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Columna
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Los desafíos de la oposición en Colombia

Tres sectores políticos deben encontrar un camino para las presidenciales de 2022

Ariel Ávila
Gustavo Petro el día de las elecciones presidenciales de junio de 2018.
Gustavo Petro el día de las elecciones presidenciales de junio de 2018.Diana Sánchez

No solo el Gobierno de Iván Duque está sumido en una crisis política. También los sectores de la oposición se encuentran en medio de una crisis impresionante. Estos sectores se podrían dividir en tres. Por un lado, la izquierda, encabezada por Gustavo Petro, quien en las elecciones nacionales de 2018 sacó la segunda votación y logró, por primera vez, convertir a la izquierda en una fuerza política real de poder. La segunda fuerza, ubicada entre el centro izquierda y va hasta el centro derecha, está encabezada por Sergio Fajardo y en particular por el Partido Verde, aunque no es la única agrupación política en este espectro. Este sector político fue uno de los grandes ganadores de las elecciones locales de octubre de 2019, conquistó varios departamentos y alcaldías, entre ellas la de Bogotá. Por último, la vieja élite política bogotana, la cual perdió ante el uribismo y sacó uno de sus peores resultados. Podría ser caracterizada de derecha.

Gustavo Petro no solo logró convertir a la izquierda en una opción de poder real, sino que además ha sido uno de los pocos políticos que le ha metido susto al establecimiento. Tal vez ningún otro político progresista ha estado tan cerca del poder. Sin embargo, desde aquellas elecciones en junio de 2018, sus actuaciones no han hecho más que aislarlo y su movimiento político se ha ido desgranando. Dos hechos han marcado su caída. Por un lado, un video que publicó el partido de Gobierno, el Centro Democrático, en el que se ve a Petro recibiendo dinero en efectivo. Por otro lado, su caída se explica sobre todo por las malas decisiones que tomó para designar sus candidatos para las elecciones locales de octubre pasado. No ganó nada y escogió candidatos inviables en sus principales centros políticos. Si bien tiene al menos dos años para recomponer sus fuerzas, parece no ser consciente de su actual crisis política.

En el segundo sector se encuentra el Partido Verde y otros sectores políticos más pequeños, los cuales fueron los grandes vencedores de las elecciones locales. Hasta antes de que comenzarán las manifestaciones masivas en noviembre de 2019, se creía que tendrían el camino despejado para las presidenciales de 2022. Allí hay varias figuras que competirán por la presidencia, el más fuerte hasta el momento es Sergio Fajardo. Él es uno de los principales opcionados y en teoría tiene el camino con muy pocos obstáculos. Pero ha cometido un gran error de cálculo político, que es crear un partido político a su gusto y su tamaño. Lo ha intentado por 10 años y no lo ha podido hacer. Aunque el Partido Verde ha manifestado la disposición de llegar a cualquier arreglo para que Fajardo ingrese, ha sido difícil. Sin una estructura política será muy complicado llegar a la presidencia en 2022.

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Las élites bogotanas, siempre ganadoras y dominantes, han sufrido una gran debacle en 2019. Ahora, necesitan recomponerse, para ello han entablado un juego bastante complejo en términos políticos. Apoyan en algunas cosas al Ejecutivo, a cambio de prebendas burocráticas. En otros casos son férreos opositores al Gobierno, intentando ganarse el voto de opinión. Un juego peligroso, pero que hasta el momento les ha permitido ser los principales actores en el Congreso de la República. Se han robado todo el protagonismo.

Estos tres sectores políticos deben encontrar un camino para las presidenciales del 2022. Lo deben hacer en medio de un país convulsionado, cambiante y con un uribismo que va en picada en las encuestas. Lo cierto es que la campaña presidencial comenzará muy temprano, seguramente a principios de 2021, ya son muchos los que se han postulado como precandidatos, y son muchos los que han comenzado recorridos y campañas. Será un 2020 definitivo y complejo.

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