren el trabajo que se hace entre bastidores todos los días cuando ellos se ocupan de sus actividades escolares.
- Aprender cómo se teletrabaja. Los niños pueden aprender de los padres que trabajan desde casa la autodisciplina, cómo organizar los horarios o comunicarse de forma virtual con los compañeros para sacar las tareas adelante. De hecho, se trata de un modelo que ellos también han descubierto con la cuarentena a la hora de realizar sus trabajos escolares.
- Organizar el espacio y el tiempo de convivencia en casa. Las circunstancias obligan a los niños a convivir con la familia en casa todo el día. Es un buen momento para aprender sobre el terreno a planificar y separar el tiempo de ocio y de trabajo, así como para delimitar espacios y respetar las zonas de intimidad en casa. De esta forma, se evita la saturación y los conflictos en la convivencia. Es la oportunidad para que niños y jóvenes aprendan a estar consigo mismos, a disfrutar de sus aficiones o tareas y a descubrir la propia soledad como un espacio que también puede ser agradable y nutritivo.
- Enseñar a parar y estar. Dejar de hacer, que es nuestra dinámica habitual para dar espacio a una charla banal o trascendental; al silencio o al aburrimiento. Dejar pasar las horas, desde la presencia y disponibilidad con nuestros hijos, al tiempo que estamos inactivos; sin tener que liderar o dirigir nada.
Poner el foco en otros aspectos
Gonzalo de Casso, psicólogo del Centro Nudos, explica las oportunidades, que desde su punto de vista, ofrece esta pandemia para progenitores e hijos de poner el foco en aspectos como descubrir la importancia y el poder de la solidaridad en situaciones de emergencia.
Conviene explicar a nuestros hijos por qué aplaudimos todos los días a las 20.00 horas de la tarde, para hacerles partícipes de lo importante que es mostrar nuestro apoyo a las personas que trabajan en los hospitales en estos tiempos difíciles. Y que experimenten de primera mano la empatía que genera el encontrarse en las ventanas con los vecinos durante este encierro.
Es el momento de ayudar a nuestros hijos a que pongan su atención en las iniciativas solidarias que están surgiendo a pesar de la emergencia sanitaria que se vive. Como es el caso de profesionales y empresas que ofrecen sus servicios de forma altruista, o las cartas de desconocidos que llegan a los pacientes hospitalizados por coronavirus para ofrecerles su ánimo. O el apoyo de los adolescentes que se ofrecen como voluntarios para hacer la compra y los recados a los vecinos de más edad.
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