Federico de Dinamarca, el príncipe que no quería ser rey
El heredero al trono cumple este sábado 50 años y admite que vivió una profunda crisis cuando descubrió cual iba a ser su papel
Federico de Dinamarca cumple este sábado 50 años y ha aprovechado esta ocasión para hacer una revelación sobre una difícil etapa de su vida cuando siendo un adolescente comprendió que algún día iba a ser rey. “Vi mi vida apagarse, y que de pronto tendría que comportarme como un completo adulto. Fue muy incómodo. Sobre todo porque no había mucha gente que pudiera explicarme lo que eso suponía”, ha confesado el heredero al trono en un documental Min vej (My way/Mi camino) que durante un año y medio ha rodado TV2 con motivo de su aniversario y que se ha emitido esta semana en Dinamarca. El título tiene que ver con el estado de ánimo de heredero: "Tenía que encontrar mi camino".
El príncipe es uno de los primeros en hablar públicamente de lo que para el hijo de un monarca supone saber que sus pasos están marcados y no podrá vivir libremente su vida. También lo ha hecho Enrique de Inglaterra que aunque no está en esta posición –es el sexto en la línea de sucesión a trono– conoce por su hermano Guillermo lo que es vivir con ese futuro por delante. En declaraciones a la revista Newsweek dijo: "Estamos involucrados en la modernización de la monarquía británica. No hacemos esto por nosotros mismos, sino por el bien mayor de la gente. ¿Hay alguien de la familia real que quiera ser rey o reina? No lo creo, pero cumpliremos con nuestros deberes en el momento adecuado".
Esa inquietud que le producía a Federico de Dinamarca la idea de convertirse en rey se tradujo en miedo cuando cumplió 18 años y sus obligaciones aumentaron. Le angustiaba no haber hecho las cosas que se supone debía hacer un joven de su edad. Su madre, la reina Margarita, que también ha participado en el documental, reconoció que a su hijo le resultó bastante difícil asumir su destino y que ella nunca le explicó con detalle cómo iba a ser su vida. “Nunca me senté con él a explicárselo. Se lo hice ver poco a poco, hablando de esto y aquello. Probablemente no fui muy precisa”.
Federico de Dinamarca fue un joven muy intrépido, simpático y aventurero. Amante de la música rock y el tecnorap, incluso actuó como DJ en la radio nacional danesa P3. Su afición a la velocidad, tanto en coches como en motos, le llevó a ser apodado como Príncipe Turbo en esos años de juventud. Se hizo varios tatuajes por todo su cuerpo que, según él, “simbolizan y representan los momentos de mi vida más significativos”.
Pero su faceta de joven príncipe rebelde se puso de manifiesto, sobre todo, en sus amoríos de aquellos años. Podría decirse que el príncipe Federico se enamoró de varias mujeres no adecuadas para ser la esposa de un futuro rey.
El 1 de enero de 1992, la policía de la capital danesa detuvo en las proximidades de palacio un coche deportivo de comportamiento sospechoso por sus cabriolas. Una mujer rubia iba al volante, sin permiso de conducir, acompañada de un joven. Conducidos a comisaría, se hicieron los análisis de rigor con resultados positivos y hubo gran consternación al conocerse la identidad de los implicados: uno de ellos era el príncipe heredero. El caso llegó al Parlamento y hubo quien de manera exagerada llegó a pedir que se le retiraran sus derechos de sucesión. Margarita envió a su primogénito a Estados Unidos a proseguir sus estudios en la Universidad de Harvard.
Federico mantuvo durante años una difícil relación con su madre agudizada cuando esta le prohibió casarse con Mary Donaldson a quien conoció en los Juegos Olímpicos de Sidney una noche en que la varios príncipes, entre otros Felipe de Borbón, se dieron cita en un lugar de copas. Tras tiempos convulsos, la reina aceptó a la entonces abogada como nuera y en mayo de 2004 contrajeron matrimonio.
El heredero danés cuenta que fue entonces cuando se sintió preparado para asumir su responsabilidad. Su primogénito, el príncipe Cristian, cumplirá 13 años el próximo mes de octubre y será quien en su día herede de Federico el trono de Dinamarca. “Si Cristian me preguntara por su futuro, le explicaría sin rodeos lo que a mi modo de ver supone ser rey, sin asustarle”, dice.
Estos días en Dinamarca se han organizado varios actos para celebrar el 50 cumpleaños de Federico, desde una carrera popular en la que han participado 70.000 daneses, entre ellos el príncipe, su esposa y sus hijos, a una gran gala en la que se esperan invitados de otras casas reales.
El rey Carlos Gustavo y la reina Silvia de Suecia han anunciado su asistencia; así como el príncipe heredero Haakon y la princesa heredera Mette-Marit de Noruega, el gran duque Henri de Luxemburgo y su esposa, la gran duquesa María Teresa; además, del rey Guillermo y la reina Máxima de Holanda, buenos amigos de Federico viajarán a Dinamarca.
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