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Enrique de Luxemburgo critica el linchamiento mediático a su esposa

El gran duque defiende el rol de María Teresa Mestre días antes de la publicación de un controvertido informe encargardo por el Gobierno

Los duques de Luxemburgo, Enrique y María Teresa, en 2018.
Los duques de Luxemburgo, Enrique y María Teresa, en 2018.
Álvaro Sánchez

Luxemburgo vive tiempos de zozobra mientras espera la publicación de un informe sobre el funcionamiento de la monarquía. Su contenido no ha visto la luz de momento, pero las revelaciones del semanario The Lëtzebuerger Land de que la gran duquesa María Teresa Mestre saldrá mal parada en el documento han molestado al gran duque, Enrique de Luxemburgo. Y el jefe de Estado ha elegido salir al paso de las informaciones que presentan a su esposa como una mujer autoritaria, culpable, por su fuerte temperamento, de la elevada rotación del personal de la Corte, donde hasta un tercio del total de empleados ha renunciado a su puesto. En un comunicado, Enrique ha criticado con dureza lo que considera un linchamiento mediático. "¿Qué sentido tiene atacar a una mujer? ¿A una mujer que defiende a las demás mujeres? ¿A una mujer a quien ni siquiera le está permitido defenderse?", ha respondido desde la unidad de cuidados intensivos de un hospital de Ginebra donde se encuentra internado su cuñado Luis, hermano de la duquesa.

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Este verano el primer ministro, Xavier Bettel, encargó a Jeannot Waringo, exdirector de la Inspección General de Finanzas, ahora jubilado, una completa radiografía acerca del modo en que los grandes duques, Enrique y María Teresa, gastan su asignación de 11 millones de euros anuales y se relacionan con el personal a su cargo. Desde el despacho que le han habilitado en Palacio, al que acude a diario, el antaño alto funcionario lleva más de medio año redactándolo y, aunque todavía no lo ha entregado, algunos medios luxemburgueses dan por hecho que generará una fuerte crisis, con potencial incluso para provocar la abdicación del gran duque Enrique.

En el texto —publicado en luxemburgués, inglés, francés y español— Enrique no parece mostrar ningún temor por el eventual terremoto que puede causar el informe Waringo. "Movido por un espíritu de apertura, transparencia y modernidad, acepté que pudiera llevarse a cabo la misión que deseaba realizar el primer ministro", afirma. Y lamenta que se cuestione el papel de Mestre: "Se ha puesto injustamente en entredicho a mi esposa, madre de nuestros cinco hijos y abuela amantísima. Esto ha afectado a toda mi familia".

Sobre las especulaciones acerca del carácter "dictatorial" que atribuyen a su esposa, Enrique ha replicado recordando los numerosos proyectos sociales en los que está embarcada Mestre, nacida en Cuba y parte de una rica familia exiliada del régimen castrista. Entre ellos cita la lucha contra la dislexia y la violencia sexual, la situación de los menores encarcelados en África, el desarrollo de la microfinanciación y la educación de las jóvenes y las mujeres. "Me llenan de orgullo el compromiso, la inteligencia y el denuedo con que mi esposa lleva a cabo todas sus actividades. Su entrega al servicio de nuestro país, a mi lado, desde hace 39 años es ejemplar y me resulta indispensable", insiste.

El gran duque ha eludido comentar los problemas de su esposa con el personal de Palacio, y ha querido acallar los rumores sobre una posible abdicación en su hijo Guillermo, de 38 años, casado con Stéphanie de Lannoy, de 35, que esperan el nacimiento de su primer hijo en mayo. "Continuaremos a vuestro servicio, trabajando por vosotros y por Luxemburgo. Sobre todo en este momento crucial en que nuestros hijos inician una vida familiar, consideramos nuestro deber de padres el permitirles que disfruten de estos años tan preciados en su calidad de príncipes herederos", señala.

Los problemas de salud de su hermano menor han obligado a anular sus compromisos a Mestre —que ya perdió a su hermano mayor, José Antonio, fallecido en 2015 a los 62 años—, y prolonga un periodo complicado para la familia real luxemburguesa. El pasado abril murió a los 98 años el gran duque Juan héroe de guerra y máxima autoridad del país durante 36 años —entre 1964 y 2000—. Y tres meses antes falleció Philippe de Lannoy, padre de Stéphanie, la princesa heredera.

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Sobre la firma

Álvaro Sánchez
Redactor de Economía. Ha sido corresponsal de EL PAÍS en Bruselas y colaborador de la Cadena SER en la capital comunitaria. Antes pasó por el diario mexicano El Mundo y medios locales como el Diario de Cádiz. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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