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Margarita de Dinamarca tiene fama de ser una monarca a la antigua usanza, de las que no abdicarán y llevarán el peso y las mieles de su corona hasta su muerte. Pero también se ha caracterizado por su carácter feminista e igualitario que la ha llevado, en los 48 años que dura su reinado, a modernizar la institución que encabeza en su país liberándola de ceremonias anticuadas, modos arcaicos y formalidades sin que ello haya significado perder ni el respeto de sus súbditos ni la dignidad de su cargo. 

De ella se dice que es una de las personas mejor informada de lo que ocurre en su país y que, a pesar de ser una monarca constitucional, no ha dudado en reunirse con legisladores, ministros, políticos, artistas, escritores, diplomáticos o periodistas por todo el mundo y de ejercer su gran influencia sobre la vida política y social de Dinamarca. También es la reina danesa mejor educada, ya que de los 42 reyes que ha tenido Dinamarca es la primera con título universitario. Estudió Ciencias Políticas en las universidades de Copenhague y Cambridge y Arqueología en la Universidad de Arhus. 

Ninguna de estas características, ni su comentada capacidad para situar los acontecimientos geopolíticos del mundo, ni su discreción sobre la vida personal, que ha compartido durante 50 años con Enrique de Dinamarca hasta su muerte en febrero de 2018, la libran de la curiosidad sobre su vida actual fuera de los actos oficiales. Así ha ocurrido recientemente con un viaje que la reina Margarita realizó la semana anterior a Navidad a Londres. Según la revista danesa Her & Nu, en este viaje estuvo acompañada de Gustaf Trolle-Bonde, un conde de origen sueco que ha formado parte durante años del entorno de la corte danesa.

Trolle-Bonde, de 76 años, empresario, ha sido habitual en la lista de invitados de la reina y el príncipe Enrique, y ahora los medios le postulan como el hombre que puede haber devuelto la ilusión a la vida de la monarca danesa. Comentarios basados en que se pudo ver a ambos saliendo de un hotel londinense y visitando juntos la National Gallery, durante su estancia en la capital británica. Nuevo amor o simple relación de amistad, lo cierto es que los súbditos de Margarita de Dinamarca no se han mostrado contrarios a una nueva relación de su monarca y, por el contrario, las especulaciones sobre la posibilidad de que Gustaf Trolle-Bonde sea algo más que un simple amigo de la familia han recibido el apoyo de muchos daneses que apuestan por la felicidad de su reina.

A ambos les une su interés por la cultura y la vida intelectual. Margarita II siempre ha mostrado su inclinación por las Artes y ha expresado que de no haber sido reina, podría haberse dedicado a la pintura, la escultura, el diseño de interiores o a alguna actividad dentro del mundo del teatro. Por su parte Gustaf Trolle-Bonde es experto en artesanía e historia cultural y trabajó durante muchos años en la casa de subastas Christie's en Londres. Está divorciado desde 1983 y también tiene estrechos vínculos con la casa real sueca, cuyos reyes, Carlos Gustavo y Silvia de Suecia, asistieron a su boda con Annette von Arnold en 1978. Es descendiente del almirante Herluf Trolle, considerado un héroe histórico en su país de origen. 

La muerte de Enrique de Dinamarca, a los 83 años, llegó en un momento en que su popularidad vivía horas bajas debido a su carácter, tildado de caprichoso y errático. En su último año de vida llegó a afirmar que estaba cansado de ir siempre un paso por detrás de su esposa y apenas seis meses antes de su muerte se desveló que padecía demencia. En el momento de su fallecimiento, sin embargo, la reina afirmó que le sorprendió gratamente las muestras de cariño que le dio el pueblo danés. "Cuando murió mi esposo resultó abrumador ver cuánto le importaba a la gente", explicó la reina en un libro llamado Dronning Margrethe (Reina Margarita), que ha escrito la periodista danesa Karin Palshoj con motivo del 80º cumpleaños de la soberana, que se celebrará el próximo 16 de abril. 

"Me habría gustado que mi esposo experimentara un poco de toda esa simpatía", se lamentó la reina en el diario danés BT. Enrique había contado en una entrevista concedida hace más de 15 años que se sentía desplazado en la corte, "inútil y relegado", y que por ello decidió a mudarse a su castillo de Caix, al norte de Francia. La cuestión se agravó cuando su hijo y heredero, Federico de Dinamarca, empezó a tener un papel institucional de mayor calado y él quedó en la tercera posición. Sus quejas despertaron los recelos del pueblo danés contra él. Sin embargo, se lo perdonaron al morir: casi 20.000 ciudadanos hicieron horas de cola ante la iglesia del castillo de Christianborg para despedir al marido de su monarca. 

De Margarita de Inglaterra se dice que es la primera monarca elegida democráticamente porque sus padres, Federico IX y la reina Ingrid, solo tuvieron tres hijas en un momento en el que las leyes del país prohibían que las mujeres accedieran a la corona. Los daneses acudieron a un referéndum y votaron por abolir la discriminatoria ley y que fuera Margarita, y no su tío el príncipe Knud, quien ocupara el trono.