Así acabó el traje del reencuentro de Jennifer Aniston con Brad Pitt

Fue una noche importante para Jennifer Aniston la del domingo por la noche en Los Ángeles. La actriz ganaba un premio de la SAG y se reencontraba en público con su primer marido Brad Pitt, con el que estuvo casada cinco años y formó una de las parejas más icónicas de 2000. Todo lo que rodeó su presencia en la gala se analizó al milímetro como el traje que lució, un modelo confeccionado en satén blanco. El diseño de Dior vintage se le adapataba a la perfección y lo más curioso, pese a la textura de su tele, no tenía ni una arruga. La actriz haciendo gala de su sentido del humor contó el secreto para que no se arrugara: fue casi tumbada en el coche que la llevó a la gala. Ahora ha publicado la foto de como quedó el vestido. La ha hecho en su Instagram donde se ve el diseño de Dior con el bajo sucio y muy arrugado abandonado en una espectacular bañera de mármol situada en un jardin junto al galardón ganado. Esta instantánea permite adentrarse en la increíble mansión de Jennifer Aniston en Bel Air, valorada en 21 millones con una vistas privilegiadas.

Anteriormente la propiedad tenía un viñedo en la ladera, pero el diseñador de jardines Marcello Villano y la arquitecta paisajista Anne Attiger transformaron su espacio al aire libre en un oasis que consta de terrazas, jardines de inspiración asiática y habitaciones interconectadas, según la revista Architectural Digest. La actriz contó en la entrevista que mostraba la mansión que de no haber sido actriz se hubiera dedicado al diseño de interiores.

La casa de la estrella Friends fue propiedad de A. Quincy Jones a quien se la compró en 2011. Tiene una dimensión de 800 metros cuadrados. Cuenta con cuatro habitaciones, 6 baños, una gran piscina y una casa de huéspedes, además de 8.000 metros cuadrados de terreno. Desde que abrió su página de Instagram hace tres meses, Jennifer Aniston ha ido mostrando algunas zonas de la casa y también como se prepara para las grandes galas de esta temporada a las que está asistiendo.

La actriz ha contado que cuando la compró, el arquitecto Frederick Fisher la acababa de renovar por completo pero no era de su gusto."Había una secuencia de entrada muy dramática que llevaba a una gran puerta pintada en rojo chino", recuerda la actriz. "Estéticamente, era lo más alejado a lo que quería, pero de inmediato tuve la sensación de que podría funcionar. Es difícil de describir, pero sentí una conexión ". Así que pidió ayuda al diseñador de interiores Stephen Shadley, con quien ya había colaborado en su casa anterior de Los Ángeles, para preservar el espíritu modernista del esquema original mientras suavizaba algunas de sus líneas con acabados y materiales orgánicos

En esta casa vivió durante algún tiempo con su último marido Justin Theroux del que se separó en 2018 aunque la pareja pasaba mucho tiempo en Nueva York donde prefería residir el actor. Este, al parecer, fue uno de los motivos de su distanciamiento ya que ella en cuanto podía ser iba a Los Ángeles.